"Un referéndum es parte del Acuerdo del Viernes Santo. La primacía de la política, la democracia y la paz no se puede negar ni retrasar".
''Hace cien años, el gobierno británico impuso la partición en Irlanda. Se estableció un nuevo parlamento en los seis condados del noreste, los pogromos sectarios estaban a la orden del día. En el resto de Irlanda, los rebeldes irlandeses estaban librando una guerra contra las fuerzas británicas. Los rebeldes ganarían la independencia a costa de la división de Irlanda.
Surgieron dos estados conservadores y homogéneos. Cada uno estaba gobernado por una clase privilegiada. La gente pagó el costo de la inmigración, la exclusión y décadas de conflicto...
Hace cuarenta años, Bobby Sands estaba en huelga de hambre en Long Kesh. Le costaría la vida, la de nueve de sus compañeros de prisión y muchos más fuera de los muros de la prisión.
El conflicto estalló en las calles, se subvertieron los fundamentos de la ley, se negaron los derechos y se impuso la censura. No había perspectivas de paz, el proceso político se perdió en el conflicto. Sin embargo, en esas húmedas celdas de cemento de Long Kesh, un espacio político estaba encontrando la luz.
Ofrezco estos aniversarios no para volver a librar batallas de hace mucho tiempo, sino para marcar el progreso que hemos logrado como sociedad.
Esta transformación fue posible gracias al apoyo de la América irlandesa y los líderes políticos. La firma del Acuerdo del Viernes Santo en 1998 sigue siendo una de las iniciativas de política exterior estadounidense más exitosas en la historia moderna.
El acuerdo es único. No es algo inalterable. Es un conjunto de principios y reglas para gestionar el cambio. Un acuerdo de paz que afirma la primacía de la política, la democracia y la igualdad sobre el conflicto, la exclusión y la discriminación.
El progreso no ha sido fácil. Ha habido desafíos, más recientemente del gobierno británico y Brexit. Estados Unidos fue esencial para evitar que se volviera a imponer una frontera dura en la isla como parte del proceso del Brexit.
El acuerdo ha resistido la prueba de los tiempos. Una generación ha crecido viendo una paz relativa. La Irlanda de hoy es irreconocible desde la época de la imposición de la partición y las huelgas de hambre''.
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