El Primero de Mayo es un día forjado en la lucha, el sacrificio y la solidaridad de los trabajadores que se atrevieron a desafiar la explotación, que se organizaron contra la represión brutal y que imaginaron un mundo libre de la tiranía de clase y las cadenas imperialistas.
En Irlanda, la clase trabajadora sigue asediada por los males gemelos del imperialismo británico en los Seis Condados Ocupados y la explotación capitalista en toda la isla. La ilusión de "progreso" que ofrecen los regímenes particionistas de Stormont y Leinster House solo sirve para pacificar, mientras que la falta de vivienda, la pobreza, la desigualdad y la represión estatal se intensifican.
Recordamos y honramos el legado de James Connolly, quien comprendió que la liberación de la clase trabajadora irlandesa y el fin del dominio británico son una misma lucha. Su visión de una República Obrera sigue sin realizarse, pero no ha sido olvidada.
En todo el mundo, nos solidarizamos con quienes se alzan contra la opresión, desde Gaza hasta Haití, desde Filipinas hasta Colombia. Condenamos a las fuerzas imperialistas de la OTAN y la UE, cuyos intereses no residen en los trabajadores, sino en el lucro, el saqueo y la guerra.
Saoradh reafirma nuestro compromiso con el cambio revolucionario. Rechazamos el reformismo, el colaboracionismo y las falsas soluciones que dejan el sistema intacto.
Llamamos a los trabajadores, jóvenes y a todos aquellos traicionados por el statu quo a unirse a nosotros en la construcción de nuestro movimiento revolucionario, arraigado en la política de clase, la liberación nacional y los ideales socialistas.
Que el Primero de Mayo no sea un ritual de conmemoración, sino un llamado a la resistencia.
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