Una investigación ha dictaminado que el tiroteo de Peter Clancy, Patrick Vincent, Kevin Barry O'Donnell y Sean O'Farrell por parte del SAS no estaba justificado. El uso de fuerza letal por parte de los soldados del SAS no estaba justificado cuando abrieron fuego y acribillaron a cuatro voluntarios del IRA en una emboscada en Clonoe, en el condado de Tyrone, según ha dictaminado una investigación.
Kevin Barry O'Donnell, de 21 años, Sean O'Farrell, de 22, Peter Clancy, de 21, y Patrick Vincent, de 20, fueron tiroteados mortalmente en febrero de 1992, minutos después de haber llevado a cabo un ataque con armas de fuego contra la comisaría de policía de Coalisland.
Los soldados abrieron fuego cuando los hombres llegaron al aparcamiento de la iglesia de San Patricio en un camión robado que tenía una ametralladora.
Las fuerzas de seguridad tenían información de que se utilizaría el aparcamiento y 12 soldados estaban en posición detrás de un seto. Los soldados del SAS abrieron fuego sin previo aviso cuando entró el camión, disparando más de 500 tiros.
Sin embargo según confirma la BBC, el juez forense Michael Humphreys concluyó que el uso de la fuerza letal no puede haber sido razonable. Dijo que no hubo ningún intento de arrestar a los cuatro hombres del IRA, incluso cuando yacían heridos.
El juez Humphreys dijo que los soldados experimentados que acechaban en la iglesia habrían sabido que los hombres tendrían que montar la ametralladora y, en ese caso, la capacidad para arrestarlos habría mejorado.
El forense dijo que la operación "no fue planificada ni controlada de tal manera que se minimizara al máximo la necesidad de recurrir a la fuerza letal". Sin embargo, dijo que los soldados decidieron no esperar, sino levantarse y comenzar a disparar.
Dos de los muertos, O'Donnell y O'Farrell, recibieron disparos en la espalda mientras huían y recibieron disparos en la cara mientras yacían en el suelo.
"Los soldados no intentaron detener a ningún miembro de la unidad del P.IRA, incluso cuando yacían gravemente heridos e incapacitados en el suelo o en el camión", afirmó el juez.
"Los soldados no tenían una creencia honesta y genuina de que el uso de la fuerza fuera necesario para defenderse a sí mismos o a otros".
El juez Humphreys añadió que las agencias estatales habían "perpetuizado falsedades" sobre el incidente, habiendo afirmado en su momento que había habido un tiroteo. De hecho, los hombres del IRA no habían disparado contra los soldados.
Hizo referencia a un documento del Ministerio de Defensa que había mencionado la operación como "un excelente éxito de las fuerzas de seguridad".
Marian Vincent dijo que las familias estaban "abrumadas" por el resultado. Tras el fallo, la hermana de Patrick Vincent, Marian, dijo: "Este proceso ha estado en marcha toda mi vida. Es difícil decir que estás encantado con un fallo sobre la muerte de un miembro de tu familia. Estamos abrumados y encantados con el resultado, pero también somos muy conscientes de que ha supuesto un gran coste para nosotros, como familias".
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