La noticia según El Correo:
El ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan y el líder del Sinn Fein Gerry Adams acudirán este lunes a la Conferencia de Paz de San Sebastián, según ha confirmado Lokarri. La plataforma ha desmentido que Tony Blair vaya a volar finalmente a San Sebastián, como se había especulado. El exprimer ministro británico ha excusado su ausencia por problemas de agenda derivados de su trabajo en Oriente Medio y enviará a su ex jefe de gabinete Jonatahn Powell. La política noruega Gro Harlem Brundtland, el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern y el exministro de Interior francés Pierre Joxe también acudirán a San Sebastián.
El coordinador de Lokarri, Paul Ríos, y Silvia Casale, miembro del Grupo Internacional de Contacto, en representación de las seis entidades organizadoras de la reunión, han dado a conocer los nombres de las personalidades que se desplazarán a San Sebastián.
Bertie Ahern, que ha asesorado asiduamente al Gobierno español, pasó en una década de ser el primer ministro irlandés más popular en la historia de los sondeos políticos de la República de Éire a ser el más denostado. Ese tránsito tuvo como punto de partida el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 y como desenlace la monumental crisis económica en 2008.
Retirado de la vida pública irlandesa, tras su grave descrédito como consecuencia de la crisis y de acusaciones de corrupción, Ahern es, como otros participantes en el proceso de paz de su país, un colaborador asiduo en foros y grupos de asesoramiento a gobiernos para la resolución de conflictos. A diferencia de otros, que cumplieron roles secundarios o irrelevantes, él desempeñó un papel central en el proceso de paz, que alcanzó su momento más emotivo cuando acudió a Belfast para ultimar la negociación del acuerdo constitucional, en abril de 1998, inmediatamente después del fallecimiento de su madre.
En aquel acuerdo, Bertie Ahern, líder del partido Fianna Fáil -descendiente del viejo IRA-, puso sobre la mesa la oferta de un cambio en la Constitución de Irlanda que justificó la firma del principal partido unionista, entonces liderado por David Trimble. La reivindicación de soberanía territorial de Irlanda del Norte, defendida tanto por la Constitución como por el IRA, fue alterada por una aspiración que sólo podía cumplirse con el acuerdo mayoritario de la población del Norte.
Esa reforma constitucional fue aprobada con mayoría abrumadora por los irlandeses, abriendo una época de nuevas relaciones con los partidos unionistas. Pero Ahern, como también el británico Jonathan Powell, persistieron después en el diálogo con los diversos grupos hasta alcanzar el desarme de las organizaciones terroristas y la formación de un Ejecutivo compartido estable en la región.
Los riesgos que los gobiernos deben adoptar para favorecer la resolución de conflictos -según expresión de participantes en la presentación, ayer, de la Conferencia Internacional- tuvieron en el caso de Ahern una ventaja y una paradoja. Como líder del partido de Éamon de Valera, que perdió la guerra civil entre facciones del IRA que siguió a la partición de la isla, representaba a la fuerza más nacionalista del sur y era así invulnerable a acusaciones de traición histórica.
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