Desde que asumió el cargo presidencial en 2006, como el primer líder indígena de Bolivia, Evo Morales ha financiado muchos programas sociales destinados a promover la democracia, la igualdad y la sostenibilidad ambiental. Utilizando los ingresos obtenidos de una economía en auge, Morales ha logrado mucho en la lucha contra la pobreza, la falta de vivienda, el analfabetismo, el racismo y el sexismo.
Otros logros de la revolución boliviana incluyen reformas agrarias, fortalecimiento de los derechos constitucionales de los pueblos indígenas, restricciones sobre el tamaño de las propiedades privadas y la nacionalización parcial del gas natural extremadamente valioso del país, el petróleo y otros recursos naturales.
Estas reformas le grangearon a Morales muchos enemigos decididos entre una élite de familias ricas que anteriormente habían tenido el control total de los recursos naturales y la economía en general de Bolivia. Estas poderosas familias y sus partidarios, con el respaldo del gobierno de los Estados Unidos, se han organizado sin cesar para derrocar al gobierno del MAS.
Estas fuerzas aprovecharon su momento durante el recuento de elecciones presidenciales del mes pasado. Al darse cuenta de que podían perder una cuarta elección consecutiva, alegaron fraude y se negaron a aceptar los resultados de las elecciones. Su campaña de desestabilización se intensificó de la protesta callejera a la violencia total, incluidos los ataques contra funcionarios electos y opositores políticos, así como la quema de edificios.
Patricia Arce, la alcaldesa socialista elegida de la ciudad de Vinto, fue desfilada por las calles por fuerzas derechistas enmascaradas después de que la golpearon, le cortaron el cabello y la empaparon en pintura roja. Ante tal violencia, Morales se vio obligado a renunciar y huir de Bolivia.
El golpe de gracia se produjo cuando el Jefe de Estado Mayor del ejército pidió a Morales que se retirara. Ante una amenaza creíble para su propia seguridad y la de su familia, Morales no tuvo más remedio que retirarse y buscar refugio en México.
El resultado de las elecciones de octubre con una participación del 88% fue claro. Evo Morales surgió como el candidato más popular y el Movimiento al Socialismo ganó la mayoría de los escaños tanto en la Cámara como en el Senado.
El derrocamiento de Morales es el último de una larga línea de golpes de estado en América Latina y Sudamérica que han sido sancionados y respaldados por Estados Unidos. Afortunadamente, muchos dentro de Bolivia y en ese continente continúan organizándose en apoyo de la democracia y contra el imperialismo estadounidense. Éirigí se solidariza con ellos en la creencia de que la democracia, la justicia y la libertad finalmente prevalecerán sobre la tiranía capitalista y estadounidense.
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