Saoradh.- La admisión del MI5 de haber obtenido ilegalmente los datos del periodista Vincent Kearney ha destapado, una vez más, la ilegalidad de la inteligencia militar británica en Irlanda. Para los republicanos, esta revelación no es nueva. El MI5 lleva décadas librando una guerra sucia contra nuestro pueblo, atacando a activistas, intimidando a familias, infiltrándose en comunidades e intentando aplastar la resistencia por todos los medios.
El verdadero escándalo no es simplemente que el MI5 actuara ilegalmente, sino que Sinn Féin ahora exhibe su indignación como si no hubiera sido cómplice de crear las condiciones para que el MI5 opere libremente. Gerry Kelly y sus colegas en Stormont adoptan una postura de condena, pero se sientan en una institución construida para normalizar y legitimar el dominio británico. Comparten el poder con los mismos partidos que defienden al MI5 y, al hacerlo, proporcionan cobertura política a la represión continua.
Cuando los republicanos son acosados, detenidos, registrados, retenidos en aeropuertos o abordados por el MI5, Sinn Féin guarda silencio. Cuando se presiona a las familias, cuando las comunidades son sometidas a vigilancia constante, cuando se cultiva la confianza de los informantes y se destruyen vidas, Sinn Féin hace la vista gorda.
Su indignación solo aflora cuando la víctima es periodista, cuando es políticamente seguro, cuando no amenaza su posición en Stormont.
El MI5 no está "fuera de control". El MI5 siempre ha tenido el control y siempre ha sido una rama más del imperialismo británico en Irlanda, operando sin rendir cuentas. La diferencia hoy es que Sinn Féin, aunque finge desafiarlo, se ha convertido en el administrador del mismo sistema que lo protege.
Saoradh condena, sin reservas, la continua campaña del MI5 contra periodistas, republicanos y todos aquellos que se niegan a doblegarse al dominio británico. Pero también condenamos la hipocresía de Sinn Féin: un partido que una vez afirmó resistirse a la represión británica ahora apuntala las estructuras que permiten al MI5 continuar su guerra sucia.
Quienes se oponen sinceramente al MI5 y a la represión estatal británica no pueden hacerlo desde las bancadas de Stormont, apoyando a las instituciones británicas y fingiendo indignación solo cuando les conviene. La resistencia genuina requiere honestidad, constancia y valentía, cualidades abandonadas hace tiempo por quienes ahora están más interesados en cargos ministeriales que en defender los derechos de su propio pueblo.
The Revolutionists
Hace 9 horas


No hay comentarios:
Publicar un comentario