IRSP – Conmemoración de Pascua 2013 (Belfast)
Por Aishling McIlroy
Traducido por Ángel para 'El norte de Irlanda'
Amigos, amigas, camaradas,
Es un honor y un privilegio que me pidieran intervenir en la celebración de Pascua del IRSP este año. Éstas son palabras que suelen decirse al principio de estos actos y, a veces, pueden llegar a perder su significado de tanto usarlas. Pero, camaradas, cuando oigo historias sobre las acciones y el valor de aquellas personas a las que nos reunimos para recordarlas, no puedo sino maravillarme por su inmenso sacrificio. Es por ello que, para mía, es realmente un honor que me hayan pedido hablar hoy aquí para recordar a personas como Seamus Costello y a todos aquellos bravos voluntarios y activistas políticos que lucharon antes que ellos. Y es un privilegio representar al movimiento al cual juraron lealtad: el movimiento republicano socialista irlandés.
Pero no sólo recordamos a aquellas mujeres y hombres de este movimiento sino que también recordamos a aquellos que se levantaron en armas en 1916 en un intento de derrocar el sistema británico en Irlanda. Cuando se leyó la proclamación de la República Irlandesa a los pies de la Oficina Central de Correos, Connolly sabía que los británicos no aceptarían ningún desafío a su dominación. Sabía que él y los demás que habían firmado esa proclama serían ejecutados si el levantamiento fracasaba, como así terminó ocurriendo. Pero eso no les detuvo. Su creencia en el derecho del pueblo de Irlanda a dirigir su propio futuro era absoluto e inquebrantable, y los sucesos de la Pascua de 1916 iniciaron una cadena de hechos que llevaron a que 26 condados de esta nación ganaran su independencia. Tristemente, los seis condados del norte siguen bajo control británico y los últimos tratos y acuerdos han fallado en solventar este asunto haciendo vinculante ese status quo.
Al igual que hoy día, existen diferencias sobre cómo debería ser una república irlandesa en cuanto a dirección política de una nación independiente. James Connolly se opuso a todas las formas de opresión y defendió una república socialista. No veía diferencia entre la lucha por liberarnos del Reino Unido y la lucha contra la opresión capitalista y la emancipación de la clase obrera irlandesa. Defendió una república de trabajadores en la que la clase trabajadora tuviera el control de los medios de producción, distribución e intercambio. Éste es un principio marxista fundamental que continúa como punto central de la política del IRSP hoy y que no todos los grupos republicanos aceptan, lo que diferencia al movimiento republicano socialista en términos desde la base del pensamiento político.
Echando la vista atrás en los últimos 100 años, podemos ver un linaje claro y bien definido. Podemos rastrear los comienzos orgánicos del movimiento republicano socialista y la gran tradición política del republicanismo y socialismo revolucionarios que se remontan al Partido Socialista Republicano Irlandés, el Ejército Ciudadano Irlandés y más allá en el tiempo.
El IRSP se mantiene fiel a nuestros principios fundacionales que recogimos de los interesantes escritos de James Connolly. Ésta es una cita que se le atribuye: “Creemos en la acción constitucional en tiempos de normalidad. Creemos en la acción revolucionaria en tiempos excepcionales”. Ésta cita de Connolly puede ser aplicada al movimiento republicano socialista actual. La escribió durante el bloqueo obrero de Dublín cuando nació el Ejército Ciudadano Irlandés. Mirando atrás a 1913 podemos ver las raíces de nuestra actual organización. Seamos francos: éstos no son tiempos de normalidad. La continuada partición de Irlanda, la policía política, la degradación y humillación de los prisioneros republicanos, el abuso de los derechos humanos de los republicanos por parte de los que administran lo que llaman “justicia” tanto en el Norte como en el Sur, aliados de la codicia de los capitalistas y sus ataques de austeridad sobre nuestra clase... no, camaradas, no son tiempos de normalidad.
Fue durante el bloqueo obrero cuando James Connolly, Jim Larkin y Jack White formaron el ECI. Entonces la policía de Dublín estaba siendo utilizada por sus jefes para disolver las manifestaciones. En algunos casos llegaron a matar a huelguistas: James Nolan y John Byrne fueron apaleados y asesinados por la policía, y a una chica, Alice Brady, la mató de un disparo un esquirol con un arma que le había dado su jefe. El ECI se formó para proteger a estos trabajadores de estos brutales ataques policiales y fue la primera vez en que los trabajadores se organizaban de esta manera en Europa. El centenario de estos sucesos está próximo y nos gustaría aprovechar esta oportunidad para rendir tributo a aquellos que con esa visión que se rebelaron y organizaron en Dublín, en Belfast y por todo el país hace cien años.
Camaradas, el trabajo que comenzaron no ha terminado todavía. Está bien mirar atrás con orgullo y rendir tributo a aquellas mujeres y hombres de 1913 y 1916 pero eso no sirve de nada si no somos capaces de aprender de esas lecciones y adaptarlas a los tiempos que vivimos. El capitalismo sigue fuerte, la explotación es nuestro pan de cada día, los trabajadores están sufriendo el castigo de los excesos y la avaricia de los ricos mientras permanecen pasivos y sin un liderazgo fuerte. Lamentablemente la clase trabajadora hoy no tiene a visionarios del calibre de James Connolly o Jim Larkin para liderarles, pero esto no debe parar a las organizaciones revolucionarias así como al movimiento republicano socialista para organizar y emprender el camino hacia nuestro objetivo final.
Cuando los voluntarios tomaron posiciones la Pascua de 1916, sabían bien que estaban luchando contra el gran Imperio británico. Hoy nos reunimos para recordar y saludar la memoria de nuestros camaradas que hicieron el sacrificio último en la búsqueda de una república irlandesa de 32 condados. Una república irlandesa basada en los más elementales principios del socialismo: libertad, igualdad y fraternidad.
Recordemos con orgullo a aquellos voluntarios del Ejército Nacional de Liberación Irlandés y a los camaradas del Partido Republicano Socialista Irlandés que se encuentran enterrados por toda Irlanda. Sin su valor, coraje e integridad, las ideas del socialismo republicano se hubieran visto relegadas hace tiempo a la historia, pero me enorgullece decir que todavía su sacrificio nos sirve como fuente de inspiración en la construcción del movimiento por el que dieron sus vidas.
Desde esta tribuna quisiera también enviar un fraternal saludo a todos los activistas republicanos irlandeses, a nuestros camaradas en la prisión de Portlaois, a los republicanos presos en Maghaberry, a Michael Campbell, quien está en unas atroces e inhumanas condiciones en Lituania, le enviamos nuestra solidaridad y camarería. Está especialmente en nuestros pensamiento Marian Price, víctima del vengativo estado británico y apelamos una vez más a su inmediata puesta en libertad –única solución aceptable. El caso de Marions y el de Martin Corry, por nombrar sólo unos casos, nos recuerdan cómo es la justicia bajo la opresión y abuso de derechos humanos que siguen vigente en la administración de Stormont.
Camaradas, es vital que planifiquemos una estrategia para el futuro y encontrarnos de frente con cualquier desafío que se nos presente. Seamus Costello expuso sus planes para una república socialista, su visión de un partido político de la clase trabajadora revolucionaria, el Partido Republicano Socialista Irlandés. Somos los verdaderos herederos de Connolly, Mellows and Costello y, mientras somos humildes por la herencia recibida, asumimos firmemente la responsabilidad de que el IRSP continúe desarrollando nuestras políticas y estrategias que nos lleven a la victoria.
El IRSP ha estudiado el pasado y ha aprendido de él. Nos hemos reorganizado y nos estamos construyendo. Construimos una gran organización política que está liderada por los ideales de los hombres y las mujeres que hoy nos hemos reunido para recordar.
Mientras nos acercamos al centenario del levantamiento de 1916, es importante que reconozcamos la visión y compromiso de sus líderes. Es importante que recordemos a esos bravos republicanos irlandeses que dieron sus vidas en la lucha por una república socialista irlandesa. Es nuestro solemne juramento a su memoria y visión el buscar nuestros objetivos con el mismo compromiso y determinación.
La clase obrera irlandesa hoy, igual que en el periodo tras el levantamiento de 1916, es un fértil campo donde crece el descontento a la vez que es el único protagonista que de verdad es capaz de desarrollar un cambio social revolucionario. Nuestro movimiento ha continuado y continuará colocándonos en el centro de esas luchas. El IRSP continuará con su papel en levantar las conciencias trabajadoras y buscará constantemente identificar y jugar nuestra parte en la creación de nuevos frentes en la lucha de la clase obrera.
Al afirmar que Stormont y Leinster House han fracasado ante la clase trabajar, su credibilidad como vehículos para hacer frente a las claves del conflicto (partición de la isla, sectarismo religioso y el capitalismo) ha quedado totalmente destruida. Al reconocer los sistemas a ambos lados de la frontera como entidades fallidas, al decir esas verdades, que es revolucionario en sí mismo por ser una de esas verdades las contradicciones expuestas por la sociedad capitalista, la confianza de la clase obrera en sus instituciones está destruida y de esas verdades surgirá la semilla embrionaria de la república de trabajadores.
Es importante que abracemos las acciones revolucionarias. Todos tenemos nuestra función en la lucha. Cada día que divulguemos el mensaje republicano socialista es un día más cercano a nuestra victoria. Hoy recordamos y saludamos a los camaradas caídos y recordamos las batalladas pasadas, como la del bloque de 1913 y el levantamiento de 1916. Al terminar esta conmemoración, volvamos a reafirmarnos en la República prevista por Connolly, Mellows, Costello, Power y Gallagher. Para terminar, quisiera recordar las revolucionarias palabras de James Connolly: “nuestras exigencias son muy modestas, ¡sólo queremos la Tierra!”.
Go raibh mile maith agat.
Muchísimas gracias.
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