Desde 20 minutos desarrollan la noticia de la siguiente manera (sin editar); El Parlamento británico ha rechazado por tercera vez el plan de Theresa May para el brexit por 344 votos en contra y 286 a favor, solo 58 votos de diferencia. La nueva fecha que se pone sobre la mesa ahora es el 12 de abril: antes de ese día, el Ejecutivo tiene que decirle a la UE qué quiere hacer.
Hay dos posibilidades principales. La primera, que Reino Unido pida una prórroga larga -de al menos un año- a los Veintisiete, una decisión que tendría que justificar mucho y que quedaría, en todo caso, en manos de los líderes europeos; además, implicaría la participación de los británicos en las elecciones europeas del 26 de mayo. La segunda, que el Gobierno de May decida irse de la UE sin acuerdo el 12 de abril, una opción que no convence a casi nadie.
Pero hay más, ya que no se pueden descartar todavía una revocación del Artículo 50 -que no haya brexit-; otro referéndum -una de las opciones con más aceptación en el Parlamento-; que May decida, a pesar de todo, dimitir y dejar el tema en manos de otro; que el Parlamento tome el control y se incline por una salida suave que podrían apoyar los laboristas -la otra alternativa con más aceptación-; que la UE mantenga la fecha del 22 de mayo, etc.
El próximo lunes, sin perder tiempo, los diputados votarán otra vez. Decidirán sobre propuestas alternativas al brexit, similares a las ocho que se votaron hace unos días -y que se rechazaron-, "indicativas" y sin vinculación legal alguna. Se trata de que comprueben, una vez tumbado el plan, qué vía generaría ahora más consenso con el fin de dar pistas al Gobierno sobre cómo proceder.
Este viernes, 234 laboristas han rechazado el acuerdo (5 han votado a favor), así como los 10 del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte y también 34 tories a los que May no ha logrado convencer ni siquiera con su dimisión virtual. Theresa May ha dicho después de su derrota que este resultado tiene "graves" consecuencias y ha admitido que teme que la Cámara haya llegado al "límite del proceso".
Inmediatamente después de la votación, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha convocado una reunión de los Veintisiete para el 10 de abril. Antes de esa fecha, ha indicado la UE, Reino Unido debería indicarles qué camino va a tomar.
Los diputados conversos
La primera ministra había conseguido para este viernes, apurando los plazos, una tercera votación de su plan, pero con truco: para sortear la negativa del presidente de la Cámara, John Bercow, a que se sometiese a votación el mismo texto que había sido rechazado dos veces ya -15 de enero y 12 de marzo-, decidió presentar solo el acuerdo de divorcio y no la declaración política que habla de la relación futura de Londres y la UE.
Bruselas no puso objeciones a esto, llegados a este punto de la negociación; fueron los Veintisiete, de hecho, los que marcaron los tiempos a May si quería retrasar la salida más allá de este 29 de marzo, fecha tope original. Y ni a la UE ni al Reino Unido les interesaba -ni les interesa- un 'brexit' a las bravas. Por eso, le ofrecieron una prórroga hasta el 22 de mayo si lograba los apoyos y un periodo mucho más corto, hasta el 12 de abril, si no lo hacía.
Hasta el último momento, May ha intentado ganarse a los conservadores, laboristas y unionistas reticentes a darle la razón. A su partido, además, le ofreció su propia cabeza, una dimisión que tentaría a posibles sucesores como el exministro Boris Johnson, que finalmente decidió pasarse al otro lado. No solo él: de los 75 diputados tories que votaron en contra del acuerdo de may el 12 de marzo, la primera ministra ha hecho cambiar de opinión a unos 40.
Hay dos posibilidades principales. La primera, que Reino Unido pida una prórroga larga -de al menos un año- a los Veintisiete, una decisión que tendría que justificar mucho y que quedaría, en todo caso, en manos de los líderes europeos; además, implicaría la participación de los británicos en las elecciones europeas del 26 de mayo. La segunda, que el Gobierno de May decida irse de la UE sin acuerdo el 12 de abril, una opción que no convence a casi nadie.
Pero hay más, ya que no se pueden descartar todavía una revocación del Artículo 50 -que no haya brexit-; otro referéndum -una de las opciones con más aceptación en el Parlamento-; que May decida, a pesar de todo, dimitir y dejar el tema en manos de otro; que el Parlamento tome el control y se incline por una salida suave que podrían apoyar los laboristas -la otra alternativa con más aceptación-; que la UE mantenga la fecha del 22 de mayo, etc.
El próximo lunes, sin perder tiempo, los diputados votarán otra vez. Decidirán sobre propuestas alternativas al brexit, similares a las ocho que se votaron hace unos días -y que se rechazaron-, "indicativas" y sin vinculación legal alguna. Se trata de que comprueben, una vez tumbado el plan, qué vía generaría ahora más consenso con el fin de dar pistas al Gobierno sobre cómo proceder.
Este viernes, 234 laboristas han rechazado el acuerdo (5 han votado a favor), así como los 10 del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte y también 34 tories a los que May no ha logrado convencer ni siquiera con su dimisión virtual. Theresa May ha dicho después de su derrota que este resultado tiene "graves" consecuencias y ha admitido que teme que la Cámara haya llegado al "límite del proceso".
Inmediatamente después de la votación, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha convocado una reunión de los Veintisiete para el 10 de abril. Antes de esa fecha, ha indicado la UE, Reino Unido debería indicarles qué camino va a tomar.
Los diputados conversos
La primera ministra había conseguido para este viernes, apurando los plazos, una tercera votación de su plan, pero con truco: para sortear la negativa del presidente de la Cámara, John Bercow, a que se sometiese a votación el mismo texto que había sido rechazado dos veces ya -15 de enero y 12 de marzo-, decidió presentar solo el acuerdo de divorcio y no la declaración política que habla de la relación futura de Londres y la UE.
Bruselas no puso objeciones a esto, llegados a este punto de la negociación; fueron los Veintisiete, de hecho, los que marcaron los tiempos a May si quería retrasar la salida más allá de este 29 de marzo, fecha tope original. Y ni a la UE ni al Reino Unido les interesaba -ni les interesa- un 'brexit' a las bravas. Por eso, le ofrecieron una prórroga hasta el 22 de mayo si lograba los apoyos y un periodo mucho más corto, hasta el 12 de abril, si no lo hacía.
Hasta el último momento, May ha intentado ganarse a los conservadores, laboristas y unionistas reticentes a darle la razón. A su partido, además, le ofreció su propia cabeza, una dimisión que tentaría a posibles sucesores como el exministro Boris Johnson, que finalmente decidió pasarse al otro lado. No solo él: de los 75 diputados tories que votaron en contra del acuerdo de may el 12 de marzo, la primera ministra ha hecho cambiar de opinión a unos 40.
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