En la jornada que comienza este fin de semana en Europa encontramos algunos partidos muy interesantes, como el que medirá en Eastlands a Manchester City y Arsenal, segundo y tercero de la Premier League; o como el Napoli-Milan. Sin embargo, hay un partido que destaca por encima de todos ellos en la jornada europea, no solo por lo decisivo del resultado, sino por su historia, rivalidad y pasión. Por supuesto, hablamos del Celtic-Rangers, primer gran derby de Glasgow de la temporada en la SPL.
A pesar de la pérdida de estrellas que han sufrido los dos grandes de la liga escocesa en los últimos años (lejos quedan los derbys en los que Chris Sutton y Henrik Larsson se compenetraban a las mil maravillas para alcanzar el gol, o en los que Barry Ferguson surtía de precisos balones a Tore Andre Flo), el partido no ha perdido ni un ápice de interés, más si cabe que, tras ocho jornadas de liga, ambos llegan empatados en la cabeza tras sumar un espectacular pleno de victorias. A pesar de todo, la gran fama mundial de este partido viene dada por las connotaciones extradeportivas que envuelven a ambos equipos. No solo esuna batalla deportiva, sino también política, cultural y religiosa lo que hace único a este encuentro en el Planeta Fútbol.
Esta rivalidad extradeportiva tiene su origen en la fundación de ambos clubs: el Rangers, fundado en 1873 por aficionados al remo; el Celtic, fundado en 1888 por un párroco marista con el objetivo de recaudar fondos para un comedor infantil de inmigrantes irlandeses. En poco tiempo, los Hooper se convirtieron en un símbolo de la comunidad católica irlandesa de Glasgow, llegada a Escocia huyendo de la hambruna de Irlanda. Como contraposición, los Gers empezaron a identificarse con la comunidad protestante. El inicio de esta rivalidad religiosa se tornó en política unos cuantos años después, con la independencia de la República de Irlanda en 1921. En esta época se recrudeció la violencia sectaria en los derbys de Glasgow, dando la impresión de que las posturas siempre serían irreconciliables.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el sectarismo político se incrementó con el apogeo de los atentados del IRA. Así, era habitual encontrar alusiones a la banda irlandesa en Celtic Park (todavía hoy se pueden ver algunas pintadas en los alrededores de Parkehad). La respuesta en el bando protestante no se hizo esperar, identificándose con sus orígenes protestantes y apoyando el bando unionista británico. Es caracterísitico que tanto en Parkhead como en Ibrox no se vean banderas escocesas, ya que, mientras los Bhoys suelen portar banderas irlandesas, los Gers se identifican con la Union Jack y el Ulster Banner. Y esta historia de sectarismo alcanza su zénit en 2008, cuando se escucha por primera vez en Ibrox The Famine Song, canción empleada por los aficionados del Rangers para mofarse del origen irlandés del Celtic, haciendo referencia a los motivos de la inmigración irlandesa a Escocia y utilizando un lenguaje muy violento para mostrar la confrontación. Las quejas de gran parte de la opinión pública, no solo católica, hicieron que la justicia escocesa prohibiera el canto de esa canción en un estadio de fútbol, y ammenazó a Rangers con la pérdida de puntos si los cánticos continuaban.
Este domingo ambos equipos vuelven a enfrentarse en el primero de los cuatro encuentros que les medirán a lo largo de la temporada de la SPL. Unos partidos en los que el equipo que sale victorioso se acerca hasta casi tocar con la punta de los dedos el título de la máxima categoría del fútbol escocés. Sin embargo, habrá que estar muy atentos no solo al espectáculo sobre el césped, sino a lo que pueda acontecer en las gradas de Celtic Park. Un espectáculo que trasciende de lo deportivo, dividiendo a Glasgow por unas horas de las que se hablará en todo el mundo.
Texto de:VAVEL.es
-Próximo partido: Rangers contra Celtic, 2 Enero a las 13h 45min.
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