La antigua policía norirlandesa, la RUC en su día atribuyó por "supuestos prejuicios" al IRA un atentado con bomba, en el que murieron 15 personas en un bar de una zona nacionalista de Belfast en 1971. Años después se confirmó lo sospechado, la matanza fue obra de los paramilitares lealistas.
Ahora, un informe del Defensor del Pueblo ante la Policía, Al Hutchinson, que ha visto la luz el lunes, afirma que los "prejuicios" de la Royal Ulster Constabulary, llevó a sus mandos a calificar el atentado como "un gol en propia meta" del IRA.
El texto de 80 páginas afirma que las fuerzas policiales no llevaron a cabo una investigación eficaz que explorase la posibilidad de que el salvaje atentado fuese obra de un grupo paramilitar lealista.
"Informes policiales inconsistentes -indica el documento-, alguno de los cuales sugerían que la víctimas eran responsables de la atrocidad, han causado a las familias mucha angustia, situación que ha continuado durante muchos años".
La RUC estaba "predispuesta" a culpar a los republicanos y sus portavoces ofrecieron informaciones "selectivas y engañosas" tanto al Gobierno de la época como a los medios de comunicación, según denunció en su informe Hutchinson.
El Defensor también consideró que la investigación no estuvo a la altura de la magnitud de la masacre.
"La investigación policial se inclinó claramente hacia la teoría errónea del 'gol en propia meta'. Esto, quizá, es comprensible de alguna manera dada la cantidad de atentados y ataques cometidos por el IRA por aquel entonces".
El norirlandés Robert Campbell fue condenado en 1978 por el atentado en el pub McGurk's de Belfast, lo que confirmó que la bomba fue colocada por el grupo lealista Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF). Durante décadas los familiares de las víctimas han sostenido que la UVF actuó en connivencia con la RUC, versión que Hutchinson ha rechazado.
El texto recalca que no hay evidencias que demuestren que hubo agentes del orden que prestaron apoyo a los escuadrones de la muerte lealistas para llegar hasta el lugar del atentado o huir de él, pero recordemos que los contactos y colaboración entre la RUC y paramilitares lealistas como la UDA y UVF fueron probados en el Informe Stevens de 2003.
En sus conclusiones finales, Hutchinson lamentó que ningún jefe sucesivo de la RUC tomase cartas en el asunto para "corregir" la "errónea percepción" de que alguno de los responsables del atentado fuesen miembros del IRA.
En el informe el defensor del pueblo ante la policía, instó al responsable del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI), que sustituyó a la RUC, a que dé "pasos significativos" para rectificar la situación.
Esta masacre hay que situarla en un contexto determinado, en la tarde del 4 de diciembre de 1971, con 4.000 soldados británicos vigilando las calles y los alrededores de Belfast ante un posible atentado del IRA, cinco paramilitares lealistas hicieron explotar un coche bomba frente a un bar frecuentado por católicos y marcharse sin ser detenidos.
Algunos oficiales de las fuerzas de seguridad, políticos y medios de comunicación hicieron circular la idea de que la bomba había sido colocada en el interior del bar y atribuyeron el atentado a un sector del IRA que supuestamente habría atacado a otro al que entonces estaba enfrentado.
Hay que recordar nuevamente, que nos encontramos tan solo un año después de la escisión del 69-1970 entre el P.IRA y el O.IRA.
Sin embargo, seis años después, un miembro de la UVF confesó su participación en el crimen y fue condenado. Nada dijo ni se supo de sus cómplices.
Ciarán MacAirt, nieto de una de las víctimas de la bomba del bar McGurk y coordinador de una campaña en internet para reclamar una investigación pública e independiente, cree que “si alguna vez se conociera toda la verdad sobre la masacre, las ramificaciones hacia el Gobierno británico serían catastróficas”.
“Sus militares usaron un grupo de lucha contra el crimen para asesinar a sus propios ciudadanos y conseguir el objetivo estratégico de dividir una comunidad para conquistarla. Pueden admitir esas prácticas en Yemen y Kenia pero no en las calles de Belfast”, opina MacAirt en declaraciones a DIAGONAL.
El defensor del pueblo norirlandés en materia policial, Al Hutchinson reconocía el error de las fuerzas de seguridad al atribuirlo al IRA. Eso sí, rechazaba su implicación en el crimen a pesar de que el testimonio de un oficial retirado sostenía que el Ejército estaba avisado del ataque un día antes de que se produjera. Según MacAirt, “la masacre del bar McGurk fue un crimen de guerra británico que intentaron encubrir desde el momento en que la bomba explotó. Su chapuza de investigación es un intento fallido de enterrar el pasado”.
Las víctimas de aquella matanza fueron:
Edward Kane
James Cromie
Maria McGurk
Philip Garry
Francis Bradley
Tom Kane
James Smyth
Sarah Keenan
Edward Keenan
Philomena McGurk
John Colton
David Miiligan
Kathleeen Irvine
Robert Spotswood.
Para ver el informe completo: Pinchad aquí.
http://mcgurksbarmassacre.rushlightmagazine.com/Vídeo de UTV:
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