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miércoles, 23 de febrero de 2011

Un pasado que persigue a Adams en campaña

Una vez más el pasado vuelve a hacer presencia, hace unas horas puse una entrada sobre la masacre en el bar McGurk´s en Belfast, ahora voy a poner una información de El Diario Vasco sobre las elecciones en los 26 condados y el fantasma que sigue persiguiendo a Gerry Adams. En este caso, de la mano de Helen McKendrick, hija de Jean McConville, una de las víctimas (no reconocida por el IRA, pero generalmente aceptada su autoría) de los Troubles, algunas calles de los 26 condados lucen con carteles que dicen: «Voten a cualquiera que no sea Adams» .
Adams negó su implicación, el IRA también, pero la familia y much@s otros siguen culpando a ese binomio de aquél asesinato.

El texto es del Diario Vasco, periódico vasco conservador, con lo cual como digo en otras ocasiones, hay que leer comprendiendo la línea editorial :

Gerry Adams va a lograr el escaño que persigue en el Parlamento de Dublín tras cambiar su domicilio de Irlanda del Norte a la República, el proceso de paz por la crisis financiera del Estado irlandés y la circunscripción de Belfast Oeste, donde su partido, el Sinn Féin, suele sacar los cinco diputados para la Asamblea autonómica, por la de Louth, donde obtuvo en las últimas elecciones uno de los cinco en juego para la Cámara dublinesa
Según el sondeo pulicado ayer por The Irish Times, los electores irlandeses tienen intención de dar el 37% de los votos a Fine Gael, el 19% al Partido Laborista, el 16% al Fianna Fail y el 11% al Sinn Féin. Con ese porcentaje, el hasta ahora diputado por Belfast Oeste en Londres y en Belfast entrará en el Parlamento de Dublín. Pero los sondeos dicen también que Gerry Adams tiene notable aceptación pero a la vez cifras muy altas de rechazo, algo que puede perjudicarle en el sistema de voto por orden de preferencias que se usa en Irlanda.
Uno de los motivos de antipatía hacia Adams es que aún niegue haber sido miembro del IRA. Según un sondeo reciente, cuatro de cada cinco irlandeses no le creen cuando lo niega. Y su campaña en Dundalk ha sido perturbada por la presencia de Helen McKendrick y de sus amigos, que se colocan en las calles con carteles que piden a los paseantes que «Voten a cualquiera que no sea Adams». Es la consecuencia de uno de los crímenes más horribles de la guerra terrorista norirlandesa.
Los hijos de Jean
Jean McConville era una mujer protestante, casada con un católico. Vivían en Divis Flats, una urbanización proletaria con una torre alta, en Belfast Oeste. Se daban muchas batallas entre el IRA y las fuerzas de seguridad en ese barrio y gente del IRA llegó a la conclusión de que Jean, que ya era viuda y tenía diez hijos, informaba al Ejército británico sobre los movimientos en aquella zona. Una noche de 1972 un comando del IRA se llevó a Jean de su casa.
Durante años no se supo más que de la batalla de los hijos para salir del infierno. Uno de ellos fue miembro del IRA. Helen, que tenía entonces 15 años y tiene ahora el apellido McKendrick de su marido, levantó la voz hace unos años sobre «los desaparecidos» del IRA. Son una veintena y se han encontrado diez cadáveres, entre ellos el de su madre, Jean, que tenía los dedos amputados entre otros signos de haber sido torturada antes de morir.
Encontró su cadáver en 2003 una pareja que caminaba por una playa del litoral de la circunscripción que Gerry Adams representará a partir del viernes. Los comandos del IRA operaban a menudo desde esta zona fronteriza del sur, que era su santuario. Helen hace aquí campaña contra uno de los líderes del proceso de paz y le acusa además personalmente del crimen, con el aval de Brendan Hughes, que fue uno de los grandes conspiradores del IRA en Belfast y que murió hace tres años.
Hughes dejó el IRA y el Sinn Féin del proceso de paz, a los que veía como una elite enriquecida con politiqueos, que había traicionado la desinteresada camaradería de los tiempos de la conspiración. Antes de morir, Brendan Hughes, 'El Moreno', dejó grabada una conversación en una universidad americana en la que decía que fue Gerry, su más íntimo camarada en la dirección del IRA en Belfast, quien, cuando tenía 24 años, ordenó el secuestro, interrogatorio y asesinato de Jean Conville.
El candidato Adams sale ahora en los periódicos diciendo que no es cierto y que respeta la protesta de Helen McKendrick. Es una historia típica de Belfast, de la guerra y política del norte, en esta circunscripción fronteriza. Y los ecos del pasado le persiguen el mismo día en el que alguien destruyó el banco de piedra levantado por los amigos de Hughes en su memoria, justo al norte de Dundalk.
«Ya vale de mierda»
En esta ciudad las otras noticias electorales son sobre la disputa entre los candidatos de Fianna Fail porque uno pone carteles en la zona que el otro considera suya, sobre la reducción de los servicios de los médicos de cabecera, el cierre de una macrotienda de ropa deportiva o las ideas para enderezar un país rescatado por un préstamo internacional que Adams y el Sinn Féin proponen derogar unilateralmente en su programa inverosímil.
En la calle mayor de Dundalk, el farmacéutico Fred Matthews ha colgado junto a las farolas de su establecimiento carteles electorales con su foto en los que se lee que él es un hombre «con conocimiento del mundo real», aunque en Drogheda, más al sur, este candidato independiente en un sistema electoral que los favorece ha colgado otros en su cruzada contra los politicos profesionales que han llamado la atención por su eslogan: «Ya vale de mierda».
Es una campaña muy diferente a las de Belfast Oeste y por eso es aquí una victoria para Gerry Adams sacar un escaño y el 11% de los votos.

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