O Muirigh fue advertido por el PSNI hace unos días de que sus movimientos estaban siendo vigilados por la UDA que planeaba atacarlo. Se cree que la amenaza está vinculada a la representación de O Muirigh a una mujer protestante, Tracey Coulter, que fue intimidada en su casa por lealistas.
En enero de este año, como nos recuerdan desde Irish Republican News, el lealista William 'Mo' Courtney tuvo una sentencia suspendida por un cabezazo a Coulter en las oficinas de la Asociación de la Comunidad del Lower Shankill. Ahora parece que la defensa legal de O Muirigh para ejercer acciones sobre este incidente, ha molestado a la UDA.
O Muirigh dijo que la amenaza era un "desarrollo siniestro".
"Teniendo en cuenta la naturaleza de la amenaza y la gente detrás de ella voy a buscar una reunión urgente con el PSNI", dijo.
"Me estoy tomando esto como una grave amenaza para mi vida. Sin embargo, no me va a disuadir o intimidarme de representar a clientes de todas partes de la comunidad, incluyendo la Sra Coulter ".
El abogado dijo que representa a una amplia gama de clientes de ambas comunidades y que está "desconcertado".
Entre sus otros clientes está Raymond McCord, cuyo hijo fue asesinado por miembros de la UVF de Mount Vernon, y familias de personas asesinadas por la Fuerza de Reconocimiento Militar encubierta del ejército británico.
También representa a un número de ex internados que están tomando una acción de grupo contra el gobierno británico por la detención ilegal, así como muchos casos que no tienen conexión con el conflicto
Dos abogados de alto perfil, Rosemary Nelson y Pat Finucane, fueron asesinados por los lealistas en ataques separados en los últimos 25 años.
Finucane fue asesinado a tiros frente a su esposa e hijos en su casa del norte de Belfast, en febrero de 1989 por miembros de la UDA. Rosemary Nelson, de Lurgan, fue asesinada en marzo de 1999, cuando una bomba explotó debajo de su coche. Los Defensores de la Mano Roja (afines a la UDA) se atribuyeron la responsabilidad por el asesinato.
Hubo una fuerte evidencia de colusión en los dos asesinatos y mientras el gobierno británico ordenó una investigación independiente sobre el asesinato de Rosemary Nelson, renegó de un compromiso de realizar una investigación pública sobre el asesinato de Finucane. Ambos abogados habían recibido previamente amenazas de muerte transmitidas por la policía.
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