Desde El Mundo desarrollan la noticia de la siguiente manera (sin editar); Los unionistas de Irlanda del Norte han anticipado su oposición al acuerdo técnico del Brexit y han dejado en una posición muy comprometida a la 'premier' Theresa May, horas antes del Gabinete de emergencia convocado para el miércoles a las dos dos de la tarde (tres en España).
May se juega su 'ser o no ser' ante los conservadores euroescépticos en su propio Gobierno, pero la 'premier' necesita desesperadamente los diez votos del Partido Democrático Unionista (DUP) para poder lograr la mayoría parlamentaria y ratificar en última instancia el acuerdo. "Como líder del unionismo, no voy a permitir que el Reino Unido nos deje a la deriva en un futuro", ha asegurado la líder del DUP Arlene Foster, antes de partir de Belfast hacia Londres para examinar el documento de más de 400 páginas.
Las opciones para evitar el regreso a la frontera 'dura' en Irlanda fueron el primer y último gran obstáculo y amenazaron hacer saltar por los aires las negociaciones. Según el borrador del acuerdo, May habría accedido finalmente a la creación de un comité independiente de arbitraje -integrado con la mitad de representantes británicos y la otra mitad de representantes comunitarios- que debería decidir cuándo se puede suspender la "salvaguarda" o "backstop" para mantener el país en la unión en aduanera. En cualquier caso, se fijaría una revisión en julio del 2019, seis meses antes de la conclusión del período de transición que seguirá al Brexit.
Downing insistió en que Irlanda del Norte no recibiría un tratamiento diferente al del resto del país, pero fuentes de Bruselas revelaron a 'The Guardian' que el texto acordado reconoce implícitamente el "estatus especial" y el "realineamiento regulatorio" en la isla, lo que ha disparado las alarmas entre los euroescépticos.
"El alineamiento regulatorio supondría que tendríamos unas reglas distintas a las del resto del Reino Unido", advirtió Foster a la cadena 'Sky News'. "Tendríamos en cualquier caso un déficit democrático, porque nos veríamos obligados a acatar las reglas de la UE sin tener ninguna capacidad de decisión sobre ellas".
A las críticas del DUP se ha sumado en las últimas horas la advertencia de Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia. "La decisión de la primera ministra dejaría a Escocia fuera el mercado único, pese a que el 62% de nuestra población votó a favor de la permanencia", escribió Sturgeon en Twitter. "Y al mismo tiempo tendríamos que estar compitiendo con Irlanda del Norte, que sí podría quedarse".
"Estamos ante el peor acuerdo de la historia", proclamó por su parte Nigel Farage, ex líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip). "Nos estamos comportando como una nación derrotada y nos hemos rendido a Bruselas", proclamó el político nacionalista, que pidió a los ministros euroescépticos que se rebelen contra Theresa May y provoquen su caída.
Se estima que hasta media docena de ministros podrían estar planteándose su dimisión tras la reunión de emergencia convocada por May. Todos los ojos estarán sobre los integrantes del famoso "club de la pizza", integrado entre otros por la portavoz de los 'tories' en el Parlamento, Andrea Leadsom, por la secretaria de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt, y por el secretario de Comercio Internacional, Liam Fox, que reiteró de antemano: "Un 'no acuerdo' siempre será mejor que un mal acuerdo".
May se juega su 'ser o no ser' ante los conservadores euroescépticos en su propio Gobierno, pero la 'premier' necesita desesperadamente los diez votos del Partido Democrático Unionista (DUP) para poder lograr la mayoría parlamentaria y ratificar en última instancia el acuerdo. "Como líder del unionismo, no voy a permitir que el Reino Unido nos deje a la deriva en un futuro", ha asegurado la líder del DUP Arlene Foster, antes de partir de Belfast hacia Londres para examinar el documento de más de 400 páginas.
Las opciones para evitar el regreso a la frontera 'dura' en Irlanda fueron el primer y último gran obstáculo y amenazaron hacer saltar por los aires las negociaciones. Según el borrador del acuerdo, May habría accedido finalmente a la creación de un comité independiente de arbitraje -integrado con la mitad de representantes británicos y la otra mitad de representantes comunitarios- que debería decidir cuándo se puede suspender la "salvaguarda" o "backstop" para mantener el país en la unión en aduanera. En cualquier caso, se fijaría una revisión en julio del 2019, seis meses antes de la conclusión del período de transición que seguirá al Brexit.
Downing insistió en que Irlanda del Norte no recibiría un tratamiento diferente al del resto del país, pero fuentes de Bruselas revelaron a 'The Guardian' que el texto acordado reconoce implícitamente el "estatus especial" y el "realineamiento regulatorio" en la isla, lo que ha disparado las alarmas entre los euroescépticos.
"El alineamiento regulatorio supondría que tendríamos unas reglas distintas a las del resto del Reino Unido", advirtió Foster a la cadena 'Sky News'. "Tendríamos en cualquier caso un déficit democrático, porque nos veríamos obligados a acatar las reglas de la UE sin tener ninguna capacidad de decisión sobre ellas".
A las críticas del DUP se ha sumado en las últimas horas la advertencia de Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia. "La decisión de la primera ministra dejaría a Escocia fuera el mercado único, pese a que el 62% de nuestra población votó a favor de la permanencia", escribió Sturgeon en Twitter. "Y al mismo tiempo tendríamos que estar compitiendo con Irlanda del Norte, que sí podría quedarse".
"Estamos ante el peor acuerdo de la historia", proclamó por su parte Nigel Farage, ex líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip). "Nos estamos comportando como una nación derrotada y nos hemos rendido a Bruselas", proclamó el político nacionalista, que pidió a los ministros euroescépticos que se rebelen contra Theresa May y provoquen su caída.
Se estima que hasta media docena de ministros podrían estar planteándose su dimisión tras la reunión de emergencia convocada por May. Todos los ojos estarán sobre los integrantes del famoso "club de la pizza", integrado entre otros por la portavoz de los 'tories' en el Parlamento, Andrea Leadsom, por la secretaria de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt, y por el secretario de Comercio Internacional, Liam Fox, que reiteró de antemano: "Un 'no acuerdo' siempre será mejor que un mal acuerdo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario