El texto:
(embargada hasta las 00.01 GMT del jueves 30 de diciembre) - Juan Pablo II expresó a la ex ministra conservadora Margaret Thatcher (1979-90) su preocupación por los presos del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que se declararon en huelga de hambre en la prisión norirlandesa de Maze en 1980, según se supo hoy al desclasificarse la carta que envió el pontífice.
De acuerdo con la misiva, el Papa transmitió a la jefa del Gobierno conservador su "profunda" inquietud por el estado de los prisioneros y por la situación de tensión en la cárcel, al tiempo que le pidió que buscara soluciones.
"En el espíritu del llamamiento a la paz y a la reconciliación que hice en Drogheda en mi visita pastoral a Irlanda el año pasado, desearía expresar mi profunda preocupación por las trágicas consecuencias que la agitación podría tener para los propios prisioneros y también las graves repercusiones sobre toda la situación en Irlanda del Norte", escribió Juan Pablo II.
"Le pediría -proseguía el pontífice- que considerara personalmente posibles soluciones a fin de evitar posibles consecuencias irreversibles que tal vez podrían ser irreparables".
Los orígenes de la protesta de los presos del actualmente inactivo IRA (que luchaba por la independencia de Irlanda del Norte del Reino Unido y su anexión a Irlanda), estuvieron en la decisión del Gobierno británico de tratar a esos prisioneros como delincuentes comunes y no presos políticos.
La eliminación de la llamada "categoría especial" se extendió a todos los paramilitares en marzo de 1980.
Siete presos católico-republicanos se declararon en huelga de hambre en octubre de 1980 en respuesta a la medida, y después se sumaron otros 23.
Thatcher contestó a Juan Pablo II que había debatido la huelga de hambre con sus ministros y habían constatado que, aunque era motivo de preocupación, estaban "firmemente resueltos" a no tomar medidas que pudieran interpretarse como "una concesión a que los motivos políticos pueden excusar el asesinato u otros delitos graves".
Esa huelga de hambre se suspendió a finales de diciembre, pero en 1981 empezó otra que se saldó con la muerte de 10 presos republicanos y un aumento de la violencia en la zona.
La carta del Papa a Margaret Thatcher se hizo pública junto con otros documentos gubernamentales de la época, en virtud de una ley que permite desclasificar documentos secretos guardados en los Archivos Nacionales a los 30 años de su emisión.
Otro informe divulgado muestra la actitud beligerante de la ex primera ministra hacia el Gobierno de la Unión Europea, contra el que estaba dispuesta a lanzar una ofensiva "abierta" si no se aprobaba su demanda de devolución de parte de la contribución británica al presupuesto comunitario negociada en mayo de 1980.
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