La propuesta incluye la creación de dos instituciones que sustituirán a la Comisión de Marchas y se centra en el diálogo entre orangistas y residentes, para así evitar actos de violencia como los vividos en el pasado. El plan ha sido elaborado por una comisión formada por diputados de Sinn Féin y DUP en la Asamblea de Belfast.
Nelson McCausland, del DUP, considera que el nuevo proceso es «justo y transparente» y asegura que supondrá la apertura de una nueva era para el norte de Irlanda. John O'Dowd destacó que los orangistas estarán sometidos a un estricto código de conducta.
Sin embargo, Dolores Kelly, del SDLP, calificó la propuesta de «irresponsable» y coincidió con Tom Elliott, del UUP, en apuntar que el nuevo mecanismo creará más divisiones y disputas entre las dos comunidades. S.G
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