Dublín, 28 nov (EFE).- La oposición irlandesa acusó al Gobierno de Dublín de "vender" el país y negociar un acuerdo "atroz" con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), por el que accederá durante los próximos tres años a un plan de rescate valorado en 85.000 millones de euros.
El principal partido de la oposición, el conservador Fine Gael, aseguró que la ciudadanía tiene "todo el derecho a estar asustada y preocupada por el futuro", después de que el Gobierno haya "vendido el país bajo unas condiciones deplorables".
En un comunicado, su portavoz de Economía, Michael Noonan, indicó que el tipo de interés que se aplicará al programa de asistencia financiera, estimado en torno al 5,8% y a devolver en siete años y medio, es "demasiado alto y roza lo inasumible", lo que evoca al fantasma de la suspensión de pagos a largo plazo.
"Es preocupante -prosiguió- la falta de detalles significativos sobre los planes de reestructuración de los bancos. Una gran parte de la Reserva del Fondo Nacional de Pensiones y otros fondos domésticos irán a parar a un agujero negro para recapitalizar los bancos. Este dinero se podía haber usado para estimular la economía y crear empleos".
Según Noonan, el hecho de que la UE y el Banco Central Europeo (BCE) hayan obligado a Irlanda a "rescatar" a los inversores extranjeros que "invirtieron de forma alocada en nuestros bancos", debería haber servido al Ejecutivo como "moneda de cambio" en las negociaciones.
"Por algún motivo, el Gobierno decidió jugar blando y permitir al FMI, la UE y el BCE ganar la partida de largo", dijo en referencia a unas declaraciones del ministro de Empresa, Batt O'Keefe, quien al comienzo de las negociaciones con estos organismos comparó el proceso con una partida de póquer.
Una semana después de que Dublín reconociese que sus problemas presupuestarios y bancarios eran demasiado grandes para afrontarlos solo, el primer ministro, Brian Cowen, aseguró hoy que el citado acuerdo "es el mejor trato posible para Irlanda".
Entre los aspectos positivos negociados por su Gobierno, Cowen que Irlanda pueda mantener en el 12,5% el impuesto sobre sociedades, clave para atraer a la isla inversiones extranjeras y cumplir con las previsiones de crecimiento, a pesar de que sus socios comunitarios lo ven como una ventaja desleal.
Para el Sinn Fein, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), el acuerdo es "terrible", al tiempo que calificó de "robo" la contribución irlandesa al programa (17.665 millones de euros) para "salvar a los banqueros" con los ahorros del Estado y de los Fondos de Pensiones.
Su presidente, Gerry Adams, advirtió de que las consecuencias para la "gente ordinaria serán profundas y resultarán en recortes enormemente dañinos para los servicios públicos, las prestaciones sociales y los salarios".
El Partido Laborista irlandés, tercera formación nacional, consideró que el acuerdo ratificado hoy en Bruselas por los veintisiete ministro del Finanzas y Economía de la UE dejará al país "roto" a medio plazo.
Su portavoz de Finanzas, Joan Burton, advirtió de que Irlanda quedará "maniatada" cuando se le agoten las reservas con las que tiene que contribuir al programa de ayuda.
"Entonces -dijo-, la trampa se cerrará y estaremos rotos. La UE y el FMI nos tienen cogidos por donde querían."
Tanto el FG como los laboristas, posibles socios en el próximo Gobierno de Dublín, han anunciado que renegociarán el acuerdo si acceden al poder en las próximas elecciones generales, previstas para principios de 2011. EFE