Los Principios Mitchell - ¿una base justa para la resolución de conflictos? ¿O un conjunto de principios no democráticos y pro-imperialistas?"El presente artículo analiza Los Principios Mitchell en los cuales se basó el Acuerdo de Viernes Santo firmado en 1998 entre representantes del Sinn Féin Provisional y por representantes del Gobierno Británico para poner fin al Conflicto de Irlanda del Norte.
Estos principios son seis reglas básicas que aceptaron los gobiernos de Irlanda y Gran Bretaña con la alegada finalidad de establecer democracia y paz. Sin embargo, el estudio de la realidad actual da un resultado distinto a lo que se pretendió lograr con el acuerdo. Esto nos lleva a plantear que los principios usados como base son deficientes.
En las líneas siguientes se explican las carencias de cada principio y el encubrimiento de unas estrategias injustas y demagógicas que buscan prolongar la opresión mediante el uso de términos pacificadores que a primera vista puede generar adhesión.
Algunos hablan de aceptar Los Principios Mitchell y planteamientos similares con la intención de lograr la paz. Frente a esta postura, es preocupante que las cláusulas de los Principios Mitchell se sigan adoptando sin descubrir y comprender sus verdaderos fundamentos y las represiones que ello conllevan. Para esto es necesario analizarlos con cuidado y acercarse a la situación donde se aplicaron por primera vez, la situación que se vive en 'Irlanda del Norte', y confrontarla con los supuestos objetivos pretendidos."
Diarmuid Breatnach (con traducción al castellano por Angélica Tavára)Preámbulo:
Los debates que precedieron a la firma del Acuerdo de Viernes Santo, lo que a menudo suele denominarse "el proceso de paz de Irlanda", estuvieron basados en seis principios y el Acuerdo mismo, se dice que también está basado en ellos. Los Principios Mitchell llevan el nombre de George Mitchell, un senador de EE.UU. y mediador en las conversaciones irlandesas y anteriormente en las conversaciones palestinas de 1993.
El Acuerdo de Viernes Santo fue firmado en 1998 entre los representantes del Sinn Féin Provisional (y podría decirse que, al menos por delegación, del IRA Provisional también), por una parte, y por representantes del Gobierno británico por la otra. Posteriormente un referéndum en el Estado irlandés dio una gran mayoría para la eliminación de los artículos 2 y 3 del Bunreacht na hÉireann, la Constitución del Estado irlandés, artículos que habían declarado el dominio sobre la totalidad de la isla de Irlanda, y esto se tomó como una ratificación popular del Acuerdo de Viernes Santo. Una elección en el pequeño Estado del Norte de Irlanda dio una mayoría más estrecha a los que respaldaron el Acuerdo de Viernes Santo, esto también se tomó como una ratificación del Acuerdo.
Los Principios de Mitchell a menudo son elogiados por los comentaristas como una justa y democrática sólida base para las negociaciones de paz. Este breve artículo pretende poner a prueba esta afirmación, analizando los seis principios desde un punto de vista democrático y antiimperialista.
1. "Las partes acuerdan medios democráticos y exclusivamente pacíficos para resolver las cuestiones políticas” Los términos de la primera cláusula de los Principios Mitchell, en las circunstancias en las cuales los británicos impusieron una división en el país, cogiendo una parte en la cual ellos habían construido un pequeño estado en el que sus partidarios, los Unionistas[1], tenían una mayoría incorporada, fueron no sólo injustos, sino intrínsecamente antidemocráticos.
Irlanda había sido considerada como una entidad por los conquistadores ingleses por lo menos desde el siglo 15. Su partición ni siquiera se imaginó hasta comienzos del siglo 20 y entonces sólo como respuesta a la demanda nacionalista de autonomía bajo la Home Rule (un tipo de autonomía)[2], concedida, en principio, por los Británicos en 1914; al parecer la partición fue en respuesta a los militantes unionistas que se rebelaron contra la Home Rule nacionalista.[3]
La partición de Irlanda, en una parte en la cual los unionistas tendrían una mayoría de votos, primero había sido concebida para mantener la histórica provincia de Ulster para los unionistas, mientras que los Nacionalistas podrían tener las otras tres provincias. Sin embargo, pronto se comprendió que los Nacionalistas y Republicanos entre ellos superaban en votos a los Unionistas y entonces el límite fue redefinido para excluir a tres de los nueve condados del Ulster[4] de la propuesta del estado unionista. Incluso dentro de estos Seis Condados, los unionistas fueron obligados, con el fin de asegurar el control político de las autoridades locales, a hacer los límites de las circunscripciones electorales de tal manera que se garantice que muchas zonas de mayoría Nacionalista-Republicana en su población, no obstante restituyeran a los candidatos Unionistas.[i]
El derecho a voto basado en la ocupación de vivienda y propiedad de bienes, junto con la gran escala de discriminación de vivienda frente a posibles votantes nacionalistas (es decir, los católicos) mantuvo a las autoridades locales en manos unionistas hasta que una feroz campaña por los derechos civiles y una guerra de guerrilla obligó a la eliminación de estas restricciones de licencia, después de la cual algunas autoridades locales pasaron al control nacionalista-republicano. Sin embargo, dentro de los Seis Condados en general, los datos demográficos seguían asegurando una mayoría unionista.
El deseo de la mayoría de Irlanda había sido la independencia de todo el país y que se había demostrado no sólo por los siglos de luchas y levantamientos, sino por la guerra de guerrillas de 1919-1921 y también por las elecciones burguesas de 1919 bajo el gobierno Británico, esta expresión democrática que los británicos habían ignorado primero y luego asaltado por la proscripción del Primero Dáil (Parlamento) y el encarcelamiento de varios miembros electos.
La estipulación del primer de los Principios Mitchell, en que la división del país sólo podría ser superada si la mayoría de los votantes en los Seis Condados votaran a favor de aquella proposición, es profundamente injusta, el efecto es que la descolonización y la unificación nacional sólo se puede permitir por un voto mayoritario en esa parte del país que artificialmente se había separado del resto precisamente sobre la base de que la mayoría de la población conocía el voto unionista, es decir, para seguir siendo una colonia Británica.[ii]
Por otra parte, la aceptación de este principio internacional sería un desastre - que significaría que cualquier estado podría legítimamente invadir otro, anexar una parte de este por la fuerza de las armas, asegurarla a través de la colonización y otros medios como el que una mayoría vote a favor de ser su colonia y luego prohibir a los colonizados de la liberación de la colonia y la reunificación del país.
2. "Las partes acuerdan el desarme de todas las organizaciones paramilitares".Esta segunda condición podría parecer, en una apresurada primera vista, como justa, pero en realidad es todo lo contrario. Se deja totalmente fuera de la ecuación al partido más grande y fuertemente armado en el litigio: el Estado británico, con más de 177.000 personas en sus fuerzas armadas* y más de 7.200 policías armados en los Seis Condados, junto con sus servicios de inteligencia. De hecho, fue la violencia de la policía colonial armada y sectaria la que había desencadenado el levantamiento en Derry y Belfast en 1969 y fue en su apoyo que las fuerzas armadas Británicas fueron enviadas al pequeño estado.
La principal lucha armada había sido posteriormente entre las organizaciones Republicanas y el Ejército Británico con la policía colonial armada en segundo lugar. Los paramilitares Lealistas estuvieron solo en el tercer nivel de la lucha con las organizaciones armadas Republicanas, además ha surgido evidencia irrefutable sobre los años de complicidad entre los paramilitares Lealistas, la policía colonial y el Ejército Británico y, de hecho apunta a su dirección actual por los servicios de inteligencia británicos.
Las fuerzas armadas del estado Británico ni siquiera reciben una mención en los Principios de Mitchell y se dejan a disposición del Estado sin restricciones para su uso en cualquier circunstancia según como se considere conveniente. De hecho, existe la posibilidad de que el Estado impidiera la descolonización y la unificación del país, incluso en el caso extremadamente improbable de que esta propuesta recibiera una mayoría de votos en los Seis Condados; los Principios Mitchell no tienen nada que decir al respecto.
3. El tercer principio, “Acordar que tal desarme debe ser verificable a la satisfacción de una comisión independiente", subraya el primer principio y esboza la estructura a través de la cual se dará efecto al segundo principio injusto.
4. "Renunciar a sí mismos, y oponerse a cualquier esfuerzo por los demás, a utilizar la fuerza o amenazar con usar la fuerza, para influir en el curso o el resultado de las negociaciones entre todas las partes."Este cuarto principio no sólo fortalece el segundo principio injusto, sino que deja a los republicanos sin posibilidades de lograr la independencia y la unidad más allá de un voto mayoritario a favor dentro de los Seis Condados donde, como se observó anteriormente, una mayoría artificial milita contra esta posibilidad.
El Estado británico, por el contrario, puede y hace uso de la fuerza y la amenaza de ella para influir no sólo las negociaciones, sino su control continuo sobre su colonia de los Seis Condados. Se utilizó la fuerza para lograr la colonización de todo el país durante cientos de años, y cuando ya no pudo seguir haciéndolo, se utilizó la fuerza para dividir el país y para mantener la partición de lo que ahora se aproxima un siglo.
La sección en la que se insta a las partes "para oponerse a cualquier esfuerzo por otros, para usar la fuerza" es entendida por todos, que no se refiere a la oposición del uso de la fuerza por el estado Británico. Pero no sólo eso, en "oponerse a cualquier esfuerzo por otros", es decir, aquellos que podrían no ser signatarios, esto compromete a los firmantes a condenar, al menos moralmente, a aquellos que pueden continuar las actividades armadas y, posiblemente incluso, a colaborar con las fuerzas del estado contra ellos.
Que esta estipulación en teoría cae por igual sobre las secciones armadas de los Lealistas como lo hace en los Republicanos es irrelevante, ya que como hemos visto, los paramilitares Lealistas no son la oposición armada más importante para los Republicanos y, de hecho, pueden ser vistos mayormente como auxiliares del Estado Británico, sus fuerzas armadas y su administración colonial. Los Republicanos son claramente el objetivo de esta sección y solicita a aquellos entre los que han firmado los Principios denunciar las actividades armadas de otros republicanos que no se sienten obligados por los principios y tal vez incluso a abastecer al Estado británico y sus fuerzas armadas con información sobre ellos.
Ciertamente desde la firma del Acuerdo del Viernes Santo- del cual se nos ha informado repetidamente está basado en los principios Mitchell- los partidos Republicanos en el acuerdo, el Sinn Féin y el IRA Provisional han condenado públicamente otros republicanos ("disidentes") por su resistencia continua, los han amenazado y administrado, a veces, castigos físicos[5]. Además, una de las más altas figuras de los Provisionales, Martin McGuinness, en varias ocasiones ha pedido públicamente a la gente a informar sobre ellos a las autoridades británicas[6].
5. El quinto principio: "Estar de acuerdo en acatar los términos de cualquier acuerdo alcanzado en todas las negociaciones de partidos y recurrir a métodos democráticos y exclusivamente pacíficos para tratar de modificar cualquier aspecto de este resultado con el que pueden estar en desacuerdo," refuerza la Cuarta.
Como hemos visto, los métodos "democráticos" disponibles sólo se aplican a un área con límites tan elaborados como para dejar a los Republicanos siempre en minoría por los Unionistas, ellos no aplican a una votación en los 32 condados del país (ni siquiera por la población en Gran Bretaña, la cual ha mostrado en encuestas repetidamente su deseo de que los británicos se retiraran de Irlanda). Los "métodos pacíficos" se requieren de los republicanos, pero no del Estado británico. Los Principios niegan a los Republicanos, en efecto, tanto por medios democráticos y militares el logro de la descolonización y la reunificación.
6. El sexto principio "Se insta a dejar los 'castigos' matadores y palizas y a adoptar medidas efectivas para prevenir tales acciones", este otro uno parece, a primera vista, que simplemente requiere las normas civilizadas de comportamiento. Sin embargo, permítanos examinar la situación con más cuidado.
El estado tiene medios para garantizar el cumplimiento de sus requisitos – mantener su orden social, control de propiedad y seguridad. Utiliza multas y amenazas de periodos de prisión real como castigos con la intención de asegurar el cumplimiento. Se administra a través del servicio de los tribunales, la policía y la cárcel, usando la fuerza física para llevar a cabo las sentencias judiciales. Extraoficialmente, también administra las palizas, tanto cuando ataca las manifestaciones y sobre los prisioneros en sus comisarías.
Todo lo que uno puede pensar en golpes de castigo, fueron los mecanismos de control equivalente de los grupos armados republicanos. Ellos no podían recurrir a multas y encarcelamiento.
Con respecto a los "castigos matadores", estos fueron por lo general llevados a cabo, al parecer, contra las personas que se dio por comprobado o se creía que eran informantes a las fuerzas del Estado británico. Visto de otro modo, en ausencia de la posibilidad de encarcelar por espionaje perjudicando su seguridad (el castigo estándar del estado) las organizaciones armadas republicanas golpeaban o mataban a aquellos a quienes creían que ponían en peligro su seguridad, de la que dependían sus vidas.
En efecto, el Sexto Principio prohíbe el uso de cualquier fuerza, ordenado para los Republicanos, para asegurar el cumplimiento de normas y la seguridad de su organización, mientras que al mismo tiempo permite al Estado todo de su propia panoplia en ese sentido, incluyendo las especialmente antidemocráticas leyes "antiterroristas" de los Seis Condados.
Conclusión:La adherencia a los principios Mitchell elimina la posibilidad en cualquier futuro previsible de la consecución de los objetivos de los Republicanos, la reunificación nacional y la independencia nacional. Con respecto a esos objetivos, el efecto de los principios es asegurar la continuación del estatus quo, legitimar la partición no democrática del país en 1921 y la existencia de una colonia británica en Irlanda. A su vez, esa falsa legitimación y la continua colonización, perpetúa la injusta invasión de Irlanda y su progresiva colonización inglesa hace casi mil años, contra la cual los irlandeses nunca han dejado de luchar, incluso por una generación, y que ha detenido el desarrollo político y económico de la nación y destruyó una parte significativa de su cultura.
La colonización continua es un freno en el desarrollo futuro de la nación irlandesa y la continuidad del gobierno colonial y sectario dentro de esa colonia, junto con la partición del país, también retarda el desarrollo de la clase trabajadora irlandesa como una fuerza unida capaz de perseguir a sus propios intereses.
Los principios Mitchell, los seis, son coloniales e imperialistas, en efecto, profundamente injusto y esencialmente antidemocrático. Cualquier acuerdo basado sobre ellos, como por ejemplo el Acuerdo de Viernes Santo, no puede sino estar impregnado con las mismas cualidades.
Lúnasa / Agosto 2013
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[1] Los que querían seguir en unión con Inglaterra, siendo parte del Reino Unido.
[2] “Home Rule” proponía un tipo de autonomía dentro del imperio británico. Así que el país podría tener su gobierno y ese podría promulgar leyes e imponer impuestos pero no podría separarse del imperio. En el Imperio ya habían varios tipos distintos de ese arreglo. Los unionistas, la mayoría de ellos de religión protestante, se opusieron a esto y en 1913 amenazaron con resistirse mediante las armas y su milicia, ellos recibieron un cargo de por lo menos 25.000 fusiles y hasta unas grandes ametralladoras.
[3] Los Unionistas empezaron a reclutar una milicia, el Ulster Volunteer Force, encabezado por unos políticos y capitalistas de la burguesía colonial y de religión Protestante, descendientes de los colones británicos, con el apoyo del Partido Conservador británico y de bastantes oficiales militares del Ejército Británico en Irlanda.
[4] Dún na nGall (Donegal), an Chábhán (Cavan), Muineachán (Monaghan)
[5] Incluso el asesinato de uno del “Verdadero IRA”, Joseph O'Connor, en el 2000.
[6] El mismo que dijo en entrevista en televisión hace años que los que daban información a las autoridades en los Seis Condados conocían el riesgo y merecían la muerte.
[i] Después de la Guerra de La Independencia en Irlanda (1919-1921), los británicos decidieron dividir el país, una parte para los unionistas y la otra para los nacionalistas.
Originalmente, el plan era darles a los Unionistas la provincia de Ulster pero se dieron cuenta de que los Católicos serían la mayoría en la provincia. Por eso, los límites del estado pequeño Unionista se elaboraron para incluir sólo seis de los nueve condados del Ulster (por eso también la razón de que los republicanos de Irlanda denominan al estado pequeño Los Seis Condados y ni “Ulster”, ni “Irlanda del Norte”, porque la parte más al norte de Irlanda está en el Condado de Donegal, uno de los tres condados de Ulster que quedaron con el estado de Irlanda después del Trato de 1921 (para verlo, escribe “image counties of Ireland” o algo parecido en la búsqueda del Internet).
Pero hasta entonces, tuvieron que cambiar los límites de las circunscripciones electorales: donde hubiera una mayoría de votos “nacionalistas” cortaron el distrito, poniendo una parte de la comunidad dentro de un distrito electoral con muchos votantes unionistas, y la otra parte en otro distrito electoral parecido. Esa práctica se llama en inglés “gerrymandering”, tras la práctica de un político estadounidense. Por ejemplo, la ciudad de Derry, lo cual es casi totalmente “nacionalista” o “católico”, por muchísimos años tuvo mayoría de concejales unionistas.
Escribieron las leyes para dictar que solo los que tenían vivienda podrían votar y que los que tenían vivienda en un lugar y negocio en otro podrían tener un voto en cada distrito (la mayoría de estos serían Unionistas). Los que tenían vivienda en renta del municipio estaban incluidos en los que tenían derecho a votar, porque si no fuera así, la mayoría de la clase trabajadora unionista no hubieran podido votar (y a la burguesía unionista les hacía falta su apoyo).
Pero como la comunidad “nacionalista” era tan grande, era necesario que el municipio no les diera vivienda para rentar porque al mismo tiempo se les daría acceso al voto. La campaña para los derechos civiles que se inició en 1968 fue impulsado con la ocupación de la casa que el municipio había asignado a una secretaria de un político unionista. La secretaria era soltera sin niños y había muchísimas familias de la comunidad “nacionalista” sin vivienda, repartiendo la casa de los padres o no teniendo otro remedio que la emigración.
Por eso las demandas que más se oían del Movimiento por los Derechos Civiles en los años 1968, '69', '70 etc. eran: “un hombre, un voto” (ya sé, debía de haber dicho “una persona”, sí), “derecho de vivienda para todos” y “un hombre, un trabajo” (por la discriminación en el empleo). Habían otras demandas también, por ejemplo derechos de protestar, de libertad de expresión, de asamblea… Para entender todo esto bien uno debe de mirarlo en Google pues es un tema bastante amplio. Los derechos civiles fueron concedidos por fin años más tarde pero entonces ya estaba en plena lucha armada.
[ii] "Católicos" y "Protestantes" eran las etiquetas de conveniencia dadas a las diferentes comunidades dentro del estado colonial Británico de los Seis Condados, basado en las religiones mayoritarias dentro de cada comunidad. La división tiene poco que ver con la religión hoy en día, e incluso históricamente tenía más que ver con la economía y la política. Los términos "Nacionalista" y "Unionista" fueron utilizados por los Republicanos durante la guerra desde 1971-1998 para alejar la representación del conflicto como algo religioso, esto último fue una importante iniciativa de propaganda del Estado británico. Por supuesto, no todos en la "comunidad nacionalista" eran nacionalistas - algunos eran socialistas, comunistas, anarquistas o social-demócratas. Yo prefiero estos términos a los religiosos, pero reconozco su insuficiencia y su tendencia a dar hegemonía a la ideología nacionalista-republicana sobre la minoría comunitaria.
Para comprender los orígenes de las diferencias comunitarias y cómo funcionaban se debe buscar en su historia. Después de la derrota de la resistencia de los caciques de los clanes irlandeses en la Guerra de los Nueve Años (1594-1603), la tierra de los clanes irlandeses en Ulster fue 'sembrada' de colonos de Inglaterra y Escocia. Las plantaciones fueron organizadas privadamente (por personas o compañías privadas) y también por el Parlamento de Escocia (en virtud del estado Inglés), así como por la Corona Inglesa. Los beneficiarios fueron principalmente la Iglesia Anglicana Inglesa, los especuladores de la tierra, las corporaciones financieras, oficiales del ejército Inglés y colonos ingleses y escoceses que buscaban una vida mejor. Todos los colonos tenían como requisito ser de habla inglesa y de fe protestante (la mayoría de los colonos ingleses eran anglicanos, la mayoría de los escoceses eran presbiterianos). Algunos grandes propietarios alquilaron o sub-arrendaron tierras a otros colonos y algunos colonos cultivaban su propia tierra.
Con el fin de garantizar que la plantación se mantuviera fiel a Inglaterra, enormes áreas se plantaron y los nuevos propietarios fueron prohibidos explícitamente de tomar arrendatarios irlandeses y tuvieron que importar trabajadores de Inglaterra y Escocia. Se había pensado trasladar a la población campesina irlandesa a vivir cerca de las guarniciones y las iglesias protestantes, para controlarles más fácilmente. Por otra parte, a los colonos se les prohibió la venta de sus tierras a cualquier irlandés y estaban obligados a construir defensas contra cualquier posible rebelión o invasión. El asentamiento debía estar terminado en tres años. De esta manera, se esperaba que una nueva comunidad defendible, compuesta en su totalidad de súbditos británicos leales, fuera creada.
Durante la Guerra Civil Inglesa, los irlandeses en el Ulster se levantaron en el sangriento levantamiento de 1641. La intentada represión del levantamiento y la derrota y posterior "pacificación" por Cromwell, líder del estado Inglés, en 1649 fue más sangrienta todavía. Una nueva ola de emigración escocesa que huía de la hambruna en su país en 1696 - '98 produjo que los presbiterianos fueran el grupo religioso mayoritario por primera vez.
Naturalmente, los desposeídos tomaron represalias contra los ocupantes de lo que habían sido sus tierras y también, naturalmente, los colonos se defendieron. La original guerra de resistencia, la siguiente desposesión, la resistencia a la colonización y la resistencia de los colonos, fue todo sangriento. En las luchas entre los desposeídos y los colonos, y por ambos grupos de forma independiente contra sus explotadores, ambas sociedades militantes se formaron como los Defensores (católicos) y los Corazones de Roble (Hearts of Oak) y Peep O'Day Boys (Niños del Amanecer) (protestantes).
Los Presbiterianos, aunque colonos Protestantes del estado Inglés, sufrieron discriminación. La iglesia Protestante Anglicana es la "religión oficial" del estado Inglés y su representación en Irlanda fue la "Iglesia de Irlanda" (que mantiene su nombre hasta la actualidad). Por supuesto, la mayoría en Irlanda no eran de fe ni Presbiteriana ni Anglicana, sino Católica (aunque ya no en Ulster, donde los Presbiterianos habían obtenido la mayoría absoluta a finales del siglo 17). Los Presbiterianos, como los Católicos, tenían que pagar un diezmo (la décima parte de sus ingresos) para sostener la minoritaria iglesia Anglicana y no se les permitió presentarse a las elecciones al Parlamento irlandés (colonial). Los matrimonios mixtos con los Anglicanos fueron desaprobados y no permitidos con los Católicos. Ambos grupos fueron prohibidos durante un tiempo de ingresar en el Trinity College. Los presbiterianos resintieron pagar impuestos sin representación electoral (una de las quejas de los colonos en América, que finalmente condujo a su Revolución), las restricciones a sus intereses comerciales y la corrupción de la representación Real inglesa en Irlanda. Las ideas republicanas y separatistas comenzaron a ganar dominio entre ellos.
En 1791 se formó la Sociedad de Irlandeses Unidos dirigida principalmente por Republicanos Presbiterianos, y combinó mayormente Católicos y Presbiterianos con algunos otros grupos de fe (su principal ideólogo, Theobald Wolfe Tone, era un Anglicano). En 1798 ellos estallaron en tres levantamientos principales (pero no al mismo tiempo) – en los condados de Antrim, Wexford y Mayo. Los ingleses tuvieron éxito en el aplastamiento de los tres y mataron a miles de insurgentes, muchos más fueron tomados prisioneros y enviados a colonias penales y otras miles de personas, en particular Presbiterianos, emigraron a los EE.UU. o a Canadá (uniéndose a previas emigraciones Presbiterianas). La represión fue feroz y la Orden de Orange desempeñó un papel particularmente significativo en Ulster en la coerción de la disidencia entre los Presbiterianos y, fue perversa, en el establecimiento de la lealtad a la Corona Inglesa como la ideología dominante en esa comunidad.
Hoy en día la mayoría de los Presbiterianos en la colonia inglesa en el noreste de Irlanda tiene algún grado u otro de lealtad al estado Británico y deseo de permanecer dentro de la Unión de Inglaterra, Irlanda del Norte y Escocia. La mayoría de los católicos de la zona, después de siglos de despojo y represión por los ingleses, junto con décadas de discriminación y represión por parte de la Orden de Orange y el estado de Irlanda del Norte, parecen favorecer otras, incluso muchos están a favor de la reunificación en un estado Irlandés.