Dicen que si Cristiano Ronaldo hubiese nacido en un pueblo de Irlanda quizá hoy estaría trabajando de nueve a siete como todo hijo de vecino y jugando en el equipo de su condado por amor al arte. No al fútbol tal y como se conoce en la mayor parte del planeta, sino al fútbol gaélico. El deporte nacional en Irlanda y una disciplina cuyo espíritu romántico cautiva a cada vez más gente en todo el mundo.
Es posible que el delantero portugués haya oído hablar de esta peculiar modalidad que moviliza masas pero en la que está prohibido el profesionalismo. Su compañero Xabi Alonso es un seguidor confeso. Lo practicó de adolescente durante el tiempo que pasó aprendiendo inglés en la localidad de Kells. La afición del Meath, equipo del condado, presume habitualmente de tener a un ilustre incondicional en el vestuario del Real Madrid. Algunos incluso se atreven a asegurar que fue en los campos irlandeses donde el donostiarra desarrolló su visión de juego y su gran desplazamiento en largo.
Ciertamente hace falta tener buena visión de juego. Este deporte, que a simple vista parece un cruce entre el fútbol y el rugby, se practica en campos de 140 x 90 metros, notablemente más grandes, pues, que el Bernabéu o el Camp Nou. Cada equipo está formado por 15 jugadores cuyo objetivo es marcar tantos en unas porterías en forma de ‘H’. Por la parte inferior son similares a las de fútbol. Por arriba recuerdan a las de rugby. Se juega con un balón redondo, algo más pesado que el de fútbol. Si se introduce por la parte superior se consigue un tanto. Si se mete en la portería es gol, es decir, tres tantos. La pelota no se conduce con las piernas sino con la mano, aunque cada cuatro pasos hay que botarla en el suelo o darle un toque con el pie.
Pero más peculiar aún que sus reglas es su singular estructura. La Federación de Deportes Gaélicos, que se fundó en 1884, prohibe la profesionalización. Los jugadores compiten durante toda su carrera en el equipo de su condado. Las finales del All-Ireland Football Championship llegan a reunir a 80.000 espectadores, pero todo el dinero recaudado se reinvierte en la promoción del propio deporte. Los cracks del fútbol gaélico son héroes, pero viven como todos los mortales.
La afición en España ha crecido de forma llamativa en los últimos tiempos. El primer club se fundó en 2001 en Barcelona y hoy ya hay ocho: Marbella, Sevilla, Coruña, Valencia, Pamplona, Barcelona y dos en Madrid. En 2005 se empezó a disputar el Campeonato Ibérico de Fútbol Gaélico, que desde 2008 tiene también su versión femenina. Se reúnen un fin de semana en la ciudad de cada club y juegan todos contra todos durante un día entero. La jornada acaba obligatoriamente en un pub irlandés alrededor de un buen puñado de pintas.
El pasado fin de semana se reunieron en los campos de la Universidad Autónoma de Madrid. La presencia del embajador Justin Herman da prueba de la importancia de este deporte en la identidad colectiva del pueblo irlandés. Herman recuerda que en el funeral del policia asesinado la pasada semana en Belfast fueron sus compañeros del equipo de fútbol gaélico quienes protaban el féretro.
Aunque la comunidad irlandesa ha tenido y sigue teniendo una importancia clave en la promoción de este deporte, su crecimiento se debe curiosamente al empeño de algunos españoles. Es el caso de Javier Vicente, presidente de los Madrid Harps, o de Wences García, del Fillos de Breogán gallego, club formado íntegramente por jugadores nacionales. Algunos de ellos, como Tom, confiesan que empezaron a jugar engañados: “Me dijeron que íbamos a echar una pachanga de fútbol y me encontré con esto, pero me he acabado enganchando. Es un deporte muy completo y muy divertido”.
El buen ambiente que se genera alrededor de los partidos y ese halo romántico tan poco habitual en el deporte actual es lo que más les cautiva. Algunos, especialmente las chicas, destacan que es una buena manera de compatibilizar el deporte con la práctica del inglés debido a que aproximadamente el 50% de los jugadores son irlandeses. Sin embargo, ése es precisamente uno de los problemas principales. Muchos de éstos están de paso y eso dificulta la continuidad de los equipos. Por eso, el objetivo ahora es lograr atraer a cuantos más españoles mejor para tener una base sólida. Lo ideal es que sea gente que haya jugado al fútbol y al baloncesto, pero se conforman con cualquiera que tenga ganas de pasárselo bien. No prometen títulos, pero sí mucha diversión.
Páginas de interés:
Madrid Harps - MadridBarcelona Gaels - Barcelona
Sant Vincent Gaa - Valencia
Costa Gaels GAA - Costa Del Sol
Naomh Fermin - Pamplona
Fillos de Breogán
Eire og Seville
3 comentarios:
Me veo en la obligación de lanzar el grito de animo al equipo de mi condado: UP THE REBELS!
Saludos.
Muy interesante. Conozco a gente del Fillos de Breogán y bueno, ganar no ganan muchos partidos, pero creo que se lo pasan bomba y lo viven mucho. Y ahora además tienen hasta vecinos rivales y todo, con el Ártabros de Oleiros.
Saúdos!
Un saludo Miguel (por cierto, un blog muy interesante el tuyo).
Ulmo en estos niveles, lo importante es disfrutar y después celebrar;-)
Saúdos!
Publicar un comentario