El resultado fue un rechazo abrumador, con 419 mujeres votando en contra del Tratado y solo 63 a favor.
El mes anterior, el 7 de enero, las seis TD femeninas, Mary McSwiney, Constance Markievicz, Kathleen Clarke, Adeline English, Kathleen O'Callaghan y Margaret Pearse votaron en contra de la ratificación del Tratado.
Los partidarios conservadores masculinos del Tratado, incluido Arthur Griffith, posteriormente negarían el voto a un gran número de mujeres irlandesas en las elecciones generales de junio de 1922 con la creencia de que estos nuevos votantes potenciales seguirían el ejemplo de las seis mujeres DT y votarían por los candidatos anti-Tratado.
Kathleen O'Callaghan TD, había presentado una moción en el Dáil para dar a las mujeres los mismos derechos de voto que a los hombres en línea con el texto de la Proclamación de 1916 que pedía un “Gobierno Nacional representante de todo el pueblo de Irlanda y elegido por el sufragios de todos sus hombres y mujeres".
De aprobarse, esta propuesta habría bajado la edad para votar de las mujeres de 30 a 21 años, edad en la que los hombres podrían votar. Griffith, el líder de las fuerzas a favor del Tratado bloqueó la propuesta, alegando que era parte del plan para 'torpedear' el Tratado.
Las fuerzas contrarrevolucionarias que respaldaron el Tratado temían a mujeres poderosas que pudieran dar voz a la mitad de la sociedad irlandesa que había sido sistemáticamente desatendida, silenciada, marginada e ignorada.
Por un breve momento pareció posible que las mujeres irlandesas pudieran ocupar el lugar que les correspondía en el corazón de la vida pública y del gobierno.
Esas esperanzas se desvanecieron cuando el Estado Libre contrarrevolucionario aplastó al movimiento republicano revolucionario. El estado de los Veintiséis Condados iba a ser un lugar frío para las niñas y mujeres irlandesas durante las siguientes décadas.
Hoy recordamos a las mujeres de Cumann na mBan que se mantuvieron fieles a la República de Irlanda y al principio de igualdad.
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