La ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, transmitió "incomprensión" y aprehensión sobre las aspiraciones de la comunidad nacionalista-católica del Norte en un encuentro con su homólogo irlandés, Garret FitzGerrald, que dio paso al Acuerdo Anglo-Irlandés de 1985. Desde Sputnik desarrollan la información histórica de la siguiente manera:
Las inquietudes sobre las repercusiones de las demandas de la comunidad minoritaria en la provincia británica, que la 'dama de Hierro' equipara a otras minorías étnicas europeas, han aflorado en documentos oficiales desclasificados esta semana [a finales de 2014] por el Archivo Nacional de Dublín.
Los papeles se centran en la reunión que ambos dirigentes mantuvieron en noviembre de 1984 en Chequers, la residencia campestre de los jefes del Gobierno británico.
El encuentro sirvió de preámbulo a la interferencia de Dublín en los asuntos relacionados con el Ulster por primera vez desde la partición política de la isla de Irlanda en los años veinte.
De acuerdo con los oficiales irlandeses, FitzGerald tuvo que explicar a Thatcher que los ciudadanos católicos del norte se sentían irlandeses y parte de la mayoría de la población de Irlanda "de la que habían sido separados por un acto arbitrario".
El 'taoiseach' irlandés sostuvo ante su anfitriona que "había pruebas" de abusos contra los católicos norirlandeses que justificaban sus demandas por amplías reformas de la policía, la justicia, la igualdad social y la composición del poder en la provincia.
Pero, de acuerdo con los documentos publicados, Thatcher no guardaba ninguna simpatía por los derechos de las minorías.
"Citó a los macedonios, croatas, serbios y los alemanes de los Sudetes como ejemplos de minorías a las que no se había concedido, por propio derecho, prerrogativas particulares", según se recoge en los archivos irlandeses sobre los comentarios de la entonces líder conservadora.
Las inquietudes sobre las repercusiones de las demandas de la comunidad minoritaria en la provincia británica, que la 'dama de Hierro' equipara a otras minorías étnicas europeas, han aflorado en documentos oficiales desclasificados esta semana [a finales de 2014] por el Archivo Nacional de Dublín.
Los papeles se centran en la reunión que ambos dirigentes mantuvieron en noviembre de 1984 en Chequers, la residencia campestre de los jefes del Gobierno británico.
El encuentro sirvió de preámbulo a la interferencia de Dublín en los asuntos relacionados con el Ulster por primera vez desde la partición política de la isla de Irlanda en los años veinte.
De acuerdo con los oficiales irlandeses, FitzGerald tuvo que explicar a Thatcher que los ciudadanos católicos del norte se sentían irlandeses y parte de la mayoría de la población de Irlanda "de la que habían sido separados por un acto arbitrario".
El 'taoiseach' irlandés sostuvo ante su anfitriona que "había pruebas" de abusos contra los católicos norirlandeses que justificaban sus demandas por amplías reformas de la policía, la justicia, la igualdad social y la composición del poder en la provincia.
Pero, de acuerdo con los documentos publicados, Thatcher no guardaba ninguna simpatía por los derechos de las minorías.
"Citó a los macedonios, croatas, serbios y los alemanes de los Sudetes como ejemplos de minorías a las que no se había concedido, por propio derecho, prerrogativas particulares", según se recoge en los archivos irlandeses sobre los comentarios de la entonces líder conservadora.
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