En una de mis frecuentes incursiones en la Red, me he topado con esta interesante -por cuanto diferente- reflexión y viviencia de Verónica Zumalacárregui, que si bien no comparto en bastantes puntos, si he creido conveniente exponerla como lo que es, una vivencia personal en el norte de Irlanda, aderezada con las creencias personales de la autora y narrada de una manera amena.
Llegar a Dublín. Orientarme en la ciudad. Convivir con
Mr.Dirty.
Encontrar casa. Adaptarme a Jess. Buscar trabajo. Escribir artículos.
Buf. Desde que llegué a Dublín mi vida ha sido una auténtica carrera de
obstáculos. Necesitaba un finde libre, ¡y por fin ha llegado! Qué mejor
forma de disfrutarlo que yéndome un viaje. ¿El destino? Irlanda del
Norte. Os cuento por qué.
Mi canción preferida siempre ha sido
Zombie, del grupo
irlandés The Cranberries. La debí de escuchar por primera vez cuando
tenía unos 8 años, y entonces me empezó a gustar por la batería, la
guitarra, y el pegadizo estribillo. Recuerdo ir en la parte trasera del
coche de mis padres cantando como loca:
"¡In your heeeeeaaaad!!"
sacudiendo la cabeza de un lado a otro. Me sabía la letra de memoria,
pero lo que yo reproducía al cantar eran sonidos; no palabras ni frases.
Con los años, la madurez y mi conocimiento del inglés me permitieron
dar sentido a aquella letra que memoricé en su día sin saber qué
significaba. Me di cuenta de que no hablaban de zombis ni de vampiros,
sino del IRA (Irish Republican Army); el grupo terrorista irlandés al
que enseguida relacioné con ETA. La comprensión de la letra me llevó a
investigar sobre el conflicto norirlandés -lo que, por cierto, me
permitió conocer las grandes diferencias que existen con el del País
Vasco- . Tengo ganas de aprender más sobre el tema. Así que, lo dicho,
pongo rumbo a Belfast.
Nada más llegar, me sorprende la profunda división que existe entre
los dos grupos sociales de Irlanda del Norte: protestantes, que quieren
que el lugar donde viven siga perteneciendo al Reino Unido; y católicos,
que preferirían que Irlanda del Norte se unificara con la República de
Irlanda en una sola nación. Y estas dos comunidades no se mezclan;
protestantes por un lado, y católicos por otro. Viven en barrios
distintos. Llevan a sus hijos a colegios distintos. ¡Salen por bares
distintos! (Sólo existen algunos pubs en los que se mezclan protestantes
y católicos) Incluso es extraño ver parejas compuestas por personas de
distinta religión. Esto se traduce en un clima de tensión extrema.
Existen dos calles de Belfast en las que no es recomendable caminar
después de medianoche: en una están los gánsters protestantes, y en la
otra los gánsters católicos. Los pocos ciudadanos norirlandeses que
acceden a hablar del tema conmigo me ayudan a entender que, además del
sentimiento de pertenencia a distintas naciones, existe una tirantez no
tanto religiosa (de hecho ya poca gente es practicante en Irlanda del
Norte), como social. Los pro-ingleses son considerados como "ricos", y
los pro-irlandeses como "pobres". Afortunadamente el IRA ya ha
desaparecido -aunque
leí hace poco que existe una nueva célula con intención de atentar- , y ahora la cuestión se limita a un debate político.
Me voy de allí con muchas dudas y pocas respuestas. Los norirlandeses
son bastante reacios a hablar del tema. Casualmente tengo la suerte de
que acabo de recibir en mi casa a un
couchsurfer de Belfast (¿os acordáis de que os hablé de
couchsurfing aquí?).
Hace unos años emigró a Australia, y aunque sigue viviendo allí, ha
venido de viaje por Europa con su novia australiana. Me viene de perlas.
¡Tengo tantas preguntas que hacerle! El problema es que
Jess, mi flatmate americana, no para de tirarle los trastos al norirlandés. ¡
My God
qué vergüenza! ¡Que está su novia delante! Pues nada. Pese a mis
codazos, la tía que no para. Que si un guiño de ojo, que si morritos,
que si roce con la pierna... Y yo mientras, intentando entretener a la
australiana, a la cual por cierto también interrogo acerca de su país.
El pobre chico, que de por sí es algo tímido, quiere meterse debajo
del sofá. Se ha puesto roooojo, rojo, rojo. Me mira de reojo
continuamente, consciente de que me he percatado de lo que está
sucediendo.
En una de éstas se gira bruscamente hacia mí, y levanta las
cejas hasta conseguir darles una forma semejante a la que José Luis
Rodríguez Zapatero tiene de forma natural. Reacciono a su petición de
socorro llevándome a Jess a la cocina, con la excusa de que me ayude a
pelar las patatas para la tortilla que voy a hacer de cena (ya, siempre
cocino lo mismo, ¡es que es de lo poco que sé hacer!). "Pero tía, ¿tú
estás loca? No ves que tiene novia, ¡y que encima está delante!" "Joé
tronca, ¡es que está
super hot!" Después de hacer terapia y
darle una clase de sentido común, volvemos al salón. ¡Yo sólo quiero que
mi invitado me cuente más sobre el conflicto! Ataco al norirlandés con
tropecientos interrogantes. Seguro que está pensando: "
For God's Sake,
¡me quiero ir ya de esta casa! ¡Mejor pagar un hotel que aguantar a
estas dos: una me tira los trastos y la otra no para de acosarme a
preguntas!" El caso es que tras escucharle, no puedo evitarlo, y suelto
esta frase: "¡Qué absurdo! Tanta bomba, tanta muerte, por pertenecer a
un territorio o a otro". "¿Y qué me dices de España, con ETA o el deseo
de independencia de País Vasco y Cataluña?", me contesta él.
Como podréis imaginar, su interpelación abre la puerta a una
conversación de 4 horas en el salón de mi piso de Temple Bar. Nos
ponemos a rajar sobre grupos armados, esto nos lleva a los
independentismos, y esto a su vez a la política. De ahí pasamos al
capitalismo, lo que reconduce a los productos transgénicos (la tortilla
de patata se me quema, por cierto), y no sé cómo, terminamos comentando
el último Madrid-Barça, que nos lleva de nuevo al punto de partida de la
discusión. Ayyy... ¡cómo me gusta este intercambio cultural, y qué
fácil es dar con él cuando eres JESP! Si pudiese mantenerme únicamente a
base de mis artículos y dejar el trabajo en la tienda, ya sería
perfecto. Aunque quién sabe, ¡quizás algún día pueda escribir uno sobre
esta experiencia!
Keep tuned...