Desde lavozdigital informan; El organismo de la Unión Europea que administra los fondos
destinados a promover la paz y la reconciliación en Irlanda del Norte
anunció ayer la retirada de una subvención de 18 millones de euros para
la creación de un centro internacional de resolución de conflictos en
terreno antes ocupado por el complejo carcelario de Maze, en el sudoeste
de Belfast, porque no hay acuerdo local sobre su construcción.
El anuncio pone fin temporal a una saga que, según
dirigentes de Sinn Féin, podría provocar otro cierre, el del Ejecutivo
compartido creado tras el acuerdo de paz de 1998. Danny Morrison, que
fue encarcelado por acciones del IRA y actuó como director de publicidad
del partido republicano ha escrito que «si los unionistas creen que la
Asamblea no puede colapsar, deberían pensarlo dos veces». En parecidos
términos se han expresado Gerry Adams y Gerry Kelly, y el viceministro
principal de la región, su correligionario Martin McGuinness, ha
anunciado que no dará su visto bueno imprescindible -según las reglas
del Gobierno- para que se inviertan los fondos para la creación de un
centro empresarial anexo que podría crear 5.000 empleos.
Para el ministro principal de la provincia, Peter Robinson,
sería «cruel» que Sinn Féin «castigue a la población de Irlanda del
Norte» por no incluir en el plan el centro de paz, cuya construcción él
bendijo hasta que, en agosto, escribió una carta a los miembros de su
partido en la que les anunciaba que no existía el suficiente acuerdo en
las comunidades para llevarlo a cabo. En ese terreno había una base
aérea, Long Kesh, en cuyos dormitorios fueron ingresados presos por
terrorismo desde 1971. Cuatro años después se habían construido los
'bloques H', cárceles conocidas con ese nombre por la forma de su
planta. Los 428 presos que permanecían allí en 1998, separados en áreas
asignadas a cada grupo, fueron puestos en libertad en dos años.
En 2003 se planteó la construcción de un gran estadio
deportivo y del centro internacional para la resolución de conflictos.
El proyecto de estadio fue abandonado. Luego, el Ejecutivo, entonces con
mayoría de otro partido unionista, el más moderado UUP (Partido
Unionista de Ulster), decidió que los edificios carcelarios fueran
preservados como patrimonio arquitectónico.
Diez años después Robinson, ya líder regional, dijo en
abril: «El centro será una antorcha para alentar a otros países a
encontrar soluciones para sus divisiones». Como el proceso de paz en
Irlanda del Norte se ha convertido en una referencia internacional,
Robinson afirmó que era un sector exportador, con capacidad para generar
empleo. Pero había descontento en sus filas, en el UUP y en la
sociedad. Un aliado de Robinson en el DUP (Partido Unionista
Democrático), el diputado Nigel Dodds, fue posiblemente el primero, en
2007, que utilizó la expresión «santuario del terrorismo» para describir
la idea de convertir unas cárceles en las que el IRA había vivido la
experiencia de las huelgas de hambre de 1981, que tienen carácter
emblemático para sus miembros y simpatizantes.
Memoria
No sería tal santuario, decía Robinson. El centro
internacional no estaría alojado en los edificios de la prisión sino en
uno nuevo, diseñado por el arquitecto Daniel Libeskund. Y el líder
unionista que había impulsado el proyecto junto a McGuinness reconocía
que la agria polémica se basaba en una disputa «sobre cómo se contará la
historia de Irlanda del Norte».
En agosto se agitaron más fantasmas del pasado. Había
disturbios callejeros después de que el Ayuntamiento de Belfast, con
mayoría del Sinn Féin, limitó el izado hasta entonces diario de la
bandera británica. El consistorio de Newry dio el nombre de uno de los
presos del IRA muerto en la huelga de hambre a un parque infantil.
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