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sábado, 4 de enero de 2020

La ejecución del general iraní Qassem Soleimani por Estados Unidos no logrará más que una escalada de tensiones - éirígí

éirígí For A New Republic.- La ejecución del general iraní Qassem Soleimani por parte de Estados Unidos no logrará más que una escalada de tensiones en todo el Medio Oriente y más allá.

Siglos de interferencia imperialista en el Medio Oriente por Gran Bretaña, Francia, Turquía, Rusia, Estados Unidos y otros países han alimentado la inestabilidad y el aumento del extremismo religioso en toda la región.

En una muestra inusual de honestidad para un presidente de los Estados Unidos, Donald Trump explicó recientemente su política de Medio Oriente al admitir abierta y repetidamente que las fuerzas estadounidenses estaban en Siria "solo por el petróleo".

El control del petróleo del Medio Oriente ha sido un principio central de la política exterior global de Estados Unidos durante la mayor parte de un siglo.

Durante todo ese tiempo, Estados Unidos ha respaldado reiteradamente a déspotas y extremistas religiosos para garantizar el acceso al petróleo.

Y cuando ese enfoque no ha funcionado, ha utilizado su poder económico y militar para lograr el mismo resultado, sin preocuparse por el destino de los millones de inocentes que han sido asesinados o desplazados como resultado.

La decisión de Trump de ejecutar una figura destacada en el régimen iraní no tiene nada que ver con el avance de la libertad o la democracia, como sin duda afirmarán sus apologistas.

Fue un uso crudo y brutal del poder militar para enviar un mensaje político a Teherán, Bagdad y otras capitales de todo el mundo.

Los problemas que enfrenta Oriente Medio no se resolverán con una guerra interminable. El camino hacia la paz y la estabilidad se encuentra a través de negociaciones y el fin de la interferencia externa de las potencias imperialistas.

2 comentarios:

Loam dijo...

Estados Unidos nunca ha querido la paz, ni tampoco ha hecho la guerra para liberar y democratizar al mundo. Eso es algo que ya no se creen ni sus hollywoodenses propagandistas. Su prepotencia y agresividad aumentará a medida que el imperio decaiga y sienta su hegemonía amenazada. El poderoso núcleo oligárquico que maneja las palancas del poder es adicto a éste, y hará cualquier cosa no sólo por conservarlo, sino por ensancharlo. Es la esencia misma del capitalismo.

Se le hiela a uno la sangre solo de pensar que tienen un sombrío botón rojo bajo su dedo.

Salud

Alias dijo...

Como está el mundo de mal, que a un país que ha llevado la muerte a decenas de miles de personas, se les tome por adalides de la libertad...triste mundo nos ha tocado vivir.

Saludos Loam!