Los 6 Consdados podrían enfrentar otras elecciones si los partidos políticos no pueden llegar a un acuerdo dentro de tres semanas, dijo James Brokenshire.
El secretario británico para ''Irlanda del Norte'' advirtió que habría "consecuencias significativas" si no hay un acuerdo para restaurar el gobierno de Stormont.
El pasado jueves se celebraron unas elecciones a la Asamblea, que pusieron fin a la mayoría unionista. Desde entonces se están celebrando conversaciones para restaurar el poder ejecutivo de Stormont.
En una carta a los diputados, Brokenshire dijo que si las discusiones fallan no habría ejecutivo ni presupuesto, lo que causaría "riesgos para los servicios públicos". "En última instancia, también nos enfrentaríamos a unas segundas elecciones", agregó.
Eso, dijo, traería "la interrupción y la incertidumbre para las empresas y la gente de Irlanda del Norte".
Bajo el acuerdo de poder compartido del Norte, el ejecutivo debe ser dirigido conjuntamente por unionistas y nacionalistas, invitando al partido más grande a presentar un candidato a primer ministro.
En última instancia, si no se forma ningún ejecutivo, el poder podría regresar al parlamento británico en Westminster por primera vez en una década.
Pero en su carta, Brokenshire escribió que "no contemplaba ningún otro resultado sino una reanudación del gobierno descentralizado lo antes posible".
Las conversaciones continúan entre los partidos políticos del Norte y los gobiernos británico e irlandés.
La líder norteña de Sinn Féin, Michelle O'Neill, criticó al gobierno británico por su postura, hasta ahora, por como ha lidiado con el legado de los Troubles y las propuestas para una norma de lengua irlandesa.
"No hemos visto nada que se ponga sobre la mesa por parte del gobierno británico sobre cómo podemos cumplir los asuntos clave", dijo O'Neill.
El Ulster Unionist Party (UUP) por su parte dijo que el gobierno irlandés no ha cumplido con sus responsabilidades sobre el manejo del legado de los Troubles.
Tom Elliott, negociador jefe del UUP, dijo que los asesinatos en 1976 de 10 obreros protestantes en Kingsmills, en el condado de Armagh, fueron un punto crítico en las conversaciones.
Hace dos años, el primer ministro irlandés Enda Kenny dijo a las familias que su gobierno proporcionaría información en relación con el ataque a un forense para una investigación sobre los asesinatos. Algunas de las familias de las víctimas están descontentas con el nivel de información proporcionado por el gobierno de los 26 Condados.
El secretario británico para ''Irlanda del Norte'' advirtió que habría "consecuencias significativas" si no hay un acuerdo para restaurar el gobierno de Stormont.
El pasado jueves se celebraron unas elecciones a la Asamblea, que pusieron fin a la mayoría unionista. Desde entonces se están celebrando conversaciones para restaurar el poder ejecutivo de Stormont.
En una carta a los diputados, Brokenshire dijo que si las discusiones fallan no habría ejecutivo ni presupuesto, lo que causaría "riesgos para los servicios públicos". "En última instancia, también nos enfrentaríamos a unas segundas elecciones", agregó.
Eso, dijo, traería "la interrupción y la incertidumbre para las empresas y la gente de Irlanda del Norte".
Bajo el acuerdo de poder compartido del Norte, el ejecutivo debe ser dirigido conjuntamente por unionistas y nacionalistas, invitando al partido más grande a presentar un candidato a primer ministro.
En última instancia, si no se forma ningún ejecutivo, el poder podría regresar al parlamento británico en Westminster por primera vez en una década.
Pero en su carta, Brokenshire escribió que "no contemplaba ningún otro resultado sino una reanudación del gobierno descentralizado lo antes posible".
Las conversaciones continúan entre los partidos políticos del Norte y los gobiernos británico e irlandés.
La líder norteña de Sinn Féin, Michelle O'Neill, criticó al gobierno británico por su postura, hasta ahora, por como ha lidiado con el legado de los Troubles y las propuestas para una norma de lengua irlandesa.
"No hemos visto nada que se ponga sobre la mesa por parte del gobierno británico sobre cómo podemos cumplir los asuntos clave", dijo O'Neill.
El Ulster Unionist Party (UUP) por su parte dijo que el gobierno irlandés no ha cumplido con sus responsabilidades sobre el manejo del legado de los Troubles.
Tom Elliott, negociador jefe del UUP, dijo que los asesinatos en 1976 de 10 obreros protestantes en Kingsmills, en el condado de Armagh, fueron un punto crítico en las conversaciones.
Hace dos años, el primer ministro irlandés Enda Kenny dijo a las familias que su gobierno proporcionaría información en relación con el ataque a un forense para una investigación sobre los asesinatos. Algunas de las familias de las víctimas están descontentas con el nivel de información proporcionado por el gobierno de los 26 Condados.
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