Una propuesta de Mitchel McLaughlin, el Presidente saliente de la Asamblea de Stormont, para conmemorar a las fuerzas británicas que murieron durante el levantamiento de Pascua de 1916 ha creado una más que justificada controversia y en nuestro caso, rechazo.
La idea de que los soldados británicos muertos durante la semana de Pascua de 1916 deben tener presencia en la misma forma que los rebeldes irlandeses ejecutados en el Alzamiento es sin duda el aspecto más controvertido de los planes de conmemoración del centenario.
En abril del año 2015 el entonces Taoiseach Enda Kenny, ya hablaba de que algún tipo de recuerdo a los soldados británicos muertos sería incluido en el programa de eventos de 1916, mientras, hay planes para inscribir los nombres de los soldados británicos muertos junto a los rebeldes republicanos en un monumento a los muertos en el cementerio en Glasnevin en Dublín. Un ex diputado conservador británico también ha aconsejado al primer ministro irlandés visitar las tumbas de soldados británicos muertos.
Escuchar la propuesta de Fine Gael o de los labios de conservadores británicos no es sorprendente, pero que venga de un líder de Sinn Féin en el Norte?, no sabemos si sorprendente (hay antecedentes preocupantes) , pero ciertamente es de todo menos aceptable, al menos a nuestro juicio.
Pero eso es exactamente lo que Mitchel McLaughlin, el Presidente saliente de la Asamblea de Stormont, está proponiendo. Hablando acerca de la importancia de la Pascua de 1916 para los republicanos, agregó:
"Sin embargo, yo reconozco igualmente la necesidad de recordar los grandes números de efectivos del Ejército Británico, policías y civiles que también murieron esa semana".
Es importante tener en cuenta que Mitchel McLaughlin ha sido miembro del movimiento republicano desde la década de 1960, pero nunca estuvo en servicio activo en el IRA; estuvo tiempo en Medio Oriente, pero volvío a las filas del Sinn Fein y cuando regresó a principios de los años 1980, cuando SF entró en la política electoral de pleno, se convirtió en un defensor cada vez más notorio del proceso, por entonces aún naciente.
Hablando de los centenarios en ciernes ha dicho: "Por otra parte, estos aniversarios podrían proporcionar oportunidades para la reconciliación, reunir para aprender sobre nuestra historia compartida, tratando de respetar y entender por qué podemos verlos de manera diferente".
"Si realmente vamos a avanzar como sociedad, tenemos que aceptar que cada acontecimiento de nuestra historia significará más a unos que a otros, y a menudo significa cosas completamente diferentes".
"Debe ser completamente posible reflexionar sobre los acontecimientos que han tenido una enorme influencia en nuestra historia de una manera respetuosa, inclusiva y no de confrontación sin disminuir nuestra propia política personal".
"Cada uno de nosotros podríamos tener nuestras propias dificultades y perspectiva sobre los aspectos de nuestra historia, pero sin embargo, tenemos que reconocer todo lo que ha influido en donde nos encontramos hoy. No podemos ignorar que nuestra historia es una trama compleja de factores de fondo y eventos que dieron forma e influyeron entre sí ".
McLaughlin dijo que el evento que se centró en la Pascua de 1916 y significó mucho para él personalmente "a causa de los ideales que aquellos buscaban y por los que murieron por la causa de la independencia de Irlanda y los valores detrás de la Proclamación".
Desde 'El norte de Irlanda' entendemos el sentido de las palabras de McLaughlin, pero no podemos en modo alguno aceptarlas, no se puede recordar a Anibal y de igual modo y en el mismo momento a Escipión, no se puede honrar a Espartaco y al tiempo recordar a los caidos bajo los estandartes de Craso.
Igualmente, no se puede rendir un justo homenaje a William Wallace y a renglón seguido, hacerlo con Eduardo I de Inglaterra y sus hombres caídos en los campos de batalla escoceses. Del mismo modo que no se concibe hacerlo con Emiliano Zapata y a la vez con Jesús Guajardo, o rendir un sentido homenaje a Sophie Scholl y hacerlo en paralelo con Hans Rudel.
Es importante la reconciliación, sin duda, es importante tender puentes entre ambas comunidades, sin duda, es importante acabar con el sectarismo que a día de hoy sigue azotando el Norte, sin duda; pero esto no se consigue 'descafeinando' las más que merecidas celebraciones por los héroes de 1916 caidos por la libertad de Irlanda, no se consigue intentando contentar a los unionistas,no, así no.
Se consigue abordando las verdaderas causas de la división sectaria, se consigue abordando el tema de la partición irlandesa, se consigue eliminando totalmente la presencia del ejército británico de las calles de los Seis Condados.
Y sí, se consigue recordando la Historia, recordando las lecciones que esa historia nos ha dado, y no repitiendo los errores, pero eso no significa moldear la historia para contentar a ambos lados.
Entendemos desde 'El Norte de irlanda' que los soldados británicos desplazados para combatir en 1916 en las calles de Irlanda, eran meros peones, carne de cañon, pero tambien recordamos que esos mismos peones pasaron a ser activos represores, pasaron a atar a algunas personas union flags en sus cuellos y pasearlos para escarnio público. Pasaron a ser activos represores ajusticiando a los líderes del Alzamiento, matando cobardemente a Connolly atado a una silla. Esos mismos soldados mataron a civiles y niños, dos de ellos yacían frente a Moore Street para escarnio de los rebeldes que aún aguantaban en sus ultimos esfuerzos.
En resumen, que cada cual recuerde y honre a sus muertos como considere que merecen, pero el centenario del alzamiento de 1916 en Irlanda, al menos para este blog, será un acto de recuerdo y homenaje a los caidos por la libertad de Irlanda. Igual que los que celebran y recuerdan a los caidos en la batalla del Somme (en su centenario), lo hacen con los que trataban de romper las líneas de defensa alemanas (británicos -entre ellos irlandeses- y franceses).
Dicho lo cual, honrar a los caidos entre los rebeldes de 1916 no quiere decir que se olvide que hubo muertos en ambos lados, simplemente significa que se considera que se debe dar un justo homenaje a los héroes de la libertad irlandesa, y para ser justos, ese homenaje debe ser inequivocamente pro irlandés, republicano y sin caer en ningún tipo de revisionismo o de igualdad entre ambos bandos.
La idea de que los soldados británicos muertos durante la semana de Pascua de 1916 deben tener presencia en la misma forma que los rebeldes irlandeses ejecutados en el Alzamiento es sin duda el aspecto más controvertido de los planes de conmemoración del centenario.
En abril del año 2015 el entonces Taoiseach Enda Kenny, ya hablaba de que algún tipo de recuerdo a los soldados británicos muertos sería incluido en el programa de eventos de 1916, mientras, hay planes para inscribir los nombres de los soldados británicos muertos junto a los rebeldes republicanos en un monumento a los muertos en el cementerio en Glasnevin en Dublín. Un ex diputado conservador británico también ha aconsejado al primer ministro irlandés visitar las tumbas de soldados británicos muertos.
Escuchar la propuesta de Fine Gael o de los labios de conservadores británicos no es sorprendente, pero que venga de un líder de Sinn Féin en el Norte?, no sabemos si sorprendente (hay antecedentes preocupantes) , pero ciertamente es de todo menos aceptable, al menos a nuestro juicio.
Pero eso es exactamente lo que Mitchel McLaughlin, el Presidente saliente de la Asamblea de Stormont, está proponiendo. Hablando acerca de la importancia de la Pascua de 1916 para los republicanos, agregó:
"Sin embargo, yo reconozco igualmente la necesidad de recordar los grandes números de efectivos del Ejército Británico, policías y civiles que también murieron esa semana".
Es importante tener en cuenta que Mitchel McLaughlin ha sido miembro del movimiento republicano desde la década de 1960, pero nunca estuvo en servicio activo en el IRA; estuvo tiempo en Medio Oriente, pero volvío a las filas del Sinn Fein y cuando regresó a principios de los años 1980, cuando SF entró en la política electoral de pleno, se convirtió en un defensor cada vez más notorio del proceso, por entonces aún naciente.
Hablando de los centenarios en ciernes ha dicho: "Por otra parte, estos aniversarios podrían proporcionar oportunidades para la reconciliación, reunir para aprender sobre nuestra historia compartida, tratando de respetar y entender por qué podemos verlos de manera diferente".
"Si realmente vamos a avanzar como sociedad, tenemos que aceptar que cada acontecimiento de nuestra historia significará más a unos que a otros, y a menudo significa cosas completamente diferentes".
"Debe ser completamente posible reflexionar sobre los acontecimientos que han tenido una enorme influencia en nuestra historia de una manera respetuosa, inclusiva y no de confrontación sin disminuir nuestra propia política personal".
"Cada uno de nosotros podríamos tener nuestras propias dificultades y perspectiva sobre los aspectos de nuestra historia, pero sin embargo, tenemos que reconocer todo lo que ha influido en donde nos encontramos hoy. No podemos ignorar que nuestra historia es una trama compleja de factores de fondo y eventos que dieron forma e influyeron entre sí ".
McLaughlin dijo que el evento que se centró en la Pascua de 1916 y significó mucho para él personalmente "a causa de los ideales que aquellos buscaban y por los que murieron por la causa de la independencia de Irlanda y los valores detrás de la Proclamación".
Desde 'El norte de Irlanda' entendemos el sentido de las palabras de McLaughlin, pero no podemos en modo alguno aceptarlas, no se puede recordar a Anibal y de igual modo y en el mismo momento a Escipión, no se puede honrar a Espartaco y al tiempo recordar a los caidos bajo los estandartes de Craso.
Igualmente, no se puede rendir un justo homenaje a William Wallace y a renglón seguido, hacerlo con Eduardo I de Inglaterra y sus hombres caídos en los campos de batalla escoceses. Del mismo modo que no se concibe hacerlo con Emiliano Zapata y a la vez con Jesús Guajardo, o rendir un sentido homenaje a Sophie Scholl y hacerlo en paralelo con Hans Rudel.
Es importante la reconciliación, sin duda, es importante tender puentes entre ambas comunidades, sin duda, es importante acabar con el sectarismo que a día de hoy sigue azotando el Norte, sin duda; pero esto no se consigue 'descafeinando' las más que merecidas celebraciones por los héroes de 1916 caidos por la libertad de Irlanda, no se consigue intentando contentar a los unionistas,no, así no.
Se consigue abordando las verdaderas causas de la división sectaria, se consigue abordando el tema de la partición irlandesa, se consigue eliminando totalmente la presencia del ejército británico de las calles de los Seis Condados.
Y sí, se consigue recordando la Historia, recordando las lecciones que esa historia nos ha dado, y no repitiendo los errores, pero eso no significa moldear la historia para contentar a ambos lados.
Entendemos desde 'El Norte de irlanda' que los soldados británicos desplazados para combatir en 1916 en las calles de Irlanda, eran meros peones, carne de cañon, pero tambien recordamos que esos mismos peones pasaron a ser activos represores, pasaron a atar a algunas personas union flags en sus cuellos y pasearlos para escarnio público. Pasaron a ser activos represores ajusticiando a los líderes del Alzamiento, matando cobardemente a Connolly atado a una silla. Esos mismos soldados mataron a civiles y niños, dos de ellos yacían frente a Moore Street para escarnio de los rebeldes que aún aguantaban en sus ultimos esfuerzos.
En resumen, que cada cual recuerde y honre a sus muertos como considere que merecen, pero el centenario del alzamiento de 1916 en Irlanda, al menos para este blog, será un acto de recuerdo y homenaje a los caidos por la libertad de Irlanda. Igual que los que celebran y recuerdan a los caidos en la batalla del Somme (en su centenario), lo hacen con los que trataban de romper las líneas de defensa alemanas (británicos -entre ellos irlandeses- y franceses).
Dicho lo cual, honrar a los caidos entre los rebeldes de 1916 no quiere decir que se olvide que hubo muertos en ambos lados, simplemente significa que se considera que se debe dar un justo homenaje a los héroes de la libertad irlandesa, y para ser justos, ese homenaje debe ser inequivocamente pro irlandés, republicano y sin caer en ningún tipo de revisionismo o de igualdad entre ambos bandos.
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