El dueño de un pub de Armagh que fue atacado el lunes por la noche dijo que era una locura ver como fuegos artificiales fueron lanzados dentro del local.
Una multitud de alrededor de 200 lealistas rompieron las ventanas del local ventanas después de separarse de la protesta principal (por la oposición a la decisión de no ondear la union jack permanentemente en el ayuntamiento de Belfast) en la ciudad poco antes de las 9 pm (hora local).
"En cuestión de segundos, la puerta se abrió, y hubo un montón de maldiciones y gritos, lenguaje vulgar, y 'no surrender'...", explicó Bernard Rafferty, propietario de Bar Rafferty (The Cuchulainn).
Rafferty y dos mujeres de la barra mantuvieron la puerta frontal cerrada mientras que los lealistas rompieron las ventanas.
Dos fuegos artificiales lanzados por una ventana explotando en el interior llenando el local de humo. Uno de los fuegos artificiales estuvo a punto de alcanzar a un turista que estaba en el bar en el momento del ataque.
"Ese turista, si hubiera tenido la cabeza un milímetro en la otra dirección, habría sido golpeado en la cara por uno de esos fuegos artificiales. Es un hombre muy afortunado", dijo a UTV.
"Se fue justo después. No creo que él estará en Armagh o en el Norte de nuevo. Estaba en muy mal estado."
Una multitud de alrededor de 200 lealistas rompieron las ventanas del local ventanas después de separarse de la protesta principal (por la oposición a la decisión de no ondear la union jack permanentemente en el ayuntamiento de Belfast) en la ciudad poco antes de las 9 pm (hora local).
"En cuestión de segundos, la puerta se abrió, y hubo un montón de maldiciones y gritos, lenguaje vulgar, y 'no surrender'...", explicó Bernard Rafferty, propietario de Bar Rafferty (The Cuchulainn).
Rafferty y dos mujeres de la barra mantuvieron la puerta frontal cerrada mientras que los lealistas rompieron las ventanas.
Dos fuegos artificiales lanzados por una ventana explotando en el interior llenando el local de humo. Uno de los fuegos artificiales estuvo a punto de alcanzar a un turista que estaba en el bar en el momento del ataque.
"Ese turista, si hubiera tenido la cabeza un milímetro en la otra dirección, habría sido golpeado en la cara por uno de esos fuegos artificiales. Es un hombre muy afortunado", dijo a UTV.
"Se fue justo después. No creo que él estará en Armagh o en el Norte de nuevo. Estaba en muy mal estado."
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