Este comportamiento cobarde no tiene cabida en nuestra comunidad y contrasta profundamente con los valores de solidaridad e igualdad que defendemos.
Stephen Murney, representante de Saoradh en Newry, declaró: «Este vil incidente es un vergonzoso reflejo del racismo que sigue latente en las estructuras de una sociedad basada en la división. Quienes vienen aquí a trabajar, formar una familia y contribuir positivamente a nuestras comunidades, especialmente quienes trabajan en nuestro sistema de salud, deben recibir apoyo y respeto, no odio».
Continuó: «El racismo es una herramienta deliberada utilizada para dividir y distraer a la clase trabajadora. Sirve a los intereses del capitalismo y el colonialismo, los mismos sistemas que oprimen y explotan a las personas tanto en el país como en el extranjero».
Saoradh apoya a todas las víctimas del racismo y mantenemos nuestro firme compromiso con la construcción de un movimiento revolucionario que rechace toda forma de prejuicio. Imaginamos una Irlanda inclusiva, libre y basada en los principios de igualdad y justicia para todos.
Murney también hizo un llamado a la comunidad local para que se posicione: “Instamos a la gente de Newry y de todo el país a alzar la voz, a mostrar una solidaridad activa y a dejar claro que el racismo y la intolerancia serán combatidos dondequiera que se presenten. No hay lugar para el odio en nuestras calles, en nuestros parques ni en nuestra sociedad”.
CRÍOCH/FIN
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