El año que viene será el año más importante de conmemoración para esta generación. El Alzamiento de 1916 fue un momento seminal en la historia revolucionaria irlandesa. Fue una reafirmación en los brazos de la reclamación de Irlanda a la nacionalidad. En su contexto histórico llegó en medio de la agitación de la Primera Guerra Mundial, las potencias imperiales europeas envolvieron a Europa en un osario en la búsqueda de sus propias ambiciones territoriales de dominación europea y mundial.
El Alzamiento de 1916 transformó el panorama político de Irlanda. Fue la forma de la política de Irlanda para el resto del siglo XX. Las actitudes en cuanto a la legitimidad o no de la República de la Semana de Pascua dictarían la división política del nacionalista de Irlanda hasta el día de hoy.
1916 es más que un evento histórico que puede ser bajado de la plataforma cada pocos años y sacudido como una reliquia abandonada de la familia, admirado y luego convenientemente archivado de nuevo para otra generación o dos. Se trata de un evento, que todavía habla a la Irlanda del siglo XXI. Es este hecho, lo que más perturba a las clases llenas de palabrería en Leinster House y otros lugares.
El centenario de 1916 verá a los irlandeses viajando de todas partes del mundo para estar aquí con el fin de conmemorar y celebrar este momento seminal en nuestra historia. Es maravilloso ver a tantos jóvenes ansiosos de aprender acerca de 1916 y lo que representa. Sin embargo debemos evitar a aquellos que intentan desviar esa energía y curiosidad intelectual sana con el fin de robar su significado esencial.
El Estado de los 26 Condados llegó a través de la supresión de la República de Toda Irlanda proclamada en 1916; su momento fundacional radica en la aprobación de la Ley de Gobierno de Irlanda de 1920 a través del Parlamento británico en Westminster y no a la lectura del pregón en el GPO el lunes de Pascua de 1916. No tienen legitimidad en la conmemoración de 1916; el Estado de los 26 Condados es la negación de todo lo que la República de Toda Irlanda representaba como se establece en la Proclamación de 1916. Esta década verá otros centenarios que serán igual y aún más incómodos para el establishment político de ambos estados de partición. El Tratado de entrega y la Contra-Revolución de 1921 a 1923 socavan el mito fundacional del Estado de los 26 Condados, son un recordatorio de sus verdaderos orígenes y la naturaleza antidemocrática y violenta de su entrada en vigor.
Para los republicanos irlandeses 1916 es más que un evento histórico a marcar. Es un asunto pendiente. Irlanda sigue estando particionada y la esquina noreste de nuestro país sigue bajo ocupación británica. Sus objetivos finales aún no se han logrado y sólo se puede realmente honrarlo trabajando por esos ideales. La generación revolucionaria de 1913 a 1923 son un ejemplo de lo que la gente puede lograr cuando se unen en pos de un objetivo e ideal común. Para la Irlanda de hoy la gente debe recurrir a esa inspiración para enfrentar la guerra social y económica que se ha librado contra ellos por ambos estados de partición. Como republicanos irlandeses nos inspiramos en el pasado mientras miramos hacia el futuro. Al articular un auténtico republicanismo irlandés, con el trabajo en el terreno a lo largo de los 32 condados y en el extranjero, estamos manteniendo vivos los ideales y las ideas que inspiraron a los hombres y mujeres de 1916. Miramos adelante con confianza en nuestra alternativa al sistema particionista fracasado y desacreditado, un sistema que se impuso a los irlandeses por la amenaza de una guerra inmediata y terrible en 1921.
Las próximas elecciones en los 26 Condados verán a los partidos políticos de Leinster House prometiendo el cambio mientras articulan lugares comunes acerca de los ideales de 1916. Le decimos a la gente que no se deje engañar por aquellos que pretenden decir que pueden producir un cambio a través de los mismos canales políticos viejos y agotados. Aún siendo bien intencionados sus esfuerzos están todos condenados a terminar en fracaso y en la humillación de la aplicación de lo que se propusieron supuestamente a cambiar. Participar en Leinster House o Stormont no son acciones revolucionarias.
Sin embargo los que en la izquierda piensan que Leinster House puede ser un vehículo para el cambio social, político o económico revolucionario están muy equivocados. Una vez que acepte la legitimidad del Estado y de sus obligaciones con la UE y el capitalismo financiero internacional, está inmediatamente encadenado al mismo programa de economía neoliberal que ha diezmado a las personas y las naciones a través de Europa y el mundo en desarrollo. Los republicanos irlandeses siempre han reconocido esto por lo que se han negado a ser enredados en un aparato de partición o de dominio británico. Es por la misma razón que nos negamos a colaborar con el brazo político del nuevo imperialismo en la forma de la UE. Los que piensan que pueden montar dos caballos, el constitucional y el revolucionario, no logran aprender las lecciones de la historia. Hacemos un llamamiento a la gente a no ser distraídos por los que prometen mucho y entregan poco. Esperemos el cambio revolucionario real.
El 20 de febrero vamos a lanzar nuestro programa de actos por el centenario en un Seminario titulado ¿Quién teme hablar de la Semana de Pascua?. La Conmemoración nacional por el centenario de 1916 se llevará a cabo el sábado, 23 de abril y esto será seguido por cuatro conmemoraciones provinciales, así como eventos en Inglaterra, Escocia, Estados Unidos y Europa. Instamos a todos los que puedan a asistir a estos eventos, así como a la organización de eventos en el condado y el nivel local. Debemos llevar la iniciativa en la que se conmemore el sacrificio de los hombres y mujeres de 1916.
Como la única organización política que sigue apostando por el evangelio puro del revolucionario republicanismo irlandés y el restablecimiento de la República de Toda-Irlanda de la Semana de Pascua, es nuestro deber asegurarnos de que el mensaje de 1916 se lleve adelante y, actuar en consecuencia. Las fuerzas de la reacción y el revisionismo están tratando de robarnos nuestra historia, su significado y relevancia a fin de que nuestro pueblo sea obediente y servil a las actuales fuerzas del imperialismo político y económico. En su lugar debemos reafirmar la propiedad de esa historia. La generación revolucionaria de hace un siglo eran hombres y mujeres visionarios. Nos mostraron con su ejemplo lo que puede lograrse por la gente común cuando se unen entre sí sobre la base de los principios y el idealismo.
Fin.
*Dada la complejidad de algunos términos y lo extenso del texto, en algún punto podemos no haber sido literales, pero siempre hemos intentado respetar el contenido y la intención del texto original (ver aquí).
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