"Creemos que los problemas que existen para la devolución de Justicia e Interior se pueden solucionar", declaró Brown al término del encuentro.
"Estamos convencidos de que es correcto para Irlanda del Norte avanzar de esta manera y creemos que juntos podemos asistir en la finalización de estas conversaciones", añadió.
Brown y Cowen se entrevistarán con Peter Robinson, líder del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) y ministro principal de la autonomía -ahora apartado temporalmente de sus funciones a raíz de un escándalo- y el representante del Sinn Fein, Martin McGuiness, "número dos" del gobierno de poder compartido entre católicos y protestantes.
El DUP y el Sinn Fein, antiguo brazo del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), discrepan sobre el calendario para la devolución a la provincia de los poderes de Justicia e Interior, que ahora administra Londres.
Robinson y McGuinness se reunieron esta mañana(del 25) en Belfast para tratar el asunto en un encuentro que duró apenas 30 minutos, si bien el Sinn Fein lo había calificado de "definitorio y crítico" para evitar una crisis institucional y la desintegración del Gobierno autónomo.
Ninguno de los dos dirigentes efectuaron declaraciones al término de la reunión, celebrada en el castillo de Stormont, sede de la Asamblea norirlandesa.
Antes de la cita, McGuinness instó al DUP de Robinson a cumplir con las obligaciones adquiridas en el proceso de paz.
McGuinness recordó hoy que su partido ha cumplido con todos los puntos del acuerdo de Saint Andrews (2006), que preveía el reconocimiento de la autoridad de las fuerzas del orden y la Justicia norirlandesas y la devolución, a cambio, de estas competencias.
"Tres años después, todavía estamos esperando a que el DUP cumpla con sus obligaciones", lamentó el dirigente republicano.
El Sinn Fein quiere completar el proceso de transferencia de poderes tan pronto como sea posible, mientras que el DUP prefiere proceder con cautela, en parte por la presión ejercida por su sector más conservador, contrario a un acuerdo con los republicanos, de los que aún desconfían.
Aunque ambas partes están conformes con la aportación monetaria que ha ofrecido el Gobierno británico para completar la devolución y coinciden en que los futuros responsables de Justicia e Interior no saldrán de sus filas, el calendario final es aún una incógnita, lo que mantiene paralizado el proceso de paz.
Una de las cuestiones que ha erosionado la confianza entre los partidos es su desacuerdo también en otro asunto.
Contra el deseo de los nacionalistas, los unionistas quieren reformar la llamada Comisión de Desfiles, creada un año antes de la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998) para supervisar y modificar las rutas de las controvertidas marchas de la Orden protestante de Orange por ciertas zonas católicas.
Noticia de EFE sacada de ABC.
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