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domingo, 20 de noviembre de 2011

Resumen semanal

Una alerta de seguridad en Lisburn, durante la cual un número de residentes fueron evacuados de sus casas se dió por terminada y se determinó que era una falsa alarma.
Un objeto sospechoso fue encontrado en Causeway End Road a última hora del domingo pasado por la noche, fue examinado por expertos en explosivos del ejército británicoy se determinó que el dispositivo era un engaño.
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Un joven de 16 años de edad, fue acusado después de que grupos de jóvenes rivales se lanzaran piedras en Glengormley.
Los grupos se reunieron en la zona de Antrim Road el domingo pasado, y empezaron a arrojarse objetos entre ellos, a los coches y a la policía.
El adolescente tendrá que comparecer ante el Tribunal de Menores de Belfast el próximo mes acusado de conducta desordenada.
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Un hombre ha sido interrogado acerca de la actividad de los grupos republicanos armados.
El hombre, de 42 años de edad, fue arrestado en la zona de Antrim en la tarde del lunes.
Posteriormente fue llevado a la comisaría de Antrim para ser interrogado.
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Dublín, 14 nov ABC (EFE).- El nacionalizado Anglo Irish Bank solicitará a la Justicia de Irlanda del Norte que anule la declaración de bancarrota presentada en un tribunal de Belfast por el empresario irlandés Séan Quinn, el que fuera el hombre más rico de este país.
Quinn, de 67 años, presentó esta solicitud el pasado viernes debido a que acumula deudas de hasta 2.000 millones de euros con el Anglo Irish Bank, petición que aún están examinando las autoridades de la provincia británica.
Al declararse en bancarrota en la jurisdicción norirlandesa, el empresario puede beneficiarse de la legislación británica al respecto, lo que significa que podrá volver a hacer negocios y liberarse de su deuda en un año, frente a los doce que establece la legislación de la República de Irlanda.
El Anglo, ahora rebautizado como Irish Bank Resolution Corporation (IBRB), anunció hoy a través de su abogado, Paul Gallagher, que cuestionará la validez de su declaración porque asegura que su residencia y sus intereses empresariales están radicados en la república.
El imperio empresarial de Quinn había caído en picado durante los dos últimos años, a medida que se han ido revelando los enormes riesgos que tomó apostando en los mercados con las acciones de esta entidad financiera.
Quinn y el banco representan a la perfección los excesos cometidos en Irlanda durante los años de la llamada economía del "Tigre Celta", ahora hecha añicos tras el estallido de su burbuja inmobiliaria en 2008.
En la cúspide de su carrera, el Grupo Quinn, cuya joya de la corona era la aseguradora del mismo nombre, llegó a tener un valor de 4.720 millones de euros y creó, según el propio magnate, más de 5.000 empleos desde 1973.
Los expertos también creen que, en algún momento, el empresario llegó a controlar en secreto el 15 por ciento del Anglo, nacionalizado por el Gobierno de Dublín en 2009.
Tras el estallido del sector de la construcción, las acciones de este banco comenzaron a caer y Quinn se vio obligado a entregar el control de su aseguradora, al tiempo que fue multado con tres millones de euros por incurrir en prácticas financieras irregulares.
El pasado abril perdió ya todo el control del Grupo Quinn cuando se lo arrebató el IBRB.
Durante el "boom" de la construcción en Irlanda, el Anglo Irish Bank se convirtió en el prestamista preferido de ese sector por su facilidad para conceder créditos de alto riesgo, lo que generó deudas multimillonarias cuando se desinfló.
El Estado tiene ahora previsto invertir casi 30.000 millones de euros en su rescate, aunque algunos expertos fijan la cifra final en 34.000 millones.
Como parte de la reestructuración del sistema bancario irlandés, el Gobierno de Dublín ha fusionado el Anglo Irish Bank y el Irish Nationwide y ambos se encuentran ya en proceso de cierre definitivo. EFE
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Un juez en el juicio de la UVF con Supergrass en Belfast advirtió que habría "consecuencias" ante todo acto de intimidación.
El juez en el Tribunal, Gillen, reveló que había sido traído a su atención que miembros del público habían sido intimidados, pero no dio más detalles.
Sin embargo, advirtió: "Si algo así ocurre lo tomaré como algo personal para que se investigue a fondo y habrá consecuencias en caso de que vuelva a suceder durante esta prueba."
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Dos alertas de seguridad en el oeste de Belfast a principios de esta semana han sido descritas por la policía como "engaños elaborados".
Varias casas en la zona de Blacks Road fueron evacuadas mientras que los expertos en desactivación del ejército británico examinaron un artefacto sospechoso.
Mientras tanto, residentes en Oranmore Street tuvieron que dejar sus casas durante una alerta en Springfield Drive y Kashmir Road fueron cerradas.
Un portavoz policial dijo que ambas alertas eran engaños elaborados.
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Un hombre de 53 años de edad, fue arrestado bajo sospecha de actividades relacionadas con los republicanos armados en el condado de Down.
Fue detenido en la zona de Banbridge martes por la mañana y posteriormente conducido a la comisaria de delitos graves en Antrim para ser interrogado.
Ha sido puesto en libertad sin cargos el viernes.
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Noticia desde El Diario Montañes-
Irlanda es el 'green' de los golfistas europeos. En una superficie algo menor que Andalucía, esta isla disfruta de alrededor de 400 campos para practicar este deporte. Por eso, no es de extrañar que el 2,2% de su población lo practique de forma habitual (triplica la media europea, que es del 0,7%) y el resto de la población guarda en algún rincón de su casa un par de palos por si se le presenta la ocasión de practicar el 'swing' en alguna campa o un vecino le invita a jugar.
En estos días en los que el antiguo tigre celta languidece económicamente, Irlanda busca complementos al ya afianzado turismo de estudiantes de la lengua inglesa. La necesidad de recibir visitantes y que estos dejen dinero en el país es aún mayor. Por eso, buscan que una buena parte de los siete millones de turistas que cada año visitan este país acudan cargados con sus 'hierros', 'maderas' y 'putter' para tratar de hacer unos hoyos.
Irlanda es un país que mezcla la belleza del campo, pintorescos pueblos, gente simpática y una variedad extraordinaria de campos de golf. Las largas caminatas en busca de la pelota se pueden realizar descubriendo los magníficos acantilados del condado de Sligo, las playas de Kerry o las colinas de Esker en Offaly.
Pero no solo con verdes praderas se consiguen fantásticos campos de golf. Además de la naturaleza intrínseca y el paisaje, el tercer factor para conseguir un recorrido de ensueño son los 'diseñadores'. Y en ese sentido, Irlanda ha contado con los mejores. Jack Nicklaus, Arnold Palmer, Peter McEvoy o Christy O'Connor Jr. han dibujado sobre papel el recorrido que les gustaría completar y han dejado su impronta en la 'isla esmeralda'.
«Practicar golf en Irlanda es mucho más barato que en España y hay muchos campos entre los que elegir», cuentan Marcelo y Celia, un matrimonio catalán que eligió el interior del país para disfrutar del golf este último verano. Para ellos, los clubes no son ni mejores ni peores que los de otros países, pero la enorme oferta permite que «nunca se tenga que esperar para comenzar el juego».
Hoyo número 19
En el rugby trasladaron a los pubs el tercer tiempo de los partidos, el golf ha tomado ejemplo y ha cavado un decimonoveno hoyo fuera del campo con unas pintas. No importa que sea un bar en una recóndita aldea del condado de Kerry o en un céntrico local de Dublín, los irlandeses saben pasárselo bien. El 'craic' (diversión en gaélico) está extendido por todo el país, algo que le servirá al visitante para entender lo que aseguraba Morgan Freeman en 'Million Dollar Baby': «Hay irlandeses por todo el mundo o gente que le gustaría serlo».
El folclore es otro de los secretos que aguarda al visitante. Melodías basadas en el acordeón diatónico, la concertina, el violín, la flauta travesera y el bodhran (un tambor de marco) suenan cada noche en los pubs más populares. Casi todos los irlandeses saben tocar, al menos, un instrumento y quien no cuenta con esa habilidad lleva el ritmo con el golpeo de dos cucharas, porque en su código genético parece que tienen grabadas las siete notas de la escala musical.
Además del verde de las praderas, el otro color que inunda Irlanda es el negro de su cerveza más reconocida, Guinness. Pese a que en los últimos años ha perdido mercado en su patria natal y se ha convertido en la bebida habitual de los consumidores más mayores, aún así el turista no puede abandonar la isla sin probarla. Eso sí, hay que armarse de paciencia. Los camareros se toman su tiempo para tirar lentamente la pinta, que debe tener una temperatura tibia. Tras unos minutos de espera, hasta que sólo queden dos dedos de espuma, el cliente ya puede levantar el vaso y desear al resto del bar, en gaélico -un idioma que pocos saben hablar- 'Sláinte' (salud).

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