El republicano estaba paseando a su perro alrededor de las 20.30 horas cuando mercenarios británicos enmascarados armados con rifles de asalto se abalanzaron sobre él.
El activista solía pasear a su perro por esta zona, lo que sugeriría que está bajo vigilancia.
Le gritaron que levantara las manos en el aire y que no se moviera. Temiendo que estuviera a punto de recibir un disparo, el republicano obedeció.
Le dijeron que su automóvil, que estaba estacionado cerca, estaba siendo incautado en virtud de una legislación draconiana "antiterrorista" y que también lo llevarían al cuartel de la RUC de Strabane.
En un giro inquietante, cuando llegó al cuartel de la Fuerza de la Corona se le negó el acceso a representación legal durante las seis horas que estuvo detenido. Es un requisito legal básico para que cualquier persona tenga derecho a asesoramiento y representación legal si está en manos de las fuerzas de ocupación. También se le negó el derecho a ponerse en contacto con su familia, que evidentemente estaba preocupada por su ausencia.
El republicano local fue liberado en la madrugada del sábado y se le devolvió su vehículo a pesar de que obviamente estaba dañado.
Durante la noche, los sirvientes de la Corona mantuvieron una presencia en el área y retuvieron y registraron a cualquiera que se acercaba a la escena.
Al momento de escribir, el ejército británico también está involucrado en la búsqueda del área mientras excava los campos cercanos.
Este tipo de hostigamiento y opresión de los activistas políticos no es nada nuevo. Nuestros compañeros de Strabane no se dejarán intimidar por este tipo de trato.
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