Saoradh.- En la noche del jueves 8 de septiembre de 2022, el mundo se enteró de la muerte de la reina imperialista británica.
A medida que se difundió la noticia, se notó con significado las simpatías expresadas por los ex republicanos de Sinn Féin y otros miembros del partido nacionalista constitucional.
Esta es otra bofetada más en la cara de la población irlandesa en su conjunto, ya que Michelle O'Neill de Sinn Féin afirmó que Lizzy Windsor tuvo una "contribución significativa y esfuerzos decididos en la paz y la reconciliación entre nuestras dos islas", todo mientras las tropas del ejército británico permanecen en Irlanda. Las mismas tropas que han torturado, todavía lo hacen y siempre torturarán a los ciudadanos irlandeses, las mismas tropas que han masacrado a miles de hombres, mujeres y niños irlandeses, y las mismas tropas sobre las que ella tenía un control total.
Durante su reinado de 70 años, supervisó la ocupación no solo de los 6 condados del norte de Irlanda, sino también la ocupación y las invasiones de docenas de países en todo el mundo. Durante cada una de estas ocupaciones e invasiones, innumerables personas inocentes fueron asesinadas por sus fuerzas.
Numerosos medios de comunicación y políticos la han descrito como una "heroína" y una "inspiración" mientras se sentaba en un trono dorado, usaba diamantes de sangre y controlaba grandes cantidades de riqueza. Ella no era una heroína ni una inspiración. Los verdaderos héroes son esas personas ordinarias de la clase trabajadora que se levantan día y día, van a trabajar, luchan por mejores condiciones de trabajo, alimentan, visten y albergan a sus familias, todo mientras pagan fuertes impuestos para que su dinero duramente ganado sea entregado a esta imperialista Reina tirana británica.
No es la familia real la que tendrá que tomar la temida decisión de comer o calentarse este invierno. No es la familia real la que luchará para mantener a sus hijos. No es la familia real la que tendrá que luchar para conseguir un salario digno, justo e igualitario. No es la familia real la que luchará para comprar regalos a sus hijos esta Navidad. No es la familia real la que se enfrentará a muchas noches frías solo para poner comida en la mesa.
No, es la clase trabajadora la que se enfrentará a todas estas penurias mientras que la familia real vivirá en el lujo, como siempre lo ha hecho. Esta Navidad será el discurso de los Reyes televisado a millones de hogares hambrientos, fríos y desfavorecidos, mientras el belicista Rey británico se sienta en un trono dorado y habla sobre las dificultades que enfrentan todos menos ellos mismos.
Más de 100 años después de que el Ejército Ciudadano Irlandés izara la magnífica pancarta fuera de Liberty Hall, Dublín, esas palabras vuelven a tener una correlación directa con el presente: "¡No servimos ni al Rey ni al Kaiser, sino a Irlanda!"
Hoy ese mensaje suena verdadero a través de los corazones, las mentes y las almas de los genuinos republicanos irlandeses.
¡Abajo con la monarquía!
¡Abajo con el rey!
¡An Poblacht Abú!
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