Éstos habían apelado una decisión adoptada el pasado junio por el Tribunal Superior de Belfast, que rechazó que el protocolo contraviene el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998) y el Acta de Unión de la región con el Reino Unido de 1800.
La juez de apelaciones, Siobhan Keegan, recordó hoy que el Gobierno británico presentó al Parlamento "claramente" el protocolo y que su aprobación fue resultado de un "proceso prolongado, transparente, debatido, informado y totalmente democrático".
Este mecanismo está causando fricciones políticas, sociales y económicas en Irlanda del Norte desde que entró en vigor, en enero de 2021, hasta el punto de que el ministro principal, el unionista Paul Girvan, abandonó el pasado febrero el Ejecutivo de poder compartido con los nacionalistas-católicos, lo que provocó su caída.
El protocolo, que está incluido en el acuerdo de Retirada firmado por Londres y Bruselas, obliga a revisar las mercancías que llegan a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña para evitar la entrada incontrolada de productos al mercado comunitario europeo, al tiempo que impide una frontera dura entre las dos Irlandas, clave para el proceso de paz.
No obstante, la nueva burocracia ha provocado escasez de productos y tensiones políticas, sobre todo en la comunidad unionista-protestante, que ve peligrar su posición dentro del Reino Unido.
Por ello, varios líderes protestantes, como los exministros principales Arlene Foster y David Trimble -uno de los principales, arquitectos del proceso de paz- cuestionaron el protocolo ante el Tribunal Superior.
Ahora ha indicado que podrían llevar el caso hasta el Tribunal Supremo, la más alta instancia judicial en el Reino Unido.
Todas estos gestos de protesta añaden presión sobre el Gobierno británico, que mantiene con Bruselas negociaciones encaminadas a lograr un acuerdo que resuelva las preocupaciones de ambos sobre cómo está funcionando el protocolo tras el Brexit, que Londres quiere modificar.
El Ejecutivo del primer ministro británico, Boris Johnson, critica que su entrada en vigor ha creado una frontera efectiva en el mar de Irlanda y ya ha tomado medidas unilaterales para detener controles fronterizos a ciertos bienes sin el visto bueno de Bruselas, que, por su parte, ha presentado medidas para afinar el funcionamiento del mecanismo. EFE
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