No me he podido resistir a compartir con vosotr@s un texto de La Razón (diario conservador del estado español) que trata de la historia del "Britannic" hermano gemelo del "Titanic" y con un final igualmente apocalíptico.
Espero que disfruteis del texto, a mi me ha parecido más que interesante:
Texto de La Razón:
A las ocho de la mañana del 21 de noviembre de 1916, el buque-hospital “Britannic” navegaba por las tranquilas aguas del mar Egeo cuando fue sacudido por una explosión, hundiéndose una hora después junto a 30 personas de las que viajaban en él. En la sangrante rutina de la Primera Guerra Mundial la noticia no hubiera tenido otra peculiaridad que la de tratarse del mayor buque perdido en la contienda, de no ser porque se refería a uno de los buques gemelos del “Titanic”.
Botado en Belfast en 1914, fue bautizado inicialmente como el “Gigantic”, sin embargo el desgraciado final de su hermano gemelo movió a sus propietarios a renunciar a un nombre tan pomposo y fue rebautizado como “Britannic”, un buque construido con los mismos lujos que el “Titanic”, aunque reforzado con doble casco y pertrechado con el número de botes correspondiente a su capacidad de pasajeros, todo ello por mor de la desgraciada experiencia de su hermano.
A los pocos meses de su botadura Europa se vio envuelta en la Primera Guerra Mundial y el gobierno británico decidió requisarlo antes de su entrega a los propietarios. Pintado completamente de blanco y con seis grandes cruces rojas distribuidas a lo largo del casco, el “Britannic” se convirtió en un buque-hospital, rol que mantuvo hasta el último de sus días operativos.
Su primera travesía lo llevó a la isla griega de Lemnos, con la misión de evacuar a los soldados ingleses heridos en la batalla de Gallipoli. Poco después fue fondeado frente a la isla de Wight, donde servía como hospital flotante hasta que el Almirantazgo decidió enviarlo de nuevo al Mediterráneo. Después de una última escala en Nápoles, salió otra vez para Lemnos al mando del capitán Charles Barlett.
El 21 de noviembre, tras la explosión, el barco comenzó a inclinarse peligrosamente a estribor, a pesar de lo cual Barlett trató de embarrancarlo en una playa próxima, pero la velocidad de avance aceleró la entrada de agua y, mientras el capitán decidía qué hacer, algunos intentaron escapar a la tragedia arriando los botes salvavidas. Con el buque escorado a una banda los botes fueron succionados por el remolino de la hélice de la banda contraria, que terminó destrozando las embarcaciones y matando a sus ocupantes. Afortunadamente ese día no transportaba heridos y la mayor parte de la tripulación consiguió sobrevivir.
En 1975 el pecio fue localizado por Jacques Cousteau. Para entonces había un enconado debate sobre el verdadero causante del hundimiento, que unos atribuían a un torpedo alemán y otros a una mina. Para terminar de complicar las cosas, la declaración del famoso explorador francés sobre la existencia de un gran agujero en el casco proyectado hacia el exterior, sugería un posible sabotaje, aunque posteriores inmersiones permitieron descubrir un alto número de anclas de minas, lo que a fecha de hoy parece confirmar la teoría de este tipo de artefacto.
Una superviviente obstinada
Posiblemente la superviviente más famosa del naufragio fue Violet Jessop, enfermera de profesión, que debe su fama al hecho de que unos años antes de sobrevivir al naufragio del “Britannic” lo había hecho también al del “Titanic”.
Su primer destino como enfermera la llevó a bordo del “Olympic”, el buque que completaba la lujosa serie de la White Star Line. En 1911 Violet pertenecía a la tripulación que sobrevivió a la colisión de este buque con el vapor “Hawke”, cuyo capitán, Edward Smith, fue el mismo que se hundió con el “Titanic” unos meses después.
Con una abundante melena cobriza y los ojos azules como el cielo, Violet era una chica extraordinariamente guapa que, entre risas, contaba a sus amigos las proposiciones de matrimonio que solía recibir por parte de los pasajeros del “Olympic”. Quién sabe si escapando de semejante acoso o buscando, quizás, un pretendiente más rico, el caso es que Violet embarcó en el “Titanic” el mismo día que zarpó de Southampton. Cuatro días después el barco se hundió tras chocar con un enorme témpano de hielo, pero ella consiguió ponerse a salvo.
Salvar al bebé
En el momento en que su bote estaba a punto de descender a las frías aguas, un oficial le hizo entrega de un bebé abandonado, una preciosa niña de menos de un año de edad. Durante las ocho horas que trascurrieron hasta la llegada del “Carpathia”, Violet protegió a la criatura con el calor de su cuerpo, pero una vez a bordo del buque que rescató a los supervivientes del “Titanic”, una mujer apareció de repente, le arrebató el bebé y echó a correr.
Cuatro años después Violet fue enrolada como enfermera a bordo del “Britannic”. Cuando el buque tocó con una mina y comenzó a escorarse los recuerdos pudieron con ella y corrió a embarcar en uno de los botes hasta quedar otra vez a merced de las olas. Al ver la enorme hélice del barco succionar uno tras otro los botes salvavidas y destrozar los cuerpos de sus ocupantes, se arrojó al mar y al intentar salir a superficie se golpeó con el casco del barco y quedó inconsciente. Cuando se iba al fondo alguien tiró de ella y la rescató, de ese modo consiguió sobrevivir a su segundo naufragio.
En 1950 se jubiló y se retiró al campo con intención de llevar una vida más apacible que la de los barcos. Antes de morir recibió la llamada de una misteriosa mujer que se identificó como el bebé al que había ayudado a sobrevivir cuando el hundimiento del “Titanic”. La supuesta superviviente prefería preservar su identidad, pero quiso darle las gracias por haberle salvado la vida. Nunca se supo quién hizo la llamada, en cualquier caso se trata de otro de los muchos e insondables misterios que rodean al buque más mediático de todos los tiempos.
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