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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Experiencias de los lectores del blog en el norte de Irlanda

Hoy pongo la crónica de 'CHE Cantabria' de su paso por Dublín y por Belfast, capital de los Seis Condados ocupados.
Desde aquí nuevamente agradecer su crónica, sus apreciaciones sobre urbanismo y arquitectura, el uso del Castellano, museos, etc... y su punto crítico de la experiencia vivida.

Crónica CANTABRIA-EIRE, EIRE-CANTABRIA.

Octubre 2011.

Llegamos a Dublín el día 13 por la tarde. Nos avisaron que haría frío, pero nos encontramos con una tarde soleada. Cogimos el bus a la ciudad, y de camino ya se puso a refrescar.
Esperaba otro modelo urbanístico de ciudad. Será cuestión de gustos, pero esa combinación de espacios rehabilitados (almacenes y atarazanas) junto con gigantescas "cajas" de vidrio y acero, no es mi modelo arquitectónico preferido. No me entraba en la cabeza que junto con majestuosos o modestos edificios históricos, se hayan levantado mastodones de acero que destrozan la estampa urbana. Nunca esperé ver en Dublín los atentados urbanísticos que veo cada día en mi "ciudad" (Santander). He de aclarar que me refería a la zona portuaria y las orillas del rio. El centro de Dublín está mejor, se suele respetar bastante el entorno y conserva mejor la esencia histórica, por no hablar de la zona "georgiana" donde el encanto aún es mayor (pese a ser una zona de estética eminentemente británica).

La ciudad se encuentra salpicada de monumentos y recuerdos. Tantos, que es imposible destacar alguno. Por cada calle hay algún personaje histórico, y si exceptuamos a Oscar Wilde, Molly Malone o James Joyce, el resto de monumentos recuerdan a irlandeses que en mayor o menor medida lucharon por la libertad de Irlanda. Jim Larkin o James Connolly probablemente sean los más visibles, por encontrarse en O'Connell Street, una calle que de facto parece el corazón de Dublín, ya que todo parece partir desde allí o que llega hasta allí. No vimos toda la ciudad, pero personajes como Collins o Valera, no tienen mucha presencia precisamente. Tal vez sean los más conocidos fuera de la isla, pero allí, por la razón que sea, no cuentan con una presencia tan importante como se podía prever. Se nota una ciudad que no se empeña mucho por recordar su pasado y que prefiere pensar en el mañana. El tema de la unificación no parece -aparentemente- despertar mucho interés, y si quieres información sobre los acontecimientos históricos relacionados con la independencia y el republicanismo, te lo tienes que buscar por tu cuenta. Hay visitas guiadas en castellano por Dublín, pero tocan el tema de una manera casi anecdótica, como pasando por encima. Si se quiere una visita detallada de esa parte de su historia -la rebelión de 1916-, te la tienes que tragar entera en inglés, y si tu inglés no es magnífico, se te escapan el 60% de los datos e informaciones: no está pensado para turistas sino sobre todo para norteamericanos irlandeses que peregrinan a Dublín una vez en la vida, y quieren rememorar el pasado de sus mayores.

Un detalle importante es que en pleno centro de Dublín se encuentra la sede del Instituto Cervantes: un enorme edificio de varias plantas, a un minuto andando del Tritity College (para que os hagáis una idea de la importancia y valor del edificio), con talleres, exposiciones, cursos, encuentros, edición, productoras audiovisuales... todo un imperio al servicio de la lengua del Imperio y pagado con el bolsillo de los súbditos del imperio. Ese edificio y sus actividades pueden "prorratearse" en millones de euros al año, millones que pagamos todos los subditos del imperio, repito. ¿Para qué? Pues para NADA, para llenar el ego nacionalista de los españolistas que apoyan ese tipo de gastos intocables (no como la sanidad). Lo "mejor", y es a dónde quiero llegar, es que en todo Dublín, no encontramos ni a una sola persona que hablara castellano, ni guías turísticos, ni los conserjes de los hoteles, ni dependientes, ni azafatas del aeropuerto, ni personal de información, NADIE. Se gastan millones de euros al año en onanismo españolista, y no se ve el resultado por ningún sitio. NO HABLA ESPAÑOL NI QUIEN ESTÁ OBLIGADO: NADIE. Ese es el peso de la lengua del imperio: nulo. Y poneros a multiplicar los gastos de esta sede por todas las que se encuentran dispersas por todo el mundo, para que luego hablen de Ikastolas, televisiones autonómicas, o de la inversión lingüística en Catalunya como ejemplos de despilfarro pagado por todos...

Un aspecto ineludible de este Dublín "olvidadizo", es visitar la carcel de Kilmainhan, entre cuyos muros padecieron varias generaciones de patriotas, y donde fueron fusilados los líderes del levantamiento de Pascua de 1916. Sí que forma parte de las visitias guiadas -curiosamente-, incluso se recomienda la visita. Cuesta 6 euros, y si dominas el inglés a la perfección, es un dinero irrelevante. Si esperáis guías en castellano, o alguna traducción, ya podéis esperar sentados, porque AQUÍ tampoco hay traducción posible: Viva el Instituto Cervantes!.
Tambíen estuvimos en la tienda del Sinn Féin -bajo la sede central-, al final de O'Connell Street, a mano izquierda, junto a la antigua maternidad. Esperaba más, pero entiendo que para ser Dublín, no se puede pedir más. Para más inri, cuando fuimos a Belfast, todas las sedes políticas republicanas estaban cerradas por ser lunes, así que con eso me tuve que conformar. Por último, os recomendaría visitar los dos museos de historia de Irlanda, uno de prehistoria y arqueología (historia antigua) que está cerca de Nassau St., y el museo de historia de Irlada, junto a rio, algo más arriba de San Pablo. Muy buenos los dos, recomendables y gratis.

Cambiando de tema, y yendo a lo que más puede interesaros, pasamos a la visita a Belfast: salimos a primera hora desde la estación central de Dublín y llegamos a Belfast casi a las 10 de la mañana (dos horas y pico). El viaje es tranquilo, pero a medida que cruzamos la frontera oficial entre los dos estados, el tiempo empezó a empeorar, a morrinar un poco, pero confiabamos en que la cosa cambiaría. Ni de coña: no hicimos más que llegar la estación de Belfast y empezó a caer la tormenta perfecta, y no paró hasta que llegò la hora de irnos (La Ley de Murphy). Se nos vino el alma a los pies: tantos años esperando viajar a Belfast, y cuando llegamos no podíamos ni cruzar la acera sin calarnos hasta los huesos. Sólo con cruzar dos calles ya estábamos absolutamente calados, y así todo el día, visitando a pie los muchos detalles de la ciudad.

Habíamos quedado en la Divis Tower con Eudald, colaborador catalán de la organización Coiste -ex presos del IRA- (http://www.coiste.ie/) que ofrecen visitas guiadas por los espacios más señalados de la lucha republicana, tanto en Belfast como en otros lugares del Ulster ocupado. Si buscáis su página os dirán que ofrecen cuatro tours distintos por Belfast, cada uno a un precio, pero por suerte, contratamos la visita a través de la web de IRLANDANET (http://www.irlandanet.com/), y no sabemos cómo, pero hicimos un sólo tour que recorrió todas las rutas que anunciaba la web del Coiste. Teníamos dudas sobre ese asunto porque a nadie le apetece irse de viaje un solo día a Belfast y que luego resulte que para verlo hacen falta 4 tours distintos (imposible de ver en un sólo día), pero cuando leíamos crónicas de la gente que hizo la visita antes que nosotros, hablaban de UNA SOLA RUTA. Definitivamente sólo hubo una, que lo cubría todo. Afortunadamente lo hubiéramos podido ver todo... si no hubiera sido por la tormenta perfecta que nos arrebató la mayor parte de las visitas, aparte de que era lunes, y el museo republicano estaba cerrado.
Llegamos tarde a la Divis Tower, debido a la lluvia, pero aún así, tuvieron el detalle de esperarnos. Coincidimos en el tour con dos compañeros de Madrid, y todos juntos decidimos iniciar la marcha. Eso sí, en el coche de Eudald, porque andando era inviable, y aún así, cada sitio donde parábamos, nueva mojadura total. Por ello, parábamos poco rato en cada sitio, muchas veces sin poder bajar del coche, sin poder hacer casi fotos, yendo de prisa de un lado al otro... En fin, que vimos los espacios más significativos como el muro internacionalista, el mural de Bobby Sands, algún monumento a los caídos en Belfast (por cada barrio -más o menos- hay uno, cada uno en memoria de los caídos en cada barrio). Y como no, el cementerio de Milltown, probablemente lo que más marca de todo Belfast, sobre todo si alguno recuerda las imágenes televisivas de los atentados producidos dentro de sus muros por parte de algún unionista, tristemente famoso, al que no pienso nombrar. Las tumbas de los caídos en las huelgas de hambre, en ese pequeño mausoleo situado frente al monumento a la declaración de Independencia, ponen la piel de gallina. Sin duda nos dejamos mucho por ver y por hacer, y lo que más echamos de menos es tener contacto directo con los protagonistas de la historia. Si tenéis un buen día, junto al cementerio hay un establecimiento hostelero de excombatientes donde, además de comer por un buen precio, podréis compartir experiencias hasta que os venga a echar la policia. Tristemente nosotros no pudimos acudir, estábamos calados como una sopa, y preferimos ir hasta el Cúlturlann, un centro cultural republicano, enfocado sobre todo al tema de la recuperación del gaélico. No está tan politizado como el Coiste, pero la presencia del IRA también es ineludible, ya que te puedes encontrar en la paredes, cuadros pintados por presos. Desde luego a nosotros nos salvaron la vida, más que nada los secadores de mano de los baños: con ellos secamos toda nuestra ropa (en varias fases) y gracias a eso pudimos seguir visitando parte de la ciudad y pudimos llegar secos a la estación para el viaje de vuelta. Eso sí, ya nos pilló la noche y casi no vimos nada en el camino de vuelta.


De ahí a Dublín, viaje tranquilo, y al día siguiente vuelta a Cantabria vía Bilbo. Mucha rabia acumulada por todo lo que no pudimos ver, oír, hablar o vivir. Mucha rabia que ojalá algún día pueda vengar. Tengo la sensación de haber vivido Belfast dentro de un coche, bajo la lluvia, y en un resumen demasiado frenético. Me encantaría estar mucho más tiempo hablando de mis impresiones, de lo que viví, de las experiencias de los protagonistas, de cómo está hoy el conflicto, de las esperanzas y memoria de los Irlandeses del norte... en fin otra vez será. De la República de Irlanda, lo que si percibí es algo que ya tenía en la cabeza hace tiempo, y es que es un Estado Soberano, pero en muchísimos aspectos sigue "perteneciendo" al Reino Unido. Aquella amenaza de que la independencia no da la libertad, se ha cumplido a rajatabla: conducen por la izquierda, hablan inglés, viven y mueren por la Premier, ven la BBC, ABC... compran sus productos, sus periódicos, pasan de la unificación... demasiada presencia británica, inconsciente, pero lo siguen teniendo allí, sin banderas ni fuerzas de ocupación británicas, pero en muchos aspectos -demasiados- son un territorio "dominado" y "asimilado".

En fin, esta es nuestra crónica. Seguramente muchos no estéis de acuerdo, pero yo lo viví así; durante unos pocos días, sin ningún apoyo logísitico local que me faciliara las cosas, bajo una tormenta inhumana en la visita al Ulster ocupado... En otras circunstancias, mis valoraciones hubieran sido más optimistas, pero los bolos estaban así pinaos, y así hubo que jugar la partida. Espero algún día repetir viaje y daros impresiones más "soleadas". Mientras tanto, hasta siempre, y animaros a todos los que podáis viajar allí, podéis vivir algo que le queda poco tiempo. El conflicto seguirá, pero nunca como ha sido hasta hace dos días. La historia sigue y nos deja atras.

SALUD.

2 comentarios:

Beñat dijo...

Para que quede claro el tema de los tours politicos de Belfast. El unico tour disponible en castellano, euskera y catalan (y en la practica el unico tambien que se realiza de forma habitual en ingles y gaelico) es el que se realiza a traves de Coiste Irish Political Tours (se puede contratar tambien a traves de http://www.irlandanet.com/CASTELLANO/HTML/tourrak.html ya que trabajamos en ambos proyectos). Es una pena que quien firma esta cronica hiciera el tour durante el dia mas lluvioso de los ultimos meses. Hay que agradecer de forma especial al guia Eudald que no solo no suspendio el tour debido a la terrible metereologia como hubiera sido lo entendible sino que ademas puso su coche (y gasolina) de forma voluntaria y sin remuneracion por ello a disposicion de los participantes en el tour. Afortunadamente al año no son mas de dos o tres ocasiones como mucho las que tenemos que suspender los tours o en su lugar hacerlos en nuestros coches privados. Los guias hacemos estos tours de forma militante y no por razones economicas. Nos motivan para ello tanto nuestras convicciones politicas republicanas como el sincero interes de lxs cientos de compañerxs y otras gentes interesadas en Irlanda que nos visitan cada años. Os esperamos.

Alias dijo...

Pues sí, lástima que cayera agua de esa manera, sobre todo si solo vas ese preciso día.
Y gracias por aclarar un poco lo de los Tours, porque ya han sido varias personas las que me han preguntado y yo les remito siempre a vuestra página, porque no se en detalle como funcionais.

Un saludo!