Según informan desde Lainformación.com (el artículo está integramente reproducido por lo que apelo como es costumbre a vuestra lectura crítica); El viceministro principal norirlandés y excomandante del ya
inactivo IRA, Martin McGuinness, rechazó hoy unas acusaciones que le
vinculan con el asesinato hace 23 años de dos miembros de las fuerzas
del orden de Irlanda del Norte.
Estas acusaciones han salido a la luz durante una vista del tribunal especial que investiga si agentes de la policía irlandesa (la Garda) y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) conspiraron para asesinar el 20 de marzo de 1989 a Harry Breen y Robert Buchanan.
Ambos eran agentes de alta graduación de la antigua policía Royal Ulster Constanbulary (RUC, de mayoría protestante) y ahora llamado Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI).
"Martin McGuinness rechaza totalmente las acusaciones", afirmó hoy un portavoz del "número dos" del Sinn Féin, el antiguo brazo político del IRA, al tiempo que sembró dudas sobre la credibilidad de la fuente de las informaciones.
El portavoz se refería al agente de inteligencia británico Ian Hurst, también conocido como Martin Ingram, quien señaló a McGuinness la pasada semana ante este tribunal como una de las aproximadamente 60 personas que participaron en la citada conspiración.
"Este individuo, que utiliza varios nombres, no tiene credibilidad. Él mismo ha admitido que pertenece al aparato de seguridad británico que ha desempeñado un papel negativo y maligno durante el conflicto", declaró el portavoz.
Hurst prestó declaración la pasada semana ante el tribunal que preside el juez Peter Smithwick, después de que el Gobierno británico diese su visto bueno, a condición de que lo hiciese a puerta cerrada y de que su testimonio fuese editado antes de incluirse en el sumario.
En la versión retocada, dada a conocer hoy, el agente dice que McGuinness era en 1989 comandante del IRA en Irlanda del Norte y que de él debió partir la orden de asesinar a los dos agentes.
Hurst basa sus acusaciones en las informaciones recibidas por el doble agente Freddie Scappaticci, alias "Stakeknife", un destacado miembro de IRA que también trabajó para los servicios de inteligencia británicos.
El llamado "Tribunal Smithwick" tiene previsto concluir sus investigaciones en los próximos meses, tras lo cual presentará un informe al Gobierno de Dublín a finales de este año.
Breen y Buchanan regresaban el 20 de marzo de 1989 de una reunión celebrada en la comisaría de la Garda en Dundalk, al norte de Dublín, cuando cayeron en una emboscada del IRA poco después de pasar la frontera.
Una furgoneta cargada de voluntarios republicanos cerró el paso del vehículo de los policías en un punto de la carretera de Edennapa, fuera del alcance de una torreta de vigilancia cercana del Ejército británico.
Los terroristas, armados con ametralladoras, mataron en el acto a Buchanan, que iba al volante, mientras que Breen salió del vehículo herido y aireando un pañuelo blanco. El IRA lo remató en suelo con un disparo en la cabeza.
Al día siguiente, el entonces jefe del RUC, Jack Hermon, desmintió ante los medios de comunicación los rumores que ya circulaban sobre la presunta implicación de la Garda en los asesinatos.
Durante aquellos años, los más duros del conflicto norirlandés, la confirmación de la "guerra sucia" en el sur de la isla podría haber tenido consecuencias fatales para las relaciones entre las fuerzas de seguridad británicas e irlandesas.
Estas acusaciones han salido a la luz durante una vista del tribunal especial que investiga si agentes de la policía irlandesa (la Garda) y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) conspiraron para asesinar el 20 de marzo de 1989 a Harry Breen y Robert Buchanan.
Ambos eran agentes de alta graduación de la antigua policía Royal Ulster Constanbulary (RUC, de mayoría protestante) y ahora llamado Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI).
"Martin McGuinness rechaza totalmente las acusaciones", afirmó hoy un portavoz del "número dos" del Sinn Féin, el antiguo brazo político del IRA, al tiempo que sembró dudas sobre la credibilidad de la fuente de las informaciones.
El portavoz se refería al agente de inteligencia británico Ian Hurst, también conocido como Martin Ingram, quien señaló a McGuinness la pasada semana ante este tribunal como una de las aproximadamente 60 personas que participaron en la citada conspiración.
"Este individuo, que utiliza varios nombres, no tiene credibilidad. Él mismo ha admitido que pertenece al aparato de seguridad británico que ha desempeñado un papel negativo y maligno durante el conflicto", declaró el portavoz.
Hurst prestó declaración la pasada semana ante el tribunal que preside el juez Peter Smithwick, después de que el Gobierno británico diese su visto bueno, a condición de que lo hiciese a puerta cerrada y de que su testimonio fuese editado antes de incluirse en el sumario.
En la versión retocada, dada a conocer hoy, el agente dice que McGuinness era en 1989 comandante del IRA en Irlanda del Norte y que de él debió partir la orden de asesinar a los dos agentes.
Hurst basa sus acusaciones en las informaciones recibidas por el doble agente Freddie Scappaticci, alias "Stakeknife", un destacado miembro de IRA que también trabajó para los servicios de inteligencia británicos.
El llamado "Tribunal Smithwick" tiene previsto concluir sus investigaciones en los próximos meses, tras lo cual presentará un informe al Gobierno de Dublín a finales de este año.
Breen y Buchanan regresaban el 20 de marzo de 1989 de una reunión celebrada en la comisaría de la Garda en Dundalk, al norte de Dublín, cuando cayeron en una emboscada del IRA poco después de pasar la frontera.
Una furgoneta cargada de voluntarios republicanos cerró el paso del vehículo de los policías en un punto de la carretera de Edennapa, fuera del alcance de una torreta de vigilancia cercana del Ejército británico.
Los terroristas, armados con ametralladoras, mataron en el acto a Buchanan, que iba al volante, mientras que Breen salió del vehículo herido y aireando un pañuelo blanco. El IRA lo remató en suelo con un disparo en la cabeza.
Al día siguiente, el entonces jefe del RUC, Jack Hermon, desmintió ante los medios de comunicación los rumores que ya circulaban sobre la presunta implicación de la Garda en los asesinatos.
Durante aquellos años, los más duros del conflicto norirlandés, la confirmación de la "guerra sucia" en el sur de la isla podría haber tenido consecuencias fatales para las relaciones entre las fuerzas de seguridad británicas e irlandesas.
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