Los documentos estatales de 1987 revelan una propuesta para erigir una frontera física a lo largo de la frontera de 500km.
Los funcionarios británicos plantearon la posibilidad de erigir una frontera física a lo largo de toda la frontera entre los Seis Condados ocupados y los 26 Condados, hace 30 años, según muestran los archivos desclasificados.
En una reunión entre funcionarios de ambos gobiernos, los británicos dijeron que se estaba considerando la idea de erigir una frontera física similar a la que separaba la Alemania Oriental y Occidental.
Los funcionarios irlandeses respondieron enérgicamente contra la sugerencia instando a los británicos a abandonarla de inmediato.
La propuesta, que habría visto puestos erigidos en una distancia de 500 km, está contenida en registros hechos públicos por los Archivos Nacionales bajo la ley de los 30 años, que rige para la publicación de documentos estatales.
En un memorando fechado el 20 de enero de 1987, el oficial irlandés con sede en Belfast, Noel Ryan, registra una reunión entre una delegación del Departamento de Asuntos Exteriores y un equipo británico encabezado por Brian Blackwell de la división de ley y orden de la Oficina de 'Irlanda del Norte''.
El principal tema de debate fueron las incursiones transfronterizas del ejército británico y la actividad continua del IRA a lo largo de la frontera.
"Basándonos en ejemplos de los últimos años, recordamos a la otra parte el grado de seriedad con que se consideraban las incursiones en el sur y su capacidad para generar controversia política", se lee en el memorándum.
Los británicos respondieron diciendo que las incursiones siempre eran lamentables. Argumentaron, sin embargo, que "sus mejores esfuerzos podrían no ser suficientes para reducir significativamente la ocurrencia de incursiones, dada la naturaleza de la amenaza terrorista, la operación de seguridad intensiva requerida para enfrentarla y la falta de delineación física clara a lo largo de la larga frontera".
Los británicos continuaron diciendo que estaban jugando con dos ideas que podrían afectar el número de incursiones. La primera era comunicaciones más extensas entre el ejército británico y la Garda.
"La segunda idea que se estaba considerando en el lado británico era la posibilidad de delinear físicamente la frontera en toda su longitud. Citaron, por ejemplo, la frontera entre Alemania Oriental y Occidental que estaba delineada por postes colocados en el suelo a intervalos regulares de unos cinco metros más o menos''.
"Respondimos en términos muy fuertes a esta idea, argumentando que era impensable que alguna vez se planteara seriamente, y que si surgía públicamente, de cualquier forma, el impacto en las relaciones anglo - irlandesas sería desastroso. Los británicos tomaron estos puntos en consideración".
Tras el encuentro, los británicos tomaron el consejo irlandés y no procedieron con la nueva idea de Frontera.
Los funcionarios británicos plantearon la posibilidad de erigir una frontera física a lo largo de toda la frontera entre los Seis Condados ocupados y los 26 Condados, hace 30 años, según muestran los archivos desclasificados.
En una reunión entre funcionarios de ambos gobiernos, los británicos dijeron que se estaba considerando la idea de erigir una frontera física similar a la que separaba la Alemania Oriental y Occidental.
Los funcionarios irlandeses respondieron enérgicamente contra la sugerencia instando a los británicos a abandonarla de inmediato.
La propuesta, que habría visto puestos erigidos en una distancia de 500 km, está contenida en registros hechos públicos por los Archivos Nacionales bajo la ley de los 30 años, que rige para la publicación de documentos estatales.
En un memorando fechado el 20 de enero de 1987, el oficial irlandés con sede en Belfast, Noel Ryan, registra una reunión entre una delegación del Departamento de Asuntos Exteriores y un equipo británico encabezado por Brian Blackwell de la división de ley y orden de la Oficina de 'Irlanda del Norte''.
El principal tema de debate fueron las incursiones transfronterizas del ejército británico y la actividad continua del IRA a lo largo de la frontera.
"Basándonos en ejemplos de los últimos años, recordamos a la otra parte el grado de seriedad con que se consideraban las incursiones en el sur y su capacidad para generar controversia política", se lee en el memorándum.
Los británicos respondieron diciendo que las incursiones siempre eran lamentables. Argumentaron, sin embargo, que "sus mejores esfuerzos podrían no ser suficientes para reducir significativamente la ocurrencia de incursiones, dada la naturaleza de la amenaza terrorista, la operación de seguridad intensiva requerida para enfrentarla y la falta de delineación física clara a lo largo de la larga frontera".
Los británicos continuaron diciendo que estaban jugando con dos ideas que podrían afectar el número de incursiones. La primera era comunicaciones más extensas entre el ejército británico y la Garda.
"La segunda idea que se estaba considerando en el lado británico era la posibilidad de delinear físicamente la frontera en toda su longitud. Citaron, por ejemplo, la frontera entre Alemania Oriental y Occidental que estaba delineada por postes colocados en el suelo a intervalos regulares de unos cinco metros más o menos''.
"Respondimos en términos muy fuertes a esta idea, argumentando que era impensable que alguna vez se planteara seriamente, y que si surgía públicamente, de cualquier forma, el impacto en las relaciones anglo - irlandesas sería desastroso. Los británicos tomaron estos puntos en consideración".
Tras el encuentro, los británicos tomaron el consejo irlandés y no procedieron con la nueva idea de Frontera.
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