Luego ingresaron en la casa de Bernard McKenna, un padre de siete hijos de 42 años, y lo mataron a tiros en su cama.
El escuadrón de la muerte unionista luego se trasladó a Arnon Street y entró en la casa de William Spallen, que acababa de regresar del funeral de su esposa, quien también fue víctima de la violencia sectaria. El hombre de 70 años fue asesinado a tiros de inmediato frente a su nieto.
El alboroto asesino continuó en la puerta de al lado cuando Joseph Walsh, fue golpeado hasta la muerte en su cama.
Dirigiéndose a sus hijos, luego le dispararon a Michael, Frank y Brigid. Michael, de siete años, murió más tarde a causa de sus heridas.
Más tarde esa noche, otro católico, John Mallon, de 60 años, fue asesinado a tiros a solo dos kilómetros de distancia en Skegoneill Avenue.
En noviembre de 1921, el recién instalado gobierno de los SEis Condados, controlado por los unionistas, obtuvo el control de la RIC y B-Specials, lo que marcó una nueva escalada en los pogromos contra la población nacionalista.
Durante el período de dieciséis meses antes de que los unionistas tomaran el poder, hubo 165 asesinatos sectarios o por motivos políticos. En el período de doce meses posterior a la toma del poder por los unionistas hubo 333 asesinatos.
Los cuatro meses de febrero a mayo de 1922 marcaron el peor período de violencia en el que perdieron la vida 230 personas, en su gran mayoría pertenecientes a la comunidad nacionalista.
Como James Connolly había predicho en 1914, “la traición de la democracia nacional del Ulster industrial significará un carnaval de reacción tanto en el Norte como en el Sur, haría retroceder las ruedas del progreso, destruiría la unidad del movimiento laborista irlandés que se avecinaba y paralizaría a todos los movimientos avanzados mientras perdurara“.
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