El secretario de Estado británico, Brandon Lewis, mantuvo una reunión virtual con los partidos políticos del Norte y el ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, el martes sobre los planes del gobierno para lidiar con el legado.
Desde Sinn Féin Declan Kearney dijo que les dijeron que el Secretario de Estado para 'Irlanda del Norte' “nos llamaría” antes de que se presente la nueva legislación en Westminster.
A principios de este año, la administración conservadora publicó un documento en el que destacaba su intención de introducir un plazo de prescripción de los crímenes cometidos durante el conflicto hasta abril de 1998 y que se aplicaría tanto a los veteranos militares como a los 'ex paramilitares'.
Las propuestas contenciosas, que el primer ministro británico Boris Johnson dijo que permitirían al Norte "trazar una línea bajo los Troubles", también pondrían fin a todas las investigaciones y acciones civiles del legado.
Además, el paquete de medidas incluía un nuevo organismo de recuperación 'de la verdad y una iniciativa de historia oral'.
Pero la medida ha sido condenada por todos los principales partidos políticos del Norte, así como por el Gobierno de los 26 Condados y una serie de grupos de víctimas y supervivientes.
En declaraciones a los medios de comunicación, Kearney dijo: “Esta tarde nos reunimos con Brandon Lewis y le dijimos que las propuestas de amnistía presentadas por este gobierno no cuentan con el consentimiento de esta sociedad; que existe una oposición universal a sus propuestas de amnistía por parte de todas las víctimas y sobrevivientes. Ese mensaje fue reforzado por todas las partes que estaban en esta llamada.
El gobierno británico no tiene apoyo para esta posición y le dijimos a Brandon Lewis que ahora debería eliminar estas propuestas de amnistía de la mesa. Sin embargo, la reunión de hoy es la señal más clara hasta ahora de que el gobierno británico tiene la intención de proceder con la redacción y la promulgación de leyes para proporcionar amnistía a sus fuerzas estatales.
Esa es una posición absolutamente atroz que debe adoptar el gobierno británico".
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