James Brokenshire |
Desde wradio - vía EFE - desarrollan de la siguiente manera la información (sin editar); El Gobierno británico presentó hoy el presupuesto general elaborado para Irlanda del Norte para 2017-2018 ante la parálisis política que sufre la provincia, cuyo Ejecutivo de poder compartido entre protestantes y católicos permanece suspendido desde el pasado enero.
Con esta decisión, que será incorporada a la legislación británica en el Parlamento de Westmisnter a finales de semana, Londres toma las riendas de la economía de la autonomía, aunque advierte de que no asume el "gobierno directo" de la región.
La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, y su titular para Irlanda del Norte, James Brokenshire, sostienen que se trata de una "solución intermedia", encaminada a evitar la suspensión indefinida de la autonomía y el control directo de Londres.
Brokenshire cree que los partidos norirlandeses todavía pueden llegar a un pacto de gobernabilidad antes de que acabe el año, pero insistió hoy en que se ha visto obligado a intervenir en las cuentas de la región porque sus arcas se están quedando sin dinero, ante la ausencia de un Ejecutivo autónomo capaz de tomar decisiones económicas desde hace casi once meses.
El Gobierno británico informó hoy de que ha aumentado un 3,2 % el nuevo presupuesto respecto al del pasado año, aunque al aplicar la inflación el dinero destinado a Irlanda del Norte se mantiene más o menos en la misma cantidad, que será gestionada, de momento, por el funcionariado de la región.
Las nuevas cuentas para 2017-2018 no incluyen los 1.000 millones de libras adicionales (1.125 millones de euros) prometidos por May el pasado junio, cuando firmó un acuerdo de gobernabilidad con el Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa.
La "premier" necesitó el apoyo de los diez diputados unionistas, tras perder la mayoría absoluta en las elecciones generales británicas del 8 de junio.
Según el nacionalista Sinn Féin, el principal partido entre los católicos norirlandeses, esa relación entre DUP y "tories" ha envalentonado a los unionistas e impide que cedan ante asuntos claves para la restauración del Ejecutivo autónomo.
La líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte, Michelle O'Neill, pidió hoy a Londres y Dublín que se impliquen más en los esfuerzos negociadores y obliguen al DUP a asumir algunas de sus propuestas.
Ambos partidos mantienen diferencias sobre el asunto de la lengua gaélica, pues los nacionalistas quieren que se redacte una ley específica para protegerla, mientras que el DUP prefiere incluir este asunto en una legislación cultural más general, que contemple también aspectos relacionados con la identidad unionista.
El ultraconservador DUP también rechaza legalizar el matrimonio homosexual y los dos discrepan respecto al legado del pasado conflicto y los mecanismos para asistir a las víctimas e investigar los crímenes cometidos tanto por los paramilitares como por las fuerzas de seguridad durante ese periodo.
El Ejecutivo de Belfast cayó el pasado enero cuando el histórico dirigente del Sinn Féin Martin McGuinness, ya fallecido, dimitió de su puesto de adjunto de la exministra principal y líder del DUP, Arlene Foster, por un caso de corrupción en la política de energías renovables detectado en la anterior legislatura.
El Gobierno británico se vio obligado a convocar comicios en marzo, pero los partidos no han sido capaces de acercar sus posiciones desde entonces.
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