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martes, 16 de febrero de 2016

Lesbianas de 1916, la “historia oculta” del Levantamiento

Desde innisfree traducen este interesante artículo de Maeve Sheehan en el diario Irish Independent.

Desde 'El Norte de Irlanda' siempre hemos querido destacar el papel de la mujer en la lucha irlandesa por la libertad, esta es una ocasión más para profundizar en dicha lucha, independientemente de su orientación sexual (algo personal y a día de hoy tristemente sin normalizar aún). 

Lesbianas de 1916, la “historia oculta” del Levantamiento

Figuras femeninas clave fueron tomando decisiones radicales en la política, y en su vida personal también, escribe Maeve Sheehan.

En las conmemoraciones de 1916, las mujeres se presentan como los héroes olvidados de 1916. Pero hay otra historia oculta y que se refiere a las mujeres que amaban a las mujeres.

El emblemático drama sobre 1916 de RTÉ, Rebellion, tiene a sus protagonistas femeninas esclavas de los hombres. Algunas de las relaciones más radicales que surgieron a partir de ese período fueron entre mujeres.

Kathleen Lynn, médica y capitana del Ejército Ciudadano Irlandés, luchó junto a Madeleine Ffrench-Mullen durante la semana de Pascua. [Ambas en la fotografía]. Ellas compartieron una celda en la prisión cuando fueron capturadas y después vivieron juntas durante décadas.

Elizabeth O’Farrell y la mujer considerada como su compañera de vida, Julia Glennon, atendieron a los heridos en Moore Street y contemplaron la rendición de Padraig Pearse [líder del Levantamiento]. Ambas están enterradas juntas en la misma tumba en el cementerio de Glasnevin.

Años más tarde, los pies de O’Farrell fueron eliminados de la famosa fotografía que captó la capitulación de Pearse, “prueba” de la aerografía de las mujeres de la historia.

Eran mujeres radicales. El discreto velo dibujado sobre sus relaciones oculta cuán radicales eran.

Mary McAuliffe, historiadora de la University College de Dublín, dice que el papel de las lesbianas durante ese período es “una historia oculta”. Como todas las historias ocultas, necesita ser contada.

“La historia trata de mujeres radicales que toman decisiones radicales no sólo en la política, sino en su vida personal”, dijo. “Ellas compartieron su vida con mujeres, lucharon, vivieron y trabajaron con sus parejas”.

McAuliffe está escribiendo un libro sobre 77 mujeres del Levantamiento de Pascua de 1916 para ser lanzado en el Día Internacional de la Mujer: “Cuanto más investigo, más me estoy encontrando con una minoría significativa de mujeres que estaban haciendo opciones de vida radicales, sobre estar ahí, ser rebeldes, ser triunfadoras sociales. Esto es sólo el comienzo”.

Lynn y Ffrench-Mullen tenían 30 años cuando se conocieron. La primera era la hija de un clérigo protestante y fue becaria en el Colegio Real de Cirujanos cuando se interesó en el sufragismo y en el “movimiento nacional”.

Madeleine Ffrench-Mullen nació en Malta hija de un cirujano de la Marina Real. En el momento en que conoció a Kathleen Lynn, era una sufragista, una veterana de Inghinidhe na hÉireann [la organización feminista nacionalista irlandesa] de Maud Gonne y trabajaba en los comedores de beneficencia durante el Lock-out de 1913.

En su relato de los años posteriores al Levantamiento, Lynn describió su encuentro: “Después de que el Ejército Ciudadano fuera fundado en 1913, asistí al Liberty Hall [sede de los sindicatos] y di cursos sobre primeros auxilios y también lo hice para Cumann na mBan [sección femenina de los Voluntarios Irlandeses, denominado más tarde como el IRA] en el 6 de Harcourt St. después de su creación. Fue allí donde conocí a la Sra. Ffrench-Mullen, quien se convirtió en mi mejor amiga. Vivió conmigo durante 30 años, hasta su muerte. Ella y yo, con la ayuda de otros -en su mayoría republicanos-, fundamos el Hospital de San Ultan –Teach Ultain– para lactantes en 1919″.

Encarcelada en Kilmainham después del Levantamiento, Madeleine escribió en su diario cómo coincidieron en que “mientras estemos juntas, la prisión era algo soportable”. Posteriormente fueron trasladadas a celdas separadas.

Trabajaron juntas mucho después de que se alcanzara la independencia, en el hospital infantil de St. Ultan que fundaron, y vivieron juntas en la casa de Lynn en Belgrave Road, en Rathmines.

Como era de esperar, no hay constancia histórica que demuestre que Lynn y Ffrench-Mullen eran amantes o que lo eran Elizabeth O’Farrell y Julia Glenon. Tales cosas rara vez dejaban rastro en papel, ya que ser homosexual en ese momento era un delito penal, al menos para los hombres.

Varias historiadoras han descubierto que el amor está ahí, en los diarios de Kathleen Lynn y en los recuerdos de sus amistades, como quien ha recordado que “ellas no tenían ningún interés por los hombres”.

Según McAuliffe, los diarios de Lynn están llenos de su “estrecha relación” y del amor de la una por la otra. “Hablaban de darse un baño temprano por la mañana y luego volver a la cama para mantener el calor la una a la otra”.

Después de la muerte de Madeleine, Lynn escribe extensamente sobre la “pérdida de su amiga y pareja”.

Hace más de una década, la Dra. Katherine O’Donnell, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la UCD, escribió que “en el siglo XX Irlanda debe mucho a las lesbianas irlandesas”, en particular a la red de lesbianas de Dublín en ese momento.

Ella incluyó a Lynn y Ffrench-Mullen, sufragistas y revolucionarias; a Helena Moloney, ex actriz del Teatro Abbey y rebelde que también participó en el Levantamiento; así como a Julia Glenon y Elizabeth O’Farrell.

Estas dos últimas eran enfermeras, que se conocían desde su juventud. Estaban entre las tres mujeres que Pearse eligió para que se quedaran con los líderes cuando cayó el GPO [Oficina Central de Correos, centro del Levantamiento] en los últimos días y horas de rebelión.

La lápida de ambas fue inscrita siguiendo las instrucciones de Elizabeth, que describe a Julia como “su fiel camarada y amiga de toda la vida”.

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