Enviamos especialmente saludos solidarios al pueblo de la Palestina ocupada que resiste el ataque genocida de las fuerzas imperialistas occidentales y sionistas. La colonización y el desplazamiento continuos de pueblos en todo el Medio Oriente están dejando un rastro de devastación a su paso con el legado destructivo adicional que los regímenes occidentales delegados imponen a su propio pueblo en términos de persecución, corrupción y robo de los recursos nacionales.
Elogiamos el activismo del Movimiento BDS y de todos los grupos de apoyo palestinos e instamos a la participación republicana en todos los niveles para contrarrestar el genocidio sionista occidental contra el pueblo de Palestina.
Al iniciarse un nuevo año con la partición de nuestro país más arraigada que nunca y el republicanismo irlandés reducido a la condición de espectadores impotentes, reiteramos nuestro llamamiento a un replanteamiento radical del republicanismo irlandés. Nos encontramos en medio de un cambio generacional en el que la influencia política que se puede ejercer no se deriva de una experiencia de la fase reciente de nuestra lucha, sino de la relevancia, si es que la hay, que los republicanos pueden aportar de ella a la Irlanda de hoy.
El resultado de las recientes elecciones en los veintiséis condados confirma nuestro análisis de que el cuerpo político de ese estado está firmemente bajo el control de elementos conservadores y reaccionarios de todo el espectro electoral. La cuestión de poner fin a la partición estuvo completamente ausente de esa campaña, lo que significa que en el futuro previsible la restauración de nuestra soberanía nacional no tendrá ningún valor electoral para los arribistas políticos.
En un editorial publicado en Belfast Media, portavoz provisional del Sinn Fein, se admitió rotundamente que la dirección que está tomando la policía en los Seis Condados está en consonancia con el análisis republicano que advertía enérgicamente contra la aceptación de la RUC/PSNI en primer lugar.
Pero tal admisión no puede aislarse de un solo aspecto del funcionamiento del pequeño estado. El malestar está profundamente arraigado en la estructura misma de la entidad manipulada que reivindica la visión republicana de que la partición está más allá de la reforma y que sólo la restauración total de nuestra soberanía nacional puede traer paz y prosperidad a todo el pueblo de Irlanda.
El control británico sobre los Seis Condados no depende de que Stormont funcione, lo cual es evidente, ni hay redención para el republicanismo irlandés si esa institución se derrumba. Éstas son las distracciones cuidadosamente fomentadas por Londres y Dublín y utilizadas por los nacionalistas del establishment para simular intenciones revolucionarias. Sin embargo, esta es la narrativa predominante que en gran medida no ha sido cuestionada y, de cara al año 2025, esto es lo que el republicanismo irlandés debe abordar urgentemente con una narrativa revolucionaria propia.
Beir Bua
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