El anuncio de que la monarquia británica va a hacer una visita de Estado a los Ventiseis Condados representa el capítulo final en el actual proceso de legitimación de la partición.
Contrariamente a la opinión de los establishments, la visita no representa un gesto en las relaciones amistosas entre los dos estados vecinos, sino más bien una confirmación que establece que la soberanía británica en los Seis Condados es absoluta.
Los irlandeses están en su lugar. Hay, los que previsiblemente darán la bienvenida a esta visita, mientras que otros fingirán indiferencia para evitar hacer frente a su propia complicidad en cerrar este capítulo final.
Su incapacidad para articular un argumento coherente y de principios en contra de lo que esta visita representa, demuestra lo comprometidos que están.
Esta visita no es prematura -aquí se lanza un dardo a unas palabras de Gerry Adams sobre el tema-, ni irrelevante, sino que es una declaración política deliberada para decirle a la gente de Irlanda que la Proclamación es nula y sin efecto.
La Proclamación no es un documento de intenciones, sino una declaración de intenciones soberanas. La Declaración de Independencia fue la ratificación democrática de esa intención y estamos firmemente detrás de aquello. La narrativa nacional, desde su abandono ha sido una de las divisiones entre nuestra gente, una sumisión a la doctrina religiosa, los especuladores financieros y los intereses creados.
Partición y Proclamación no se pueden conciliar y los que lo hacen, ya sea como animadores de esta visita o como incapaces de oponerse a ella se han aliado con lo primero.
La soberanía de Irlanda no termina en la frontera y la restauración de nuestra soberanía nacional sólo puede lograrse mediante la eliminación de esa frontera. El 32CSM llama a todos los republicanos que se oponen a esta visita a exponer la verdadera intención política y constitucional detrás de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario