Ponemos una breve crónica, a modo de introducción de lo que fue aquél alzamiento; para ello nos vamos a apoyar en un texto de eloihr.net. y otro de Innisfree.
En Dublin, el lunes 24 de abril de 1916,
llegó la explosión. Una coalición de socialistas conocida como el
Ejército del Pueblo - Ejército Ciudadano Irlandés (Irish Citizen Army)
al mando de James Connolly, y los Voluntarios Irlandeses de la Hermandad
Republicana Irlandesa al mando del maestro, poeta y abogado Patrick
Pearse, habían estado conspirando desde 1914 para llevar a cabo una
violenta revolución aprovechando la distracción británica durante la
guerra de Europa. El éxito dependía de la respuesta de las masas de
irlandeses a la llamada para alzarse en armas y expulsar a los
británicos. Los que se unieran a la rebelión serían equipados con armas
compradas a los alemanes. Entre los 14 dirigentes que lideraron este
levantamiento, además de Connolly y Pearse, se encontraban Thomas Mac
Donough, Seán J. Heuston, el mayor John Mac Bride, Tom Clarke y Joseph
Plunkett.
Ninguno de los líderes de esta revuelta se hacía ilusiones de vencer a
los británicos si éstos decidían hacerles frente en una guerra total. En
su lugar, esperaban que los británicos no pudieran permitirse el lujo
de desviar tropas del frente de Europa y que simplemente decidieran
retirarse de Irlanda, o que, si esto no ocurría, al menos tendrían la
esperanza de que la rebelión pudiera llevarlos a la mesa de
negociaciones, donde se podría realizar un acuerdo aceptable. Y tal vez
lo más importante era que también pensaban que si el levantamiento
fracasaba, todos aquellos que murieran por la causa se convertirían en
grandes mártires que inspirarían a los irlandeses para organizar otra
futura rebelión más exitosa.
Desde el principio, los rebeldes tuvieron mala suerte. Tres días antes
del alzamiento, el cargamento de armas alemanas fue interceptado y Roger
Casement, el conspirador que se había encargado de su entrega, fue
hecho prisionero. De modo que no había forma de armar a las masas para
el día señalado, el domingo de Pascua. A pesar de la confusión que este
suceso ocasionó entre los rebeldes, Connolly y Pearse decidieron seguir
adelante con el alzamiento. Sólo unos 1.000 hombres se dieron cita en el
Liberty Hall, desde donde partieron en pequeñas unidades para alcanzar y
ocupar puntos estratégicos en Dublin, con el objetivo de bloquear los
movimientos de las guarniciones británicas y prevenir la llegada de
refuerzos. El principal grupo ocupó la Oficina General de Correos
(G.P.O.), donde Pearse leyó la proclama de la República de Irlanda. Los
enfrentamientos armados no tardaron en producirse, al igual que el
saqueo de tiendas y almacenes por parte de la gente más pobre. Las
tropas de refuerzo británicas llegaron pronto, al igual que la
artillería, que descargó toda su fuerza sobre el centro de Dublin. El
viernes por la noche, el cuartel general de los rebeldes el la G.P.O.
ardía sin control y los Voluntarios lo abandonaron. En la tarde del
sábado, Pearse aceptaba la invitación del comandante británico, el
general Lowe, para rendirse.
Los rebeldes que se rindieron fueron llevados al cuartel de Richmond,
donde los cabecillas fueron separados del resto de prisioneros.
Algunos de los rebeldes más jóvenes fueron liberados, pero la mayor
parte de ellos fueron embarcados a Gran Bretaña para ser encerrados.
Sólo unos 160 rebeldes fueron juzgados por traición, y solamente 77 de
ellos fueron condenados a pena de muerte, muchas de las cuales fueron
conmutadas por penas de prisión. Pero las cosas no fueron iguales para
los líderes de la rebelión, incluidos los siete firmantes de la
Proclama, que nada más rendirse fueron fusilados. El último de los
rebeldes en ser ejecutado fue Connolly, el 12 de mayo, a quien tuvieron
que sentar en una silla para enfrentarse al pelotón de fusilamiento, ya
que no podía mantenerse en pie debido a las graves heridas que había
sufrido en los tobillos durante la rebelión.
Aquella rebelión estaba condenada al fracaso, concebida como un
acto romántico sin la preparación precisa y sin el imprescindible
respaldo popular. Fue la última insurrección fallida de una larga lista
que recorre siglo tras siglo la historia irlandesa. Sin embargo, todo
va a cambiar, como escribió el poeta W. B. Yeats (“Una terrible belleza ha nacido”).
A la sublevación, Londres respondió con la ejecución de los líderes
republicanos y con una ola de represión tan violenta que obtuvo un
efecto no deseado: la mayoría social, que hasta entonces no respaldaba
la vía revolucionaria, comenzó a simpatizar con el Sinn Féin, el
movimiento político nacionalista irlandés. Y, en las elecciones
generales británicas de diciembre de 1918, las urnas dieron a los
nacionalistas en Irlanda una contundente mayoría con el 70% de los
votos. Los diputados del Sinn Féin rehusaron ocupar sus escaños en
Westminster y, en claro desafío, se constituyeron en Dublín en la
primera Dáil Éireann (asamblea irlandesa).
La represión abrió entonces el camino de la Guerra de Independencia,
que terminaría en 1921 con el Tratado angloirlandés que consagró la
partición de la isla en dos: un Estado Libre (formado por los 26
condados del Sur) y una provincia británica en los 6 condados del
Norte. Aquí se encuentra el origen del conflicto norirlandés que
conocemos en la actualidad. El Estado Libre, que nació en medio de una
guerra civil entre nacionalistas, enfrentando trágicamente a defensores
y detractores del Tratado, de hecho irá consolidando el camino hacia
la independencia, rompiendo paulatinamente lazos con Londres hasta la
definitiva constitución de la República en 1948. Por eso, la República
irlandesa de hoy se considera heredera de aquellos rebeldes de 1916, a
quienes se honra en calles, estaciones, monumentos.
La declaración del gobierno provisional de la República de Irlanda al pueblo irlandés:
En inglés:
En irlandés:
En euskara:
En castellano:
Los carteles son sacados de la página de éirígí.
POBLACHT NA H EIREANN
___________________________
THE PROVISIONAL GOVERNMENT
OF THE
IRISH REPUBLIC
TO THE PEOPLE OF IRELAND
IRISHMEN AND IRISHWOMEN: In the name of God and of the dead generations
from which she receives her old tradition of nationhood, Ireland,
through us, summons her children to her flag and strikes for her
freedom.
Having organised and trained her manhood through her secret
revolutionary organisation, the Irish Republican Brotherhood, and
through her open military organisations, the Irish Volunteers and the
Irish Citizen Army, having patiently perfected her discipline, having
resolutely waited for the right moment to reveal itself, she now seizes
that moment, and, supported by her exiled children in America and by
gallant allies in Europe, but relying in the first on her own strength,
she strikes in full confidence of victory.
We declare the right of the people of Ireland to the ownership of
Ireland, and to the unfettered control of Irish destinies, to be
sovereign and indefeasible. The long usurpation of that right by a
foreign people and government has not extinguished the right, nor can
it ever be extinguished except by the destruction of the Irish people.
In every generation the Irish people have asserted their right to
national freedom and sovereignty; six times during the last three
hundred years they have asserted it to arms. Standing on that
fundamental right and again asserting it in arms in the face of the
world, we hereby proclaim the Irish Republic as a Sovereign Independent
State, and we pledge our lives and the lives of our comrades-in-arms to
the cause of its freedom, of its welfare, and of its exaltation among
the nations.
The Irish Republic is entitled to, and hereby claims, the allegiance of
every Irishman and Irishwoman. The Republic guarantees religious and
civil liberty, equal rights and equal opportunities to all its
citizens, and declares its resolve to pursue the happiness and
prosperity of the whole nation and all of its parts, cherishing all of
the children of the nation equally and oblivious of the differences
carefully fostered by an alien government, which have divided a
minority from the majority in the past.
Until our arms have brought the opportune moment for the establishment
of a permanent National, representative of the whole people of Ireland
and elected by the suffrages of all her men and women, the Provisional
Government, hereby constituted, will administer the civil and military
affairs of the Republic in trust for the people.
We place the cause of the Irish Republic under the protection of the
Most High God. Whose blessing we invoke upon our arms, and we pray that
no one who serves that cause will dishonour it by cowardice, in
humanity, or rapine. In this supreme hour the Irish nation must, by its
valour and discipline and by the readiness of its children to
sacrifice themselves for the common good, prove itself worthy of the
august destiny to which it is called.
Signed on Behalf of the Provisional Government.
Thomas J. Clarke,
Sean Mac Diarmada, Thomas MacDonagh,
P. H. Pearse, Eamonn Ceannt,
James Connolly, Joseph Plunkett
Traducción:
El día 24 de abril de 1916 a las 12:04, Padraig Pearse, maestro de
escuela y poeta, leyó la declaración de la Independencia de la República
Irlandesa. desde las escalinatas del GPO, escoltado por Voluntarios
Irlandeses proclamó la República de Irlanda a un público que lo
escuchaba atónito.
IRLANDESES E IRLANDESAS: En el nombre de Dios y de las
generaciones muertas de las cuales recibió su vieja tradición y
nacionalidad, Irlanda, a través de nosotros, convoca a sus hijos bajo
su bandera y se rebela por su libertad.
Habiendo organizado y entrenado sus hombres a través de su organización
revolucionaria secreta, la Hermandad Republicana Irlandesa, de sus
organizaciones militares públicas, los Voluntarios Irlandeses y el
Ejército Ciudadano Irlandés, habiendo perfeccionado pacientemente su
disciplina, habiendo resueltamente esperado el momento para rebelarse,
asume este momento, y, sostenida por sus hijos exiliados en Norte
América, por valientes aliados en Europa, mas confiando en principio en
su propia fuerza, se levanta con plena confianza en la victoria.
Declaramos que el derecho del pueblo irlandés a la posesión de Irlanda,
al control sin condiciones de los destinos Irlandeses, es soberano e
irrevocable. La larga usurpación de tal derecho por un pueblo y
gobierno extranjero, no ha extinguido tal derecho, que no puede ser
nunca extinguido sino mediante la destrucción del Pueblo Irlandés. En
cada generación el Pueblo Irlandés ha reclamado su derecho a la
libertad y a la soberanía nacional: seis veces durante los últimos
trescientos años lo ha reclamado por las armas.
Basados en este fundamental derecho, y afirmándolo una vez más por las
armas, de cara al mundo, proclamamos aquí la República Irlandesa en
cuanto Estado Independiente Soberano, y comprometemos nuestras vidas y
las vidas de nuestros camaradas de armas a la causa de su libertad, de
su bienestar y de su exaltación entre las naciones.
La República Irlandesa tiene el derecho, y en este acto lo exige, de la
lealtad de todos los irlandeses e irlandesas. La República garantiza
la libertad religiosa y civil, la igualdad de derechos y la igualdad de
oportunidades a todos sus ciudadanos, y declara su determinación de
perseguir la felicidad y prosperidad de toda la nación y de sus partes,
abrigando igualmente a todos los hijos de la nación, completamente
ajena a las diferencias cuidadosamente fomentadas por un gobierno
extranjero, que dividió en el pasado una minoría de la mayoría.
Hasta que nuestras armas nos hayan brindado el momento oportuno para el
establecimiento de un Gobierno Nacional permanente, representativo de
todo el pueblo de Irlanda y elegido por el sufragio de todos sus
hombres y mujeres, el Gobierno Provisional, aquí constituido,
administrará los asuntos civiles y militares de la República en
representación del pueblo.
Ponemos la causa de la República Irlandesa bajo la protección del
Altísimo, cuya bendición invocamos sobre nuestras armas, y rogamos que
ninguno que sirva esta causa la deshonre por cobardía, por debilidad o
por rapiña. En esta hora suprema la Nación Irlandesa, por su valor y
disciplina y por la disposición de sus hijos para sacrificarse por el
bien común, es prueba fehaciente por sí misma del destino al que es
llamada.
Firmada en representación del Gobierno Provisional:
THOMAS J. CLARKE
SEAN Mac DIARMADA
THOMAS MacDONAGH,
P. H. PEARSE
EAMONN CEANNT
JAMES CONNOLLY
JOSEPH PLUNKETT
Los principales líderes de la rebelión fueron fusilados, desde
Tir na n-og
nos desarrollan la información al respecto, que es original de "La
Pascua Sangrienta del '16" de Santiago Boland, Licenciado en
Psicopedagogía y Escritor de su especialidad y de temas irlandeses.
En Kilmainham Gaol, La madrugada del 3 de Mayo, a las 3:30, fueron ejecutados Pádraig Pearse, Thomas Clarke y Thomas MacDonagh y sus cuerpos arrojados a un pozo con cal.
El 4 de Mayo cayó Willie Pearse, por el único cargo de ser hermano de Padraig. Con él Ned Daly, Michael O'Hanrahan y Joe Plunkett, severamente enfermo.
El 5 de Mayo John MacBride
cayó. Plunkett y MacBride contrajeron matrimonio en prisión poco antes
de morir. Plunkett con Grace Gifford, MacBride con Maud Gonne.
El 8 de Mayo se reanudaron las ejecuciones. Fueron fusilados Eamonn Ceannt, Con Colbert, Michael Mallin y Sean Heuston.
El 9 de Mayo Thomas Kent (ejecutado en la cárcel de Cork)
El 12 de Mayo ejecutaron a Sean Mac Diarmada y James Connolly, atado a una silla. Gravemente herido no podía mantenerse en pie.
A estas muertes se suman las de Roger Casement (ahorcado en la
prisión de Pentonville, Londres) y Thomas Ashe (muerto a causa de una
huelga de hambre, en 1917)."
Se Salvaron de ser fusilados Éamon de Valera por tener nacionalidad
estadounidense, la condesa Constance Markievzc porque la ley no permitía
ejecutar mujeres y Michael Collins por ser considerado un líder menor.