La batalla de Ballynahinch fue el encuentro decisivo que puso de relieve los planes de los rebeldes para un exitoso levantamiento en Ulster en 1798.
El 29 de mayo de ese año, una reunión del Directorio Provincial había denunciado y expulsado al Ejecutivo de Ulster de los Irlandeses Unidos. Un nuevo y más militante Ejecutivo fue nombrado bajo el mando de Henry Joy McCracken, quien se encargó de planificar un levantamiento en Antrim y Down, que esperaba desencadenar una revuelta más generalizada.
Fue en esta etapa que McCracken observó: "Los ricos siempre traicionan a los pobres".
Pero, trágicamente, la posición de dos informantes clave pondría en desorden los planes para un alzamiento en Down. Un miembro de la Dirección Nicholas Magin, de Saintfield, trabajaba para el Gobierno durante más de un año. Un segundo informante fue John Hughes de Belfast quien estaba en una posición clave de contacto entre Down y Antrim.
En Down el Reverendo Steel Dickson, un Ministro Presbiteriano de Portaferry fue elegido General. Un republicano comprometido, aludió una vez a las contradicciones de un colega de los voluntarios irlandeses: "El caballero se ha declarado a sí mismo admirador de la libertad incondicional en Francia, mientras que es el defensor parcial y temporizador de la libertad en el país...''.
Pero a medida que se acercaba la fecha para un Levantamiento, había un precio por Dickson y con el movimiento infiltrado con éxito por los informantes él no estaba destinado a desempeñar un papel en la lucha. Jemmy Hope iba a reunirse con él con detalles de los planes, pero Hughes envió a Hope al punto de encuentro equivocado y Dickson fue arrestado en Ballynahinch por el Castlewellan Yeomanry mientras intentaba comprar un caballo.
Cuando la palabra en clave se filtró en Antrim los 'Unitedmen' se reunieron en Saintfield. Encabezados por James Breeze de Killinchy, atacaron y prendieron fuego a la casa de Hugh McKee, un conocido lealista e informante, quemándole a él, su esposa, cinco hijos, tres hijas y una criada hasta la muerte.
Henry Munro, un comerciante de lino de Lisburn, fue elegido líder de las fuerzas de Down en el lugar de Dickson.
Las fuerzas de la Corona estacionadas en Newtownards, dirigidas por el Coronel Stapelton, marcharon contra Saintfield con un cuerpo de caballería y dos cañones. Conscientes de sus intenciones, los rebeldes se escondían detrás de setos a ambos lados del camino en su línea de marcha. Cuando la mitad de las fuerzas de Stapelton estaban entre los setos, se lanzó una emboscada, logrando forzar su retirada a Comber.
En otra parte los rebeldes atacaron Portaferry, fueron repelidos. Pero la guarnición allí sentía su posición algo precaria y abandonó la ciudad para retirarse a Strangford. El 10 de junio, un ataque dirigido por Samuel Rankin se realizó en Newtownards, pero también fue rechazado. Cuando se hizo un segundo ataque con refuerzos, la guarnición ya se había retirado a Belfast.
Los rebeldes de Ards se dirigieron entonces a Saintfield, donde se habían reunido unos 8.000 hombres. Con la intención de preparar un ataque contra Downpatrick la fuerza rebelde llegó a Ballynahinch donde expulsaron a Yeomanry.
El campamento se estableció en Montalto, en una zona dominante bordeada por un espeso bosque. Munro colocó una fuerza fuerte en Creevy Rocks bajo la dirección de Francis Walsh y Joseph Clokey para oponerse a los refuerzos de la Corona de Belfast y preservar las comunicaciones con Saintfield.
El general Nugent estaba a cargo de las fuerzas británicas. Acabó rápidamente y sin piedad con el levantamiento en Antrim y ahora volvía su atención hacia Down. Los 'Unitedmen' estaban con completo control del noreste y del centro del condado.
El 11 de junio, Nugent proclamó que si los rebeldes no desistían de sus actividades, ''procedería a destruir totalmente las ciudades de Killinchy, Killyleagh, Ballynahinch, Saintfield y todas las cabañas y casas de campo en las proximidades de estos cuatro lugares; sacar el ganado, y pasar a todos los que estuvieran levantados en armas, por la espada".
El 12 de junio salió de Belfast. Cuando llegó a Saintfield lo encontró abandonado, muchos de los residentes habían huido. Tras incendiarlo, continuó caminando hacia Ballynahinch. Frente a un pequeño cañón de Munro, Nugent estaba fuertemente armado.
Esa noche hubo una gran cantidad de escaramuzas y gran parte de Ballynahinch fue incendiada, viendo a los soldados y Yeomanry dedicados a beber y a la juerga.
Munro fue instado a usar la oportunidad de atacar, pero se negó, sintiendo que los hombres no estaban aún lo suficientemente bien entrenados para la lucha nocturna. Las divisiones sobre la estrategia en el campo rebelde fueron agravadas por las historias terribles y engañosas llevadas a los periódicos de Belfast sobre una guerra religiosa en el sur. A medida que la noche pasaba muchos abandonaban, incluidos los hombres de Killinchy que querían atacar de inmediato y los Defensores de Loughinisland que estaban agraviados por que el poder entre los rebeldes era monopolizado por los presbiterianos.
A pesar de esto, Munro todavía tenía fuerza en número con los pikemen (hombres armados con picas). Al aire libre serían aniquilados por los cañones, pero en la lucha callejera podían ganar el día.
Un testigo ocular informó sobre la escena cuando llegó el amanecer : "Ví una multitud mezclada y heterogénea. No llevaban uniformes, pero presentaban una apariencia bastante decente, vestidos sin duda con sus ropas dominicales, unos mejores y otros peores. La única cosa en la que todos coincidían era el uso del verde, casi cada individuo tenía una cinta anudada de ese color, mezclado a veces con amarillo en su sombrero. En sus brazos había una diversidad tan grande como en su vestido. De lejos, la mayoría de ellos tenían picas que eran verdaderamente formidables instrumentos en una lucha estrecha, pero de ninguna utilidad en una guerra distante ... otros llevaban espadas, generalmente de la clase menos eficiente, y algunos tenían simplemente horcas''.
Munro abrió la lucha con una descarga de cañón.
Para la consternación del contingente rebelde en Windmill Hill, se había repelido con éxito a las fuerzas de Nugent pero con graves pérdidas, Munro ordenó evacuar la colina. Se había dado cuenta de que estaban rodeados y aislados.
Concentró su ataque en el centro de la ciudad y dirigió el ataque contra el incesante fuego de artillería. A medida que la batalla degeneró en combate de casa en casa, a las 7 de la mañana Nugent se vio obligado a retirarse. En su prisa por salir de Belfast, se había llevado el tamaño equivocado de balas de cañón. Sin embargo, el sonido de la corneta que significaba retirada fue malinterpretado por los insurgentes pensando que significaba la llegada de refuerzos.
En pánico, se volvieron y huyeron, un error que distingue a la Batalla de Ballynahinch en la historia militar. Cuando los rebeldes huyeron de Yeomanry y los soldados, rápidamente vieron su error, los persiguieron. Muchos de los rebeldes fueron asesinados en ese momento.
Un destacamento de la guarnición en Downpatrick había llegado bajo el mando del Coronel Stapelton y rodeo la ciudad para atacar Montalto.
Los rebeldes fueron golpeados por varios sitios. En los campos abiertos sufrieron las mayores pérdidas. Todos los que fueron capturados fueron ejecutados.
Uno de ellos era Betsy Gray, cuyo nombre figura entre los héroes de la época. Ella se había negado a dejar a su hermano y su amante cuando se unieron a los 'Unitedmen' y se habían quedado con ellos a lo largo de la lucha. Se dice que su presencia y valentía en el campo de batalla fue una inspiración para todos los combatientes rebeldes.
En la retirada, su hermano y su amante se habían negado a abandonarla, aunque de otro modo podrían haber superado a sus perseguidores. Los tres fueron derribados por Yeomanry en Annahilt. Según el folklore en la zona, Betsy fue sometida a la más terrible de las muertes, sufriendo violación varias veces antes de morir.
Gran parte de Ballynahinch quedó en ruinas, los asesinatos y la destrucción continuaron durante tres días.
Munro persistió y trató de reunir a los hombres en las alturas de Ednavaddy, pero los hombres de Nugent rodearon la colina, dejando sólo un pasaje para escapar.
Los 150 hombres que huyeron fueron a las montañas de Mourne. Munro mismo fue traicionado y capturado, para ser colgado frente a su propia puerta en Lisburn. Otros fueron conducidos a Downpatrick y Newtownards.
Fue en el medio y el noreste de Down predominantemente presbiteriano donde se produjo el Levantamiento. Hubo un segundo grupo de hombres 'Unitedmen' en Annaclone en el oeste y otros hombres se reunieron en Newry para marchar a Ballynahinch, pero tras el rápido arresto y ejecución de los líderes, el entusiasmo disminuyó.
Con el fracaso del Levantamiento en Down, se eliminó la posibilidad de éxito para la rebelión de 1798 en Ulster.
Referencias usadas:
http://republican-news.org/current/news/2013/06/the_battle_of_ballynahinch.html
El 29 de mayo de ese año, una reunión del Directorio Provincial había denunciado y expulsado al Ejecutivo de Ulster de los Irlandeses Unidos. Un nuevo y más militante Ejecutivo fue nombrado bajo el mando de Henry Joy McCracken, quien se encargó de planificar un levantamiento en Antrim y Down, que esperaba desencadenar una revuelta más generalizada.
Fue en esta etapa que McCracken observó: "Los ricos siempre traicionan a los pobres".
Pero, trágicamente, la posición de dos informantes clave pondría en desorden los planes para un alzamiento en Down. Un miembro de la Dirección Nicholas Magin, de Saintfield, trabajaba para el Gobierno durante más de un año. Un segundo informante fue John Hughes de Belfast quien estaba en una posición clave de contacto entre Down y Antrim.
En Down el Reverendo Steel Dickson, un Ministro Presbiteriano de Portaferry fue elegido General. Un republicano comprometido, aludió una vez a las contradicciones de un colega de los voluntarios irlandeses: "El caballero se ha declarado a sí mismo admirador de la libertad incondicional en Francia, mientras que es el defensor parcial y temporizador de la libertad en el país...''.
Pero a medida que se acercaba la fecha para un Levantamiento, había un precio por Dickson y con el movimiento infiltrado con éxito por los informantes él no estaba destinado a desempeñar un papel en la lucha. Jemmy Hope iba a reunirse con él con detalles de los planes, pero Hughes envió a Hope al punto de encuentro equivocado y Dickson fue arrestado en Ballynahinch por el Castlewellan Yeomanry mientras intentaba comprar un caballo.
Cuando la palabra en clave se filtró en Antrim los 'Unitedmen' se reunieron en Saintfield. Encabezados por James Breeze de Killinchy, atacaron y prendieron fuego a la casa de Hugh McKee, un conocido lealista e informante, quemándole a él, su esposa, cinco hijos, tres hijas y una criada hasta la muerte.
Henry Munro, un comerciante de lino de Lisburn, fue elegido líder de las fuerzas de Down en el lugar de Dickson.
Las fuerzas de la Corona estacionadas en Newtownards, dirigidas por el Coronel Stapelton, marcharon contra Saintfield con un cuerpo de caballería y dos cañones. Conscientes de sus intenciones, los rebeldes se escondían detrás de setos a ambos lados del camino en su línea de marcha. Cuando la mitad de las fuerzas de Stapelton estaban entre los setos, se lanzó una emboscada, logrando forzar su retirada a Comber.
En otra parte los rebeldes atacaron Portaferry, fueron repelidos. Pero la guarnición allí sentía su posición algo precaria y abandonó la ciudad para retirarse a Strangford. El 10 de junio, un ataque dirigido por Samuel Rankin se realizó en Newtownards, pero también fue rechazado. Cuando se hizo un segundo ataque con refuerzos, la guarnición ya se había retirado a Belfast.
Los rebeldes de Ards se dirigieron entonces a Saintfield, donde se habían reunido unos 8.000 hombres. Con la intención de preparar un ataque contra Downpatrick la fuerza rebelde llegó a Ballynahinch donde expulsaron a Yeomanry.
El campamento se estableció en Montalto, en una zona dominante bordeada por un espeso bosque. Munro colocó una fuerza fuerte en Creevy Rocks bajo la dirección de Francis Walsh y Joseph Clokey para oponerse a los refuerzos de la Corona de Belfast y preservar las comunicaciones con Saintfield.
El general Nugent estaba a cargo de las fuerzas británicas. Acabó rápidamente y sin piedad con el levantamiento en Antrim y ahora volvía su atención hacia Down. Los 'Unitedmen' estaban con completo control del noreste y del centro del condado.
El 11 de junio, Nugent proclamó que si los rebeldes no desistían de sus actividades, ''procedería a destruir totalmente las ciudades de Killinchy, Killyleagh, Ballynahinch, Saintfield y todas las cabañas y casas de campo en las proximidades de estos cuatro lugares; sacar el ganado, y pasar a todos los que estuvieran levantados en armas, por la espada".
El 12 de junio salió de Belfast. Cuando llegó a Saintfield lo encontró abandonado, muchos de los residentes habían huido. Tras incendiarlo, continuó caminando hacia Ballynahinch. Frente a un pequeño cañón de Munro, Nugent estaba fuertemente armado.
Esa noche hubo una gran cantidad de escaramuzas y gran parte de Ballynahinch fue incendiada, viendo a los soldados y Yeomanry dedicados a beber y a la juerga.
Munro fue instado a usar la oportunidad de atacar, pero se negó, sintiendo que los hombres no estaban aún lo suficientemente bien entrenados para la lucha nocturna. Las divisiones sobre la estrategia en el campo rebelde fueron agravadas por las historias terribles y engañosas llevadas a los periódicos de Belfast sobre una guerra religiosa en el sur. A medida que la noche pasaba muchos abandonaban, incluidos los hombres de Killinchy que querían atacar de inmediato y los Defensores de Loughinisland que estaban agraviados por que el poder entre los rebeldes era monopolizado por los presbiterianos.
A pesar de esto, Munro todavía tenía fuerza en número con los pikemen (hombres armados con picas). Al aire libre serían aniquilados por los cañones, pero en la lucha callejera podían ganar el día.
Un testigo ocular informó sobre la escena cuando llegó el amanecer : "Ví una multitud mezclada y heterogénea. No llevaban uniformes, pero presentaban una apariencia bastante decente, vestidos sin duda con sus ropas dominicales, unos mejores y otros peores. La única cosa en la que todos coincidían era el uso del verde, casi cada individuo tenía una cinta anudada de ese color, mezclado a veces con amarillo en su sombrero. En sus brazos había una diversidad tan grande como en su vestido. De lejos, la mayoría de ellos tenían picas que eran verdaderamente formidables instrumentos en una lucha estrecha, pero de ninguna utilidad en una guerra distante ... otros llevaban espadas, generalmente de la clase menos eficiente, y algunos tenían simplemente horcas''.
Munro abrió la lucha con una descarga de cañón.
Para la consternación del contingente rebelde en Windmill Hill, se había repelido con éxito a las fuerzas de Nugent pero con graves pérdidas, Munro ordenó evacuar la colina. Se había dado cuenta de que estaban rodeados y aislados.
Concentró su ataque en el centro de la ciudad y dirigió el ataque contra el incesante fuego de artillería. A medida que la batalla degeneró en combate de casa en casa, a las 7 de la mañana Nugent se vio obligado a retirarse. En su prisa por salir de Belfast, se había llevado el tamaño equivocado de balas de cañón. Sin embargo, el sonido de la corneta que significaba retirada fue malinterpretado por los insurgentes pensando que significaba la llegada de refuerzos.
En pánico, se volvieron y huyeron, un error que distingue a la Batalla de Ballynahinch en la historia militar. Cuando los rebeldes huyeron de Yeomanry y los soldados, rápidamente vieron su error, los persiguieron. Muchos de los rebeldes fueron asesinados en ese momento.
Un destacamento de la guarnición en Downpatrick había llegado bajo el mando del Coronel Stapelton y rodeo la ciudad para atacar Montalto.
Los rebeldes fueron golpeados por varios sitios. En los campos abiertos sufrieron las mayores pérdidas. Todos los que fueron capturados fueron ejecutados.
Uno de ellos era Betsy Gray, cuyo nombre figura entre los héroes de la época. Ella se había negado a dejar a su hermano y su amante cuando se unieron a los 'Unitedmen' y se habían quedado con ellos a lo largo de la lucha. Se dice que su presencia y valentía en el campo de batalla fue una inspiración para todos los combatientes rebeldes.
En la retirada, su hermano y su amante se habían negado a abandonarla, aunque de otro modo podrían haber superado a sus perseguidores. Los tres fueron derribados por Yeomanry en Annahilt. Según el folklore en la zona, Betsy fue sometida a la más terrible de las muertes, sufriendo violación varias veces antes de morir.
Gran parte de Ballynahinch quedó en ruinas, los asesinatos y la destrucción continuaron durante tres días.
Munro persistió y trató de reunir a los hombres en las alturas de Ednavaddy, pero los hombres de Nugent rodearon la colina, dejando sólo un pasaje para escapar.
Los 150 hombres que huyeron fueron a las montañas de Mourne. Munro mismo fue traicionado y capturado, para ser colgado frente a su propia puerta en Lisburn. Otros fueron conducidos a Downpatrick y Newtownards.
Fue en el medio y el noreste de Down predominantemente presbiteriano donde se produjo el Levantamiento. Hubo un segundo grupo de hombres 'Unitedmen' en Annaclone en el oeste y otros hombres se reunieron en Newry para marchar a Ballynahinch, pero tras el rápido arresto y ejecución de los líderes, el entusiasmo disminuyó.
Con el fracaso del Levantamiento en Down, se eliminó la posibilidad de éxito para la rebelión de 1798 en Ulster.
Referencias usadas:
http://republican-news.org/current/news/2013/06/the_battle_of_ballynahinch.html
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