Durante los últimos días del Levantamiento de Pascua de 1916 un pequeño enclave obrero del norte de Dublín sufrió una de las peores atrocidades cometidas por las fuerzas británicas en Irlanda en el siglo XX.
Entre los días 28 y 29 de abril soldados británicos asesinaron brutalmente a 16 civiles. Esta sigue siendo una de las historias olvidadas de esa semana que cambio la historia de Irlanda para siempre.
El pequeño laberinto de calles alrededor de North King Street y Church Street fue testigo de algunos de los combates más feroces durante el Levantamiento. El lunes de Pascua miembros del Primer Batallón de los Voluntarios Irlandeses a las ordenes de Edward Daly crearon una fortaleza a base de barricadas que hizo prácticamente imposible el avance de los soldados británicos.
Pese al gran numero de tropas del South Staffordshire Regiment que fueron enviadas a la zona durante aquellos días el Ejército Británico sufrió muchas bajas y logro hacer pocos avances en lo que llego a convertirse en una lucha cuerpo a cuerpo contra los Voluntarios Irlandeses.
Durante la noche del viernes y las primeras horas de la mañana del sábado soldados británicos cumpliendo las órdenes dadas por General Lowe, Comandante en Jefe de las fuerzas británicas en Dublín, de despejar la zona se tomaron una brutal venganza contra la población civil en North King Street.
Los soldados irrumpieron en varias casas y asesinaron a tiros o usando sus bayonetas a 16 civiles hombre y niños, varios de los cuerpos fueron enterrados en secreto en sótanos y patios traseros. Los soldados británicos también robaron las pertenencias personales de varias de sus víctimas.
Testigos de la masacre describieron cómo los soldados derribaron las puertas y saquearon sus hogares exigiendo saber en todo momento si había varones en el interior de las viviendas. Elena Walsh describiría a los soldados “como animales salvajes, seres poseídos”, su marido John y Michael Hughes un amigo de la familia fueron sacados brutalmente de su casa y posteriormente asesinados a tiros.
En el 27 de North King Street cuatro hombres que trabajaban en Louth Dairy un negocio especializado en productos lácteos fueron brutalmente asesinados y sus cuerpos enterrados en el patio trasero de la casa. Vecinos que más tarde desenterrarían los cuerpos de las victimas descubrieron que ademas las posesiones personales tales como relojes, cadenas de oro y la pequeña cantidad de dinero en efectivo que tenían encima a la hora de ser asesinados habían sido robadas por los soldados británicos.
Mientras tanto en el 170 de North King Street yacían los cuerpos de tres de las víctimas, todas ellas con claras evidencias de heridas por bayoneta. Thomas Hickey y su hijo Christopher eran dos de las victimas. La familia era muy conocida en el barrio ya que regentaba una carnicería local. Christopher que tenía sólo 16 años fue la víctima más joven de la matanza.
Los Hickeys, junto con su vecino Peter Connolly de 39 años y padre de ocho hijos fueron sacados de la tienda y conducidos hasta una casa cercana que se encontraba abandonada. Christopher Hickey fue llevado a una habitación en la parte trasera de la casa y allí un soldado británico lo mato a tiros. Su madre Teresa proporcionó un desgarrador testimonio al descubrir los cuerpos de su marido y su único hijo:
“Entre corriendo en la habitación y allí estaba mi pobre ángel, mi amor. Estaba tendido en el suelo con el rostro oscurecido y sus dos manos por encima de la cabeza como en una súplica silenciosa de clemencia. Le di un beso y puse su pequeña gorra debajo de la cabeza. Al darme la vuelta vi al pobre Tom tendido en el suelo. “Oh Dios” lloré “mi marido también no” no muy lejos de allí yacía el cadáver de Peter Connolly.
Teresa Hickey moriría tan sólo cuatro años después del brutal asesinato de su marido e único hijo en noviembre de 1920.
Nueve de los asesinatos fueron cometidos en un solo bloque en la calle North King Street. El sábado por la mañana en una de la calles adyacentes John Beirnes de 50 años de edad y padre de cinco hijos fue asesinado a tiros.
William O’Neill de 16 años de edad moriría poco mas tarde también por disparos de los soldados británicos en Constitution Hill.
El 10 de mayo, casi dos semanas después de la matanza un “fuerte olor” que salia de la bodega de un bar llevo a los vecinos de la zona a un macabro descubrimiento. Allí se encontraban semi enterrados los cuerpos de Patrick Bealen que trabajaba como camarero en el mismo bar y James Healy trabajador de la cercana destilería Jameson.
La investigación sobre la muerte de estos dos hombres revelaría que en el caso de James Healy, además de las heridas de bala su cráneo había sido aplastado “con algún objeto pesado”, según el médico que examino los cuerpos estas lesiones fueron ocasionadas mientras James todavía estaba con vida. Patrick Bealen por su parte había recibido seis disparos.
Fue el descubrimiento de los cuerpos de estos dos hombres lo que derivo en una investigación por parte del Ejército Británico que comenzó a finales de mayo.
Sin embargo esta investigación acabo convirtiéndose en un encubrimiento. Los soldados del South Staffordshire Regiment serian descritos como “un grupo tranquilo y muy respetable de muchachos”. El oficial al cargo del Ejercito Británico en Irlanda, el General Maxwell, haría las siguientes declaraciones en relación a la masacre:
“Hechos como estos son absolutamente inevitables pero la responsabilidad de estas muertes recae en los que se oponen a las tropas de Su Majestad en el ejercicio de su deber…. Dadas las circunstancia diría que las tropas se comportaron con una gran moderación.”
Las fuerzas de ocupación británicas dejaron un reguero de sangre tras de si y un total de 16 civiles muertos. Esta sigue siendo hoy una de las grandes historias olvidadas del Levantamiento de Pascua de 1916.
Solo se puede describir como vergonzoso que el Gobierno Irlandés haya incluido los nombres de los miembros del South Staffordshire Regiment muertos durante el Levantamiento en el “Muro de la Memoria’ recientemente inaugurado en el cementerio de Glasnevin junto a los nombres de los aquellos brutalmente asesinados por miembros de ese mismo regimiento.
Adaptación del artículo original de Stewart Reedin. Desde 'El Norte de Irlanda' queremos agradecer especialmente a Pablo el envío de esta traducción y de otros artículos que iremos poniendo con posterioridad.
Entre los días 28 y 29 de abril soldados británicos asesinaron brutalmente a 16 civiles. Esta sigue siendo una de las historias olvidadas de esa semana que cambio la historia de Irlanda para siempre.
El pequeño laberinto de calles alrededor de North King Street y Church Street fue testigo de algunos de los combates más feroces durante el Levantamiento. El lunes de Pascua miembros del Primer Batallón de los Voluntarios Irlandeses a las ordenes de Edward Daly crearon una fortaleza a base de barricadas que hizo prácticamente imposible el avance de los soldados británicos.
Pese al gran numero de tropas del South Staffordshire Regiment que fueron enviadas a la zona durante aquellos días el Ejército Británico sufrió muchas bajas y logro hacer pocos avances en lo que llego a convertirse en una lucha cuerpo a cuerpo contra los Voluntarios Irlandeses.
Durante la noche del viernes y las primeras horas de la mañana del sábado soldados británicos cumpliendo las órdenes dadas por General Lowe, Comandante en Jefe de las fuerzas británicas en Dublín, de despejar la zona se tomaron una brutal venganza contra la población civil en North King Street.
Los soldados irrumpieron en varias casas y asesinaron a tiros o usando sus bayonetas a 16 civiles hombre y niños, varios de los cuerpos fueron enterrados en secreto en sótanos y patios traseros. Los soldados británicos también robaron las pertenencias personales de varias de sus víctimas.
Testigos de la masacre describieron cómo los soldados derribaron las puertas y saquearon sus hogares exigiendo saber en todo momento si había varones en el interior de las viviendas. Elena Walsh describiría a los soldados “como animales salvajes, seres poseídos”, su marido John y Michael Hughes un amigo de la familia fueron sacados brutalmente de su casa y posteriormente asesinados a tiros.
En el 27 de North King Street cuatro hombres que trabajaban en Louth Dairy un negocio especializado en productos lácteos fueron brutalmente asesinados y sus cuerpos enterrados en el patio trasero de la casa. Vecinos que más tarde desenterrarían los cuerpos de las victimas descubrieron que ademas las posesiones personales tales como relojes, cadenas de oro y la pequeña cantidad de dinero en efectivo que tenían encima a la hora de ser asesinados habían sido robadas por los soldados británicos.
Mientras tanto en el 170 de North King Street yacían los cuerpos de tres de las víctimas, todas ellas con claras evidencias de heridas por bayoneta. Thomas Hickey y su hijo Christopher eran dos de las victimas. La familia era muy conocida en el barrio ya que regentaba una carnicería local. Christopher que tenía sólo 16 años fue la víctima más joven de la matanza.
Los Hickeys, junto con su vecino Peter Connolly de 39 años y padre de ocho hijos fueron sacados de la tienda y conducidos hasta una casa cercana que se encontraba abandonada. Christopher Hickey fue llevado a una habitación en la parte trasera de la casa y allí un soldado británico lo mato a tiros. Su madre Teresa proporcionó un desgarrador testimonio al descubrir los cuerpos de su marido y su único hijo:
“Entre corriendo en la habitación y allí estaba mi pobre ángel, mi amor. Estaba tendido en el suelo con el rostro oscurecido y sus dos manos por encima de la cabeza como en una súplica silenciosa de clemencia. Le di un beso y puse su pequeña gorra debajo de la cabeza. Al darme la vuelta vi al pobre Tom tendido en el suelo. “Oh Dios” lloré “mi marido también no” no muy lejos de allí yacía el cadáver de Peter Connolly.
Teresa Hickey moriría tan sólo cuatro años después del brutal asesinato de su marido e único hijo en noviembre de 1920.
Nueve de los asesinatos fueron cometidos en un solo bloque en la calle North King Street. El sábado por la mañana en una de la calles adyacentes John Beirnes de 50 años de edad y padre de cinco hijos fue asesinado a tiros.
William O’Neill de 16 años de edad moriría poco mas tarde también por disparos de los soldados británicos en Constitution Hill.
El 10 de mayo, casi dos semanas después de la matanza un “fuerte olor” que salia de la bodega de un bar llevo a los vecinos de la zona a un macabro descubrimiento. Allí se encontraban semi enterrados los cuerpos de Patrick Bealen que trabajaba como camarero en el mismo bar y James Healy trabajador de la cercana destilería Jameson.
La investigación sobre la muerte de estos dos hombres revelaría que en el caso de James Healy, además de las heridas de bala su cráneo había sido aplastado “con algún objeto pesado”, según el médico que examino los cuerpos estas lesiones fueron ocasionadas mientras James todavía estaba con vida. Patrick Bealen por su parte había recibido seis disparos.
Fue el descubrimiento de los cuerpos de estos dos hombres lo que derivo en una investigación por parte del Ejército Británico que comenzó a finales de mayo.
Sin embargo esta investigación acabo convirtiéndose en un encubrimiento. Los soldados del South Staffordshire Regiment serian descritos como “un grupo tranquilo y muy respetable de muchachos”. El oficial al cargo del Ejercito Británico en Irlanda, el General Maxwell, haría las siguientes declaraciones en relación a la masacre:
“Hechos como estos son absolutamente inevitables pero la responsabilidad de estas muertes recae en los que se oponen a las tropas de Su Majestad en el ejercicio de su deber…. Dadas las circunstancia diría que las tropas se comportaron con una gran moderación.”
Las fuerzas de ocupación británicas dejaron un reguero de sangre tras de si y un total de 16 civiles muertos. Esta sigue siendo hoy una de las grandes historias olvidadas del Levantamiento de Pascua de 1916.
Solo se puede describir como vergonzoso que el Gobierno Irlandés haya incluido los nombres de los miembros del South Staffordshire Regiment muertos durante el Levantamiento en el “Muro de la Memoria’ recientemente inaugurado en el cementerio de Glasnevin junto a los nombres de los aquellos brutalmente asesinados por miembros de ese mismo regimiento.
Adaptación del artículo original de Stewart Reedin. Desde 'El Norte de Irlanda' queremos agradecer especialmente a Pablo el envío de esta traducción y de otros artículos que iremos poniendo con posterioridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario