Maeve, que lleva el nombre de la legendaria Reina de Connacht, nació en Lissadell el 13 de noviembre de 1901. Su padre, el esposo de Constance, era el Conde Casimir Dunin-Markievicz, un noble cuya familia era propietaria de una finca en Zywotowka en Ucrania. Él ya tenía un hijo, Stanislaw, de un matrimonio anterior.
Muy poco después de su nacimiento, Constance se volvió a sumergir en las actividades políticas y filantrópicas que la absorberían por el resto de su vida. La abuela de Maeve, Lady Georgina Gore-Booth, se hizo cargo del bebé y, aunque Constance la visitaba con frecuencia, con el tiempo la relación entre la abuela y la nieta se convirtió en una relación más de madre e hija. A la edad de 14 años Maeve fue enviada a una escuela exclusiva en Inglaterra. Fue aquí donde llegaron las noticias de la Rebelión de Pascua de 1916, y, como era de esperar en un entorno así, logró notoriedad como "La hija de la rebelde". A medida que crecía, desarrolló una gran admiración por la emancipación de su madre y esperaba algún día seguir sus pasos.
En 1956 probó suerte con la pintura. Con la misma energía que había caracterizado a Constance en sus proyectos, Maeve progresó tanto en su nuevo pasatiempo que en dos años había logrado su primera exposición en Hampstead, Inglaterra. Dos años más tarde, celebró su primera exposición irlandesa en Dublín, inaugurada por el Taoiseach Seán Lemass.
Con un estado de salud deteriorado, visitó Sligo por última vez en 1962.
Un anuncio en la prensa en junio de 1962 decía:
"La muerte de la señorita Maeve de Markievicz ocurrió en su casa en Parliament Hill, Londres" ... fue el último eco del primer disparo en la Rebelión de Pascua de 1916. Maeve fue el final de la línea, el único descendiente de una mujer notable quien brilló a través de los cielos con el amanecer de la República de Irlanda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario