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lunes, 14 de junio de 2010

Entrevista a Pat Magee -Noticias de Gipuzkoa-

El otro día comenté un seminario que se iba a dar por la fundación Sabino Arana, posteriormente he puesto la entrevista de El PAÍS (con un estilo que más que informar parecía sacado de los mejores tiempos del periodismo "de guerra") a uno de los ponentes, en esta ocasión desde Noticias de Gipuzkoa han realizado otra entrevista a Pat Magee, que si bien es bastante lineal, aborda el tema desde una perspectiva más amplia:

BILBAO. ¿Cuáles fueron las claves de la resolución en Irlanda del Norte?

Ha habido varias iniciativas políticas para poder conseguir la paz a lo largo de muchos años. Y todas fracasaron porque excluían a los protagonistas clave del conflicto: el movimiento republicano, e incluso a los lealistas. Fue únicamente al llegar a un debate inclusivo cuando se negoció una paz duradera.

¿Cuál fue el papel de la violencia?

Creo que nuestra debilidad política, el hecho de que como nacionalistas irlandeses nos sentimos abandonados en un Estado dividido en el que el dominio de la mayoría proseguía y quedamos excluidos, hizo que la violencia entrara en la agenda política. Era inevitable, de alguna manera. De ninguna forma se podría haber seguido en nuestra estrategia para conseguir acabar con esta división de Irlanda a través de medios constitucionales y democráticos.

Habla de métodos constitucionales. ¿Qué papel cobraron los partidos?

No existía ningún partido efectivo que representara los agravios de los nacionalistas de clase trabajadora. Por tanto, tuvimos que construirnos a nosotros mismos políticamente. Ahora estamos en una situación en la que el Sinn Féin es el partido más grande, y eso se logró en contra de los intentos de marginarlo, de convertirlo en ilegal, o incluso de encarcelar a sus líderes. Una vez que conseguimos el poder político, teníamos otras opciones para conseguir nuestros objetivos. Sin poder político, la violencia era inevitable. Pero, con poder político, pudimos negociar un acuerdo duradero.

Pero el Gobierno español sostiene que con ETA se acabará por la vía policial. ¿Hubiera sido concebible en el caso norirlandés?

El Estado británico, durante décadas, trató de erradicar al IRA a través de la encarcelación, de la tortura, de disparar para matar; y también lo hizo a través de la infiltración en nuestro movimiento. Utilizó todas las posibilidades que están al alcance de un Estado que quiere ejercer la violencia. Y no lo consiguió.

A ETA se le reclama que deje las armas. En el caso del IRA, ¿qué condiciones facilitaron su desarme?

Ya no soy miembro del movimiento republicano. Por lo tanto, no conozco en detalle cómo el IRA acabó su campaña. Lo que sí puedo decir es que las armas ya no eran necesarias.

¿Por qué?

Por el hecho de que teníamos suficiente fuerza política para negociar un acuerdo. Sin la lucha armada, no hubiera ocurrido.

¿Qué pasos debe dar un gobierno?

Para cualquier acuerdo duradero, es necesario un proceso incluyente, y que haya diálogo y acomodación.

Hubo otras medidas, como la liberación de los presos. ¿Fue posible porque existían dos "bandos" de reclusos, frente a la situación de Euskadi?

Posiblemente fuera más fácil, pero no tengo un conocimiento íntimo de las condiciones de aquí. En cualquier proceso duradero y sostenible, todos los agravios de todas las partes tienen que ser trasladados. Existían presos políticos debido a una situación política. Por lo tanto, cualquier acuerdo político conduce a un programa de liberación de presos.

Lo que ha demostrado el proceso norirlandés es que es posible la reconciliación, como sucede con su caso y el de Jo Berry -hija de una de sus víctimas-. ¿Fue una reconciliación ardua?

Sí, fue duro, tanto para mí como para Jo. Pero forma parte esencial de lo que se tiene que hacer. Nos hemos reunido en sesenta ocasiones. Es mucho, considerando que maté a su padre. Lo que es esperanzador es que conocemos muchos más casos, aunque no quieran hacerlo público. Existen muchos agravios que siguen teniendo que tratarse. Hay muchas personas que quieren que se diga la verdad. Sobre todo, con respecto al papel del Estado británico a la hora de fomentar la violencia sectárea y la tortura. Podríamos necesitar décadas para decir que el pasado es pasado, porque el Gobierno británico tiene interés en ocultar su papel.

ETA lleva más de 300 días sin atentar, y la izquierda abertzale ha apostado unilateralmente por la política. ¿Hay motivos para la esperanza?

Nunca habrá una situación perfecta, pero las iniciativas que menciona parecen crear las condiciones necesarias para iniciar un proceso.

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