La falta de perspectivas laborales en el país está provocando una salida masiva de irlandeses en busca de un puesto de trabajo. Así lo pone de relieve un estudio elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Sociales (ESRI, por sus siglas en inglés), que calcula que cada semana abandonan el país unos 1.000 ciudadanos.
La crisis financiera que atraviesa el llamado tigre celta, que necesitó ser rescatado por Bruselas y el FMI el pasado mes de noviembre, está forzando a los irlandeses a emigrar a otros países con la esperanza de encontrar un empleo, siendo los recién licenciados los que más se están decantando por esta opción.
Según señala el informe, que recoge la CNBC, entre abril de 2010 y abril de 2012 más de 100.000 irlandeses se habrán movido fuera de su país, lo que supone una cifra elevada teniendo en cuenta que tiene menos de 4,5 millones de habitantes.
Además, representaría el mayor nivel de emigración de la historia reciente, por encima incluso de la registrada en la década de los 80, cuando en su punto álgido de movimientos migratorios, en 1989, la cifra de desplazados fue de 44.000 personas.
En el estudio se asegura que las medidas de ajuste y las reformas llevadas a cabo por Dublín para contrarrestar el déficit y estimular el crecimiento económico no serán suficientes para generar el empleo necesario. Actualmente, la tasa de paro de Irlanda se sitúa en el 13,5% de la población activa, una cifra que sería incluso mayor de no ser por la propia emigración, apunta el ESRI.
En este sentido, creen que ni siquiera bastará el elevado incremento de las exportaciones que ha previsto el gobierno para el presente ejercicio.
"Un crecimiento así en las ventas al exterior no se transfiere con rapidez al crecimiento del empleo. Mientras el consumo siga deprimido, va a ser muy difícil que se produzca una subida significativa del empleo", indicó Alan Barrett, uno de los autores del estudio.
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