Reuters. Heinz-Peter Bader |
Lena Lupari, madre de tres hijos, dijo que solía beber cerca de 28 latas de la bebida energética al día, lo que le suponía la ingesta de 3.000 calorías, y desconocía el daño que se estaba causando hasta que su organismo no dio más de sí y la ingresaron en el hospital de urgencia con síntomas de hipertensión intracraneal (un incremento en la presión del interior de la cavidad craneal), que le provocó las migrañas, hinchazón del cerebro y, como consecuencia, la inflamación del nervio óptico.
La mujer explica a 'The Telegraph' que no tiene tiempo para nada porque los hijos, uno de ellos con necesidades especiales, requieren muchos cuidados, y que solo come una vez al día, normalmente, comida rápida o un plato de pasta por la noche.
Lena Lupari reconoce su adicción a Red Bull y dice que lleva cinco años sufriendo migrañas y tomando analgésicos. La pérdida de visión ha sido la última consecuencia. Los médicos insisten en que pierda el peso ganado por las calorías de la bebida, ya que de otra manera su hábito le causará problemas más graves.
Una lata de Red Bull contiene principalmente azúcares (sacarosa, glucosa), 80 mg de cafeína, diferentes vitaminas del grupo B y agua de manantial de los Alpes, según la información proporcionada por el fabricante.
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